Ante la cercanía de la cosecha arrocera en Casanare, agricultores y molineros del departamento hicieron un llamado urgente al Gobierno nacional y departamental para que se definan medidas que eviten una crisis en la cadena de producción.
Juan Bernardo Serrano, empresario del gremio arrocero, advirtió que, si bien se aplaude la voluntad política de propiciar un encuentro con todos los actores del sector, la reacción llega tarde frente a una situación que se repite cada año: una sobreoferta concentrada en los Llanos Orientales que deprime los precios del grano.
Serrano explicó que el arroz es el único producto que aún no está plenamente vinculado a los precios internacionales, y que hoy se vende por debajo de lo justo. “Un precio que permita recuperar lo invertido debería estar entre los $1.350 y $1.400, pero hoy se está pagando a $1.280, y eso que aún no inicia la cosecha”, señaló. Además, criticó la falta de política nacional para la absorción de cosechas y la falta de control frente al crecimiento desmedido del área sembrada, lo cual amenaza la sostenibilidad del sector.
Cuestionó la política de financiamiento del Gobierno, que ha excluido a grandes comercializadores del crédito de fomento, afectando la capacidad de acopio del sector. Denunció además un “contrabando técnico” de arroz ecuatoriano, que estaría entrando a bajos precios, en parte como posible mecanismo de lavado de dinero, agravando el represamiento de inventarios en la industria molinera, cuyo nivel actual es inusualmente alto.
Serrano lamentó que hasta ahora no se haya materializado por falta de voluntad política y una gestión gremial deficiente. “No es sano que el mismo gremio compita con los actores de la cadena productiva a través de su participación directa en la molinería. Es hora de replantear el modelo y retomar la misión de fortalecer la competitividad del agricultor”, indicó.