Este miércoles, en Cartagena, se instaló el Congreso Naturgas que, para este año liderará importantes conversaciones en torno a la realidad energética global y la exploración de oportunidades para fortalecer los aspectos sociales, ambientales y económicos priorizados por el Gobierno nacional. En este mismo espacio, la Asociación Colombiana de Gas Natural (Naturgas), publicó su reporte “Gas Natural, pieza clave para una transición energética justa y ordenada”, con los datos más relevantes de la cadena de valor de la industria nacional y su rol en la construcción de una mejor sociedad.
El reporte destaca los beneficios del gas natural para contribuir en la reducción de la pobreza y el cierre de brechas de desigualdad en las zonas más vulnerables, la transición energética y la lucha contra el cambio climático como vehículo del cambio social e impulso económico propuestos por el gobierno actual.
Prueba de esto será la apuesta del gremio por reducir la pobreza energética para 650 mil hogares para 2024.
Sobre la publicación, Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas, expresó: “De acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad De Vida (ECV) de 2021 del DANE, la privación energética como combustible para cocinar no es exclusiva de las zonas rurales (27.8% en zonas remotas y 23.2% en zona rural cercana), también se presenta en zonas urbanas (1.2%) y es relevante en los municipios intermedios (14.1%).
Este documento le permitirá a diversos sectores y actores clave del país conocer un completo panorama de la industria, así como los focos de trabajo que consideramos importantes potencializar en los próximos años de cara a la transición energética”.
El reciente análisis de la industria señala que un escenario de expansión del gas natural en zonas urbanas e intermedias podría reducir la pobreza energética de alrededor 1,8 millones de personas. Asimismo, se podría liberar el gasto para el consumo para aquellos que se conviertan de GLP a gas natural (aprox. $62 mil pesos mensuales).
Un escenario que ratifica que el gas natural puede contribuir a la convergencia en condiciones de vida, al cerrar las brechas de las poblaciones (entre clases sociales y de género) y territoriales.
Por otra parte, para lograr una expansión del gas natural en Colombia compatible con los objetivos sociales, económicos y ambientales, la industria señala que es importante superar algunas barreras para explotar el potencial del energético, elevar el bienestar y reducir los índices de pobreza; entre ellas, propone que el Plan Nacional de Desarrollo se enfoque en la apuesta por el energético como habilitador de la transición energética, pieza clave para garantizar la seguridad energética del país y vehículo para mejorar la calidad de vida de los hogares más vulnerables.
Para lograr este cometido, es necesario que las compañías tengan esquemas financieros saludables, con el fin de ofrecer mayor bienestar. El informe señala que para el período 2022 – 2024, se prevén inversiones por US$2.860 millones, destinadas para la exploración y producción de gas con el fin de asegurar su abastecimiento, y así aprovechar su disponibilidad para impulsar la transición energética, ampliar la cobertura de este servicio en los hogares más vulnerables y la descarbonización de la economía.
Palabras del Presidente Gustavo Petro en la instalación XXIV Congreso Naturgas (Asociación Colombiana de Gas Natural)
"Es que nosotros hemos elaborado el programa de Gobierno, en nuestro concepto, sobre la transición energética. Programa de Gobierno que fue votado mayoritariamente. Transición energética de la cual no hablamos nosotros, habla el mundo y desde hace varias décadas, después de llamados urgentes de la ciencia.
Recojo una de las estadísticas que escuché en tu intervención (Presidenta de Naturgas, Luz Stella Murgas); si se quiere una descarbonización de la economía, entre el 35 y el 50 hay que gastar el doble del PIB (Producto Interno Bruto) mundial de hoy y ¿qué pasa si no se hace? que creo que debería ser la pregunta pertinente. ¿Qué pasa si no se hace? La respuesta hay que recogerla de la ciencia, no tenemos otro agarradero racional posible, lo demás es prejuicio, puede ser religión, yo la respeto mucho, pero si queremos un agarradero para saber el qué hacer y, por tanto, cómo construir la política pública mundial, tenemos que recurrir a la ciencia tal cual hoy existe y tal cual hoy nos habla. Si no se hacen esas inversiones, la humanidad desaparece y ese es el contexto en el que nos movemos.
