Durante años, miles de personas en el oriente colombiano soñaron con una carretera que los conectara con el resto del país. Ese sueño se volvió realidad con la Transversal del Sisga. Pero hoy, ese mismo sueño está en riesgo… porque el peaje de San Luis de Gaceno, clave para mantener viva la vía, no está en operación.
¿Y qué pasa si no se recauda?
Pasarían cosas que parecen lejanas, pero que en realidad están muy cerca:
• La vegetación crecería sin control sobre la vía.
• Reaparecerían los huecos que nadie tapa.
• Las ambulancias, carro taller y grúas dejarían de estar disponibles.
• Y lo más grave: una vía que se deteriora y, con ella, todo lo que se había avanzado.
“Si no hay peaje, no hay cómo sostener esto”, explica un ingeniero de operación del proyecto. “No es una amenaza, es una realidad: sin recursos, no hay forma de cuidar esta vía”.
Y es que el peaje no es un castigo, es una fórmula: quienes usan la vía ayudan a mantenerla. Así de sencillo.
Con lo recaudado se paga el mantenimiento constante, los servicios 24/7, la atención a emergencias y las intervenciones que se necesitan para que esta conexión siga funcionando.
Sin eso, todos pierden:
• Los transportadores que deben parar por fallas.
• Las comunidades que vuelven a quedar aisladas.
• Las empresas que dejarán de invertir.
• Y los viajeros que pensaban volver.