Los sonidos tradicionales, el zapateo y los aires del oriente colombiano llenaron de ritmo llanero el club El Nogal y el Batallón de Infantería No. 37 Guardia Presidencial en Bogotá.

Fueron 38 herederos de esta danza típica de la región de la Orinoquia que no superan los 18 años de edad, mostrando su destreza para cantar y bailar joropo.

Las humildes escuelas ubicadas en el sector rural de Tauramena, Nunchía, Tamara y Yopal en Casanare, donde ensayan todos los días, quedaron atrás para estos jovencitos, que llegaron a enriquecer la cultura capitalina.

Por primera vez la agrupación ‘Sembrando Joropo’ llegó a Bogotá a interpretar con arpas, cuatros y maracas, las canciones llaneras más reconocidas.
Estos niños, niñas y adolescentes fueron seleccionados en Casanare para participar en la campaña “Un sueño 2.600 metros más cerca de las estrellas” del Ministerio de Defensa.

Algunos subieron por primera vez a un avión, gracias al apoyo de la Fuerza de Aérea, otros participaron el año anterior en un viaje a Cartagena con la Armada Nacional, pero en esta ocasión los menores de edad fueron los invitados especiales a visitar los principales lugares turísticos de la ciudad y en su agenda también estuvo incluida una presentación en el Club El Nogal y en el Batallón Guardia Presidencial.

Los jóvenes proceden de zonas rurales apartadas, donde incluso algunos tienen que caminar diariamente cerca de siete kilómetros para poder seguir preparándose como músicos o bailarines y así poder llevar un pedacito del llano a toda Colombia.

A su llegada a la capital del país, fueron recibidos en el aeropuerto militar Catam como todas unas estrellas por parte de miembros de las Fuerzas Militares, Policías, funcionarios del Ministerio de Defensa y de la empresa de hidrocarburos Equión Energy que apoya el proyecto social “Sembrando Joropo”.

Con mensajes como “todas esas canciones se las mando a mis padres, a Dios y a los soldados que nos estuvieron ayudando” los jóvenes casanareños esperan haber dejado una huella en los espectadores que tuvieron la oportunidad de conocerlos y ver en sus ojos soñadores esas ganas de salir adelante.