No es un problema ideológico de Colombia ni el capricho de un presidente o de una corriente política que puede ser reemplazada por cualquier otra, como sucede en la política electoral, y es lo normal. No, es que desaparece la vida en el planeta. La utilización del carbono en las fórmulas moleculares de las distintas fuentes energéticas y de materias primas, según la ciencia, por sus emisiones, por los ciclos que provoca en la cadena de la vida, termina acabando la vida.
Y, por eso, es esta enorme alarma mundial, no es por nada más ni por nada menos. Podemos cerrar los oídos, decir ese pobre tipo comunista qué está diciendo, o podemos ponerle atención a la ciencia, y si le ponemos atención a la ciencia, entonces tenemos que sacar alguna serie de conclusiones y construir una serie de políticas.
Esas políticas se denominan, en general, transición a una economía descarbonizada. Claro que en todo debate político nacional en Europa, en África, en Asia o en las Américas, en Colombia, se le pone a la palabra ‘transición’ apellidos; es una forma narrativa, incluso, para no asumirla y la muestra es el debate, por ejemplo, sobre la reforma tributaria en Colombia. Es como si quisiéramos tapar la realidad a la que estamos abocados e incluso verla de manera negativa como si ese gasto de dos veces el PIB mundial de hoy para salvar la vida de la humanidad fuera un gasto y no es un gasto, es la evolución de la humanidad, la posibilidad de seguir en este plantea, ni más ni menos.
Ahora, si nos ponemos a mirar el mundo contemporáneo, porque yo sí creo que hay que mirarnos en Europa, están pasando cosas y no son cualquier tipo de cosas, tenemos que mirarnos allá para ver qué es y hacia dónde es que tenemos que andar como sociedad colombiana y latinoamericana. Pues ¿qué es Europa? una transición al carbón, tu lo has dicho.
Hoy hay una transición al carbono, que no es lo mismo que carbón, eso ¿qué significa? Un desastre de la humanidad, un desastre de la humanidad. El cronómetro invirtió la aguja y el cronómetro es el de la vida, el de la especie humana. Lo que está pasando en Europa, si lo leemos, puedo equivocarme estoy abierto el debate y a la discusión, pero si lo que está pasando en Europa, la guerra, que es lo primero, la guerra en su territorio, que produce los siguientes efectos: el cierre de unos tubos, la incapacidad de asumir el invierno, la posibilidad de muertes. Como toda guerra y como toda imposibilidad de asumir el invierno trae una especie de involución europea; es una involución humana. No era lo que la ciencia había dicho, y que muchos gobiernos europeos habían aprendido y aplaudido, no. Es la involución, es lo contrario.
A veces aquí, digamos, ciertos sectores de opinión aplauden; mira que nos van a comprar más carbón, hay que abrir Prodeco, más carbón, más dólares para Colombia, sí en el corto plazo, pero ¿qué le va a pasar a la humanidad de la cual hacemos parte? ¿Qué es lo que está pasando en Europa? es una involución humana, pasamos de las guerras por el petróleo a las guerras por el gas.
Es la incapacidad de Europa occidental de sustentar su progreso y desarrollo en energías limpias, limpias de verdad. Eso es lo que le pasó a Europa. No lo hizo a tiempo, no lo hizo de manera acelerada, no lo planificó, creyó que las tasas carbón y el libre mercado producirían el milagro de superar la crisis climática, y ha terminado en una involución. Puede destruirse la economía alemana, el motor de Europa se puede destruir en cualquier momento, desesperados –obviamente– están los hacedores de políticas y las fuerzas políticas, obviamente se mueven, a veces pareciera que en otro sentido contrario al del futuro; volvemos a 1933, en el caso italiano un poco atrás.
La oportunidad de América Latina
Yo no les voy a discutir que el gas no sea una fuente de energía de transición, muchísimo menos que no sea mejor que quemar leña. Eso es, digamos, de eso partimos hace 20 años, 30 años, esa no es la discusión, la discusión es la de hoy. ¿Cómo se hace la transición energética en Colombia? y si es válido hacerlo en América Latina. Tu hablabas de China y de las posibilidades de que del Asia en general se transfieran inversiones directas, es decir, traslados de producción hacia América Latina y que Colombia pudiera aprovecharse de eso e incluso con ventajas, yo te diría que sí es posible, pero sobre la base de una matriz energética limpia.
