Con la entrega de 19 placas conmemorativas que dignifican el buen nombre de las víctimas de ejecuciones extrajudiciales en Casanare, la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) cerró un nuevo ciclo de acciones restaurativas del programa de acompañamiento a integrantes de la Fuerza Pública que comparecen ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
El ejercicio fue el resultado de ocho meses de trabajo conjunto entre 20 comparecientes y 33 familiares de víctimas, un proceso tejido con escucha, reconocimiento y reparación simbólica. Como parte del cierre, las víctimas entregaron las placas que estarán en los diferentes municipios del departamento, para cumplir su deseo de dejar huellas físicas en los territorios que honren la memoria de sus seres queridos.
Estas serán instaladas en lugares representativos de los municipios y contarán las historias de quienes fueron asesinados y presentados ilegítimamente como bajas en combate.
La directora de la ARN, Alejandra Miller, señaló que estas placas no son solo metal: son conciencia colectiva grabada en la historia de un pueblo que ya no está dispuesto a olvidar ni a guardar silencio. Reiteró además el compromiso de la entidad con la restauración del daño a las víctimas y la garantía de la comparecencia efectiva de los miembros activos y retirados de la Fuerza Pública ante la JEP.
“Estas placas representan el futuro. Ratifican que les creemos a las víctimas, su buen nombre y que no se puede repetir lo que estas familias vivieron. También ratifican que la sociedad no puede seguir normalizando la guerra y mirando para un lado. Y que el Estado tiene que hacer reformas de transformación para hacer posible la paz”, agregó.
Durante el acto, los comparecientes reconocieron su responsabilidad en los hechos ocurridos entre 2002 y 2008, socializaron los patrones de macro criminalidad y dirigieron mensajes a las víctimas y sus familias como muestra de su compromiso con la no repetición del conflicto armado.
Se escucharon voces como la de Edwing Guerrero, compareciente de la Fuerza Pública, quien expresó: “Queremos decirles cuánto anhelamos su perdón. Reconocer que en aquel tiempo no pensamos en el daño tan inmenso que estábamos causando. Pero hoy, gracias a Dios, a la JEP, a la ARN y, en especial, a las víctimas que permitieron este espacio, nos sentimos en la capacidad de mirarlos a los ojos y decirles que nos duele el sufrimiento causado. Estamos marcados a llevar ese dolor y reconocer las atrocidades cometidas”.
Por su parte, William Acero, víctima, hizo un llamado colectivo: “Quiero que hagamos un compromiso de paz. Es hora de que le vendamos un futuro mejor a nuestros hijos, generaciones y comunidades”. Mientras tanto, Nardys Maldonado señaló: “Que estas placas sean instaladas como parte de la memoria de esos hechos que no deben volver a repetirse. Estamos abiertos a la reconciliación y al perdón, para que la memoria sea el refugio de la dignidad en Casanare”.