Un paro estudiantil en la vereda la Turúa del municipio de Aguazul se convirtió en el primer escollo que tuvo que superar el recién posesionado gobernador encargado de Casanare, Coronel Jerson Castellanos Soto.

Esta protesta, que se inició el jueves, fue originada por la inconformidad, no solo de los estudiantes sino de la comunidad en general, por la falta de transporte escolar. Como se recuerda, esta problemática ha desembocado en la obstrucción de vías en otros puntos del departamento.

Los manifestantes habían taponado la carretera Marginal de la Selva en el sector de la Turúa, lo que ocasionó un enorme trancón, sumándose a esto la inconformidad de varios transportadores que se vieron afectados por la protesta.

Luego de conocer las peticiones de los estudiantes y de reconocer que la solución no es fácil ni inmediata, a raíz de su tan reciente posesión y de la entrada en vigencia de la Ley de garantías la cual prohíbe todo proceso contractual, hasta tanto no se elija en las urnas el nuevo mandatario, Castellanos Soto planteó tres alternativas para conjurar esta crisis.

La primera podría darse con una licitación pública que permita contratar como es normal en estos casos; como segunda medida, se contempló la posibilidad de hacer transferencias directas de los recursos pero realizando una mesa de trabajo en la que participan los miembros de la comunidad y la administración, la tercera opción, es declarar la urgencia manifiesta y bajo esta figura adelantar a la mayor brevedad el respectivo trámite licitatorio. Castellanos, también señaló que en su conversación con la saliente Gobernadora Julieta Gómez, se están adelantando gestiones para que los presidentes de las compañías petroleras se reúnan y busquen soluciones a corto y mediano plazo.

Al final de la tarde del viernes, se llegó a un común acuerdo para el levantamiento de la manifestación para no generar más desgaste, tanto de manifestantes, como de transportadores y salvaguardar la integridad de los menores de edad que estaban apostados en la carretera.