Desde el mes de abril de 2016, cuando una creciente se llevó parte de banca y zapatas del puente sobre el caño la Tigrana, la comunidad de las veredas Cacical, Tigrana, Guadualito y Guayabal, vienen clamando a la alcaldía de Monterrey una pronta solución a este problema.

Pese a los ruegos de los campesinos, que ven como su producción, especialmente plátano, yuca y lechería de la cual derivan el sustento diario, se ve en riesgo de comercializar, a la administración municipal parece importarle poco esta situación, según expresaron usuarios de la vía.

Una delegación conformada por 10 concejales del municipio fue a verificar la situación, corroborando que más del 50% de la vía esta socavada y que se hace necesario la intervención urgente con maquinaria para desviar el curso del caño.

Le solicitaron al alcalde municipal Orlando Martínez Ávila concentrar todos los esfuerzos para reparar, tanto la vía como la zapata del puente, para evitar que este sector quedé completamente incomunicado.

Si el daño se agudiza, no solo los campesinos se verían afectados. También el sector que vive del turismo, ya que el carreteable conduce a uno de los atractivos turísticos más importantes del municipio, las Cascadas de la Algarroba. Lugar que fue promocionado en la pasada feria de Anato en Bogotá, en donde Monterrey tuvo un stand.

Habitantes del sector como Beyer Mateus, dice, que no son cuantos expertos vayan a evaluar los daños lo que importa. “Acá lo que necesitamos es que intervengan urgente. Hace un año esto sucedió y nos siguen diciendo que están gestionando los recursos”, dijo el morador.

El riesgo de quedar incomunicados cientos de personas, hace recordar episodios en donde los campesinos han advertido los peligros y las autoridades hacen caso omiso. El más reciente fue la tragedia de Mocoa.