Deyanira Durán, madre del joven Alejandro Artunduaga, estudiante de sexto semestre de Psicología en la Universidad de Pamplona, exigió justicia por el asesinato de su hijo ocurrido el pasado 1 de junio. Según su testimonio, el joven fue tomado desde una camioneta de alta gama, arrastrado por aproximadamente 60 metros y posteriormente atropellado por el mismo vehículo. El hecho quedó registrado en videos, los cuales, afirma la madre, demuestran que se trató de un homicidio y no de un accidente como algunos han insinuado.

Durán relató que sepultó a su hijo en Duitama el 3 de junio y, al día siguiente, viajó a Pamplona para conocer detalles del caso. Lamentó la lentitud de las autoridades, ya que, según el alcalde de la ciudad, desde el 4 de junio se identificaron plenamente las placas del vehículo involucrado, pero hasta la fecha no hay judicialización del propietario ni avances visibles en la investigación. “Si ya tienen el vehículo identificado, ¿por qué no han llamado al dueño para que declare?”, cuestionó.

La madre también denunció graves irregularidades en el procedimiento policial y médico tras el crimen. Aseguró que no se acordonó la escena, no se realizó un peritaje adecuado y que incluso una funcionaria de la Policía entregó una de las pertenencias de su hijo al conductor de la ambulancia, lo que considera una alteración de la evidencia. Además, puso en duda la calidad de la atención médica y anunció que también interpondrá acciones legales por negligencia.

Visiblemente afectada, Deyanira pidió a las autoridades locales, especialmente al gobernador del Casanare, que escuchen su clamor. “Mi hijo no era un delincuente, era un joven talentoso, estudiante, rapero y deportista”, afirmó, mientras señalaba que ha tenido más respaldo en otras regiones que en su propio departamento. Conmovida, finalizó: “Soy paciente oncológica, y mi hijo era mi motor. Me lo arrebataron de forma brutal. No pido venganza, solo justicia”.