Y lo voy a poner en estos términos: lo que se ve en Europa no es solamente una incapacidad humana, política, también natural. Es que Europa no encuentra los elementos que le permitan sostener su nivel alto de desarrollo y progreso en energías limpias, no tiene el suficiente sol, no tiene la suficiente agua dulce, no tiene los suficientes vientos, aunque posee de ellos, todo sumado no le permite, solo tiene que hacer sus cuentas energéticas sobre la base o de volver a prender las plantas nucleares, o de pegarse a un tubo de gas.
Y sólo hay dos reales: el que viene de Argelia, África, los árabes y el que viene de Rusia, y he ahí el problema geopolítico de Europa occidental, eso le hizo hacer encontrar de nuevo la guerra.
Esas circunstancias de Europa, de debilidad europea, ¿son las mismas de Latinoamérica?, es decir, ¿nosotros tenemos esa misma debilidad? Si miramos Asia tienen otras, si miramos los Estados Unidos, al norte, California, la octava economía mundial, tienen otras, no tienen energía, no tienen energía, se le queman los bosques de vez en vez.
Y América Latina, resulta que si ponemos todo el mapamundi y las condiciones energéticas y lo miramos al trasluz de la transición energética, la región con mayor capacidad de generación de energías limpias del mundo, del mundo, es América Latina. Es nuestra ventaja, no es nuestro costo, es nuestra ventaja, eso ¿qué significa en términos comerciales, económicos, capitalistas? Que la economía mundial, cada vez más, de manera cada vez más intensiva, comercializará productos de baja huella de carbono, de cero huella de carbono; país que pueda producir con cero huella de carbono tendrá ventaja en el comercio mundial, es una condición diferente a la de Corea del Sur en 1970, en 1980 que ellos aprovecharon.
Pero hoy las circunstancias son diferentes, el viento está a nuestro favor, porque siendo esta región la que puede producir una economía descarbonizada lo más rápidamente posible, de todas las regiones del mundo, es la que puede ganar en el comercio mundial, que va a exigir cada vez más en las próximas dos décadas, máximo en tres décadas productos con huella carbón cero. Es una ventaja la que tenemos.
Colombia, desgraciadamente, dentro del concierto de los países de América Latina no es el más aventajado en energías limpias, estamos en la cola, el primero es Paraguay, el segundo es Uruguay y en general todos los países latinoamericanos están por encima de nosotros, porque nosotros nos agarramos más al petróleo, con el debido respeto Doctor Lloreda (Francisco José Lloreda, presidente ejecutivo de la Asociación Colombiana del Petróleo).
Los demás países lograron, incluso, involuntariamente como Paraguay, la Catarata de Iguazú, lograr matrices energéticas mucho más limpias. Claro, la distancia no es muy grande los podemos alcanzar y el conjunto latinoamericano puede brindar al mundo el mejor mapa de generación de energías limpias del planeta.
Y si nosotros pensáramos, como lo he propuesto y lo vamos a intentar, construir diplomáticamente a través de la Comunidad Andina, etcétera, una red eléctrica interconectada para todas las Américas con fuentes de energía limpia, tendríamos poder. La energía de California la entregaríamos nosotros, ¿que de dónde salen esas energías limpias? de los desiertos y del sol, claro, del norte de México, del norte de Chile, de nuestros desiertos, de nuestros vientos y, sobre todo, de nuestras aguas.
Ustedes tienen razón en un tema, cuando hablamos de las aguas como fuente energética, la crisis climática las vuelve inestables, lo estamos viendo aquí mismo; cuando hablamos del viento, no es estable; cuando hablamos del sol, tampoco. Pero tenemos las zonas de mayor radiación solar de América, en América Latina, tenemos las zonas de mayores vientos constantes y rápidos del mundo en América Latina y tenemos las aguas per cápita mayores del mundo, con Canadá.
Y entonces, ¿eso no sirve?, ¿lo desdeñamos? ¿No nos amarramos allí? sabiendo que el futuro del comercio mundial en las próximas décadas y, por tanto, la prosperidad de los pueblos, va a depender de si las mercancías tienen huella carbón cero, que esas mercancías van a tener ventajas comparativas sobre las mercancías de alta huella carbono, yo pienso que Colombia no puede desligarse de ese proceso.
Si ese contexto es y, obviamente está en pleno debate, pero si ese contexto es el que nos puede poner en una situación ventajosa sobre Europa hoy, por ejemplo, entonces tenemos que hacer la transición energética y la descarbonización de la economía. Que es lo que planteamos políticamente, porque aquí ningún grupo político se atrevió a decirlo sino nosotros desde hace varios años. Que seamos los únicos en un principio es lo de menos, lo cierto es que ya es una discusión nacional y tenía que hacerlo porque esto es una discusión mundial, no podíamos apartarnos de las corrientes de la discusión mundial.
Ahora, si vamos a una economía descarbonizada y como parte de esa estrategia hay que transitar energéticamente, ¿cuál es el papel del gas?, ¿cuál el del petróleo y del carbón? Las contabilidades indudablemente hoy varían, no son los dólares son las partículas de CO2 emitidas.
Toda fuente que tenga la letra C en su molécula no es limpia, desde el punto de vista de la crisis climática, no es limpia, pero unas emiten más que otras y entran dentro de un juego, llamémoslo, la contabilidad de la transición energética, una contabilidad medida en CO2 equivalente. Difícil porque no estamos acostumbrados a ese tema pero que vuelve absolutamente imperioso.
Ustedes tienen razón, el carbón, es más, el metano es súper más, el petrolero sigue, el gas es el de menos, no es limpio, es el de menos y entonces en ese juego, cuando tenemos en la otra variable el sol, el agua, que también puede emitir metano en los embalses, y los vientos y hay otras formas, entonces cómo logramos combinar de tal manera que rápidamente pasemos de lo fósil a lo limpio, a la huella carbono cero, incluidos los fertilizantes, incluidos los fertilizantes.
La hora de la planificación
Pues este tema es complejo, indudablemente, fíjense ustedes que colocan una palabra al centro de la discusión: planificar. Es muy interesante políticamente hablando, doctor Lloreda, porque llevamos tres o cuatro décadas diciendo que lo que hay es que dejar actuar libremente el mercado y no planificar, es un cambio de paradigma, estamos afrontando un cambio de paradigma mundial en las teorías económicas, nos toca planificar.
Esa plantificación, y ustedes están invitados a ella, el Plan de Desarrollo digamos en la tradición jurídica reciente contemporánea, puede ser un espacio para ello, debe ser un espacio para ello, hay que abrir ese espacio, porque, digamos, no pensado para este problema como ley de la República o como norma, nos sirve para pensar este problema.
Hay que crear un espacio digamos suficientemente profundo en donde planifiquemos la transición.
¿Qué papel entonces juega ahí el petróleo y hasta cuándo? Claro, a los petroleros les gustaría que fuera eterno, pero no. ¿Qué papel juega el carbón colombiano ahí? ¿El carbón coque? ¿El carbón de la pequeña minería tradicional, de túnel? ¿El carbón de las grandes minas exportadoras cerca al mar?
¿Qué papel? ¿Qué papel el gas?
Y también, por el otro lado, ¿cómo se desarrolla la energía solar y con qué ritmo? ¿Cómo se desarrolla la energía eólica y con qué ritmo? Y, ¿qué hacemos con el agua? ¿Hacemos más hidroeléctricas? ¿Más embalses de gran dimensión? Etcétera. ¿Qué tamaño los embalses?
Pero hay que planificarlo y hay que ponerle unos tiempos. Y esos tiempos, lamentablemente, para algunos, puede ser una oportunidad para otros, implica el fin de la economía fósil en el tiempo, porque no se puede sostener. Lo contrario es el fin de especie humana en el planeta.
Ahora, no es porque Colombia sea el gran emisor, ese no es el debate. Podríamos seguir como vamos, el mundo, sobre todo los grandes países emisores, podrían hacer las transformaciones que se requieren, el mundo seguiría, la vida seguiría.
¿Y qué pasaría con Colombia si eso hiciera? Nos quedaríamos con las tecnologías fósiles que no permitirían el progreso de la sociedad, porque el resto de la humanidad habría avanzado en las tecnologías limpias, en la economía descarbonizada.
Ahí sí que nos hundimos en la pobreza, en la profunda pobreza. Por eso, este tema no puede ser visto como un costo, tiene que ser visto como la oportunidad de Colombia.
Cuando hablo de Corea del Sur es porque Corea del Sur tuvo su oportunidad en su momento y la aprovechó. Con sus problemas, etcétera, pero la aprovechó.
Nosotros ahora tenemos la oportunidad y la podemos aprovechar o la podemos desechar.
Y yo los invito a aprovecharla. Eso significa saber que la economía fósil tiene un límite. ¿Que por qué, entonces, los impuestos? Que no solamente aquí se están discutiendo, se están discutiendo en todo el mundo.
Es que la tasa carbono, que es, digamos, teóricamente es la salida neoliberal a la crisis climática, porque es pensar… ¿Cómo es la teoría? Que la crisis climática es una externalidad del mercado, uno, que entonces, de acuerdo a la ortodoxia de este tipo de paradigma económico hay que internalizar la externalidad a través de los precios, dejándolos actuar libremente y esa es la tasa carbono.
Si se aplica una tasa carbono de acuerdo a la capacidad de emisión, de CO2 de cada mercancía, de cada proceso productivo, entonces la gente va a dejar de demandar lo muy alto y va a demandar lo bajo, porque tiene menor precio, y el mercado solucionó el problema.
Entonces, bonito como teoría. No va a funcionar en ninguna parte. Y de ahí, pues, ya el desespero, porque el tiempo va pasando.
Pero la tasa carbono es un impuesto a la economía fósil y se está discutiendo en todo el mundo. Es una alternativa. Se está discutiendo en todo el mundo. Es que no es Petro el que se creó eso. Esa es la materia de discusión de todas las COP (cumbres anuales que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio Climático), de todos los países, cuando se reúnen en esos eventos de Naciones Unidas, impuesto a la economía fósil.
Nosotros planteamos unos aquí y es un problema. ¿Por qué es un problema si es lo que está ocurriendo en todo el mundo? Que es, más o menos, la siguiente tesis: de la economía fósil hay que sacar los recursos financieros para transitar a la economía descarbonizada.
Tratar de apalancarse en los estertores de la economía fósil para construir la economía descarbonizada. Suena un poco duro, pero es lo que estamos haciendo.
El petróleo, el carbón y el gas son propiedad de la nación. No son propiedad privada. Por Constitución, no solo la del 91, sino desde el siglo XIX. En la Constitución del 86 está consignado. Se concede su explotación con fines comerciales y se hacen unos pactos que son unos contratos y hay unas leyes que regulan el tema. Pero el gas, el petróleo y el carbón son bienes de propiedad pública.
Hoy tiene alto precio. ¿Por qué? Por la guerra, porqué en un momento de altos precios, donde las rentabilidades son supremamente grandes, no puede haber una captura de esa parte, de una parte, de la rentabilidad para financiar los motores de la economía descarbonizada.
Si es lo que a nosotros nos va a salvar. Es lo que nos va a impulsar en el progreso, en las próximas décadas, en el siglo del que tú hablas, en el siglo.
Es que, si no se hace esto, ¿tú te imaginas lo que va a pasar en el siglo? ¿Lo que van a vivir nuestros hijos y nuestros nietos?
Si ya lo que vivimos nosotros con el covid fue lo que fue, el proceso de degradación de la vida que trae aparejado el no salir de la economía fósil, lo que va a producir no solamente ya en lo que nos quede de existencia a nosotros, sino en la de nuestros hijos que lo vivirían peor que nosotros, pues un proceso de degradación permanente. Por eso la necesidad de detener la economía fósil.
Claro que no se puede hacer de la noche a la mañana, que no es un decreto, que no es una imposición, al final se volvería imposición si no somos capaces de hacer la transición, porque los pueblos no se van a dejar morir.
Pero una transición planificada permite que los capitales transiten de un tipo de economía a la otra y esto es salvar el capitalismo. Así de simple, salvar el capitalismo.
Cuando los propietarios de Glencore discuten entre ellos, que son centenares de miles, muchos suizos, salir del carbón y empezar a ubicarse en otro tipo de inversiones descarbonizadas, pues están haciendo lo que corresponde, están precisamente proyectándose hacia el futuro, no van a dejarse estrellar si continuasen en el tipo de actividad que tienen. Están planificando desde el interés privado, están planificando su sostenimiento económico hacia adelante.
Si ellos lo hacen ¿por qué no las sociedades?, ¿por qué no nosotros?, ¿por qué no nuestra nación?
Bueno, finalizo. El gas juega un papel positivo, lo acepto. Digamos, si estuviera en el gremio del doctor Lloreda, pues estaría aquí ya abucheado. Pero el gas juega un papel.
Vamos a poner un ejemplo, hay una serie de tractomulas de gas, paralizadas en el puerto, no las deja entrar la UPME (Unidad de Planeación Minero Energética), dijeron los camioneros esta mañana. No entendí muy bien el mecanismo, la UPME, algún trámite de esos de los tantos. No entran hace diez meses. Están aquí, en los puertos, pero no salen a la actividad. diez meses, en diez meses los señores que compraron las tractomulas se endeudaron, tasas de interés del Banco de la República ya se las subió, quebrados.
Claro, en diez meses que han pasado, nosotros no tendríamos una solución de una tractomula eléctrica. No existe, no la conozco. Mejor dicho, no existe. Y que suba La Línea, menos.
Bueno, hemos perdido diez meses, que es tiempo. Si eso está sucediendo, no con veinte tractomulas, sino con cien, con quinientos, con doscientos buses, con miles de buses, porque Colombia ha sido intensivo en el uso del bus estamos fracasando, porque este es el tiempo del gas.
Dentro de 15 años, no sé. A lo mejor, en 15 años, ustedes lo saben, habrá una tractomula eléctrica que suba La Línea y se acabó. Más eficaz. Bueno eso no lo sabemos, ese es un tema de las tecnologías.
Si las tecnologías son más productivas, generan más productividad, van reemplazando a la otra.
Entonces, este es un tiempo, nos está cogiendo. Hay un tiempo, ustedes dicen bien, reemplazar fogones de leña por gas. Esa es una posibilidad.
El gas, donde pueda ser, donde pueda disminuir CO2 y donde pueda abaratar, he ahí lo complejo, porque tiene que cumplir los dos requisitos, cabe. ¿En qué cosas? en múltiples. Ahí, donde pueda disminuir CO2 y abaratar, cabe. Es un tema la planificación.
Claro, si yo cojo el petróleo, fíjense los intereses aquí encontrados, si yo cojo el ACPM, el Diesel… Transmilenio, Bogotá, o aquí mismo –aquí, no me acuerdo como se llama, TransCaribe, lo mismo ¿Cierto? –, si yo pongo bus, ese articulado, y es Diesel, estoy causando un efecto. Si yo lo pongo a gas causo otro efecto. Si fuese un trole causo otro efecto, el trole es 100% eléctrico y es lo mismo, es la misma capacidad.
Bueno, la gente que está ligada por interés comercial al petróleo quisiera que fuera Diesel, la gente que está ligada al interés del gas, quisiera que fuera gas y la gente que está ligada a la energía eléctrica quisiera que fuera un trole, desde el punto de vista de la vida y el cambio climático ¿cuál es la mejor solución?
Que no se puede hacer el trole porque necesitamos tanta plata y hay que poner las estaciones eléctricas, pues el gas, solo en última instancia el Diesel. Esa es una planificación, es la misma vía, quizás el mismo, digamos, la misma troncal, las mismas estaciones, no hay que hacer muchas variaciones. Pero la máquina que cruza por ahí tiene varias alternativas tecnológicas medidas en dinero, puede salir una. Diesel, la más barata, quizás, estoy hablando aquí sin los números, pero es lo que ha ocurrido.
Si lo medimos en termino de crisis climática; el trole, el férreo. Como todo no lo podemos hacer, planifiquemos, planifiquemos.
Entonces a mi si me parece que el espacio del Plan Nacional de Desarrollo lo permite, tenemos de aquí a febrero, marzo.
Hay que crear el espacio de participación. El espacio institucional existe, pero el espacio de participación y hay que ir en el contexto de que es que toca hacer la transición energética y transición económica hacia la economía descarbonizada.
El papel del gas ahí, definámoslo, con su principio y su final.
Bueno, gracias muy amables".