Por: elespectador.com
El mal momento que vive la Agencia Nacional de Hidrocarburos ante la renuncia de su director y los anuncios de reforma por parte del Gobierno, se agudizó tras un informe de la Contraloría que denuncia posible detrimento por $1,24 billones.
Antes de presentar su renuncia a la Dirección de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), José Armando Zamora Reyes ya tenía conocimiento del informe completo en el que la Contraloría General de la República cuestionó dos contratos de sísmica hechos con las Fuerzas Militares, al igual que los beneficios educativos recibidos por los hijos de los funcionarios de la Agencia y el manejo dado por la entidad al margen de comercialización de las regalías.
La renuncia, según el funcionario, se precipitó por sus roces con los medios de comunicación y por el contenido del informe del organismo fiscalizador. Esta circuntancia comenzó a marcar el mal momento de la ANH, que en ocho años de operaciones ha firmado 302 contratos de exploración y producción petrolera. En ese contexto, la entidad necesita con urgencia una profunda reestructuración que debe comenzar con la vinculación de más personal especializado en temas del sector. Por ahora, se desconoce quién ocupará la silla de la dirección.
En cuanto al informe dado a conocer ayer, la Contraloría reportó 31 hallazgos administrativos, de los cuales 18 tienen presunta incidencia disciplinaria; cinco de carácter penal (estimados en $65.000 millones) y cuatro de tipo fiscal. Según el ente de control, “los errores o inconsistencias, salvedades, limitaciones o incertidumbres encontrados de dichos estados contables ascienden a $1,24 billones, valor que representa 48% del activo total de la compañía (ANH)”.
En respuesta a las posibles inconsistencias contables, la ANH expresó en un comunicado que “la glosa del informe se refiere a la forma de contabilizar $1,24 billones correspondientes al acumulado de lo que presupuestalmente se denomina margen de comercialización de crudos de regalías entre los años 2007 a 2010 y a los rendimientos financieros de giros de regalías retenidos por orden del Departamento Nacional de Planeación”.
Según la entidad, este dinero ha ingresado al patrimonio de la ANH con la metodología contable “adoptada desde su creación”. “En ningún momento se ha puesto en riesgo el patrimonio de la entidad, pues los recursos se encuentran invertidos en su totalidad en Títulos de Tesorería (TES) emitidos por la Nación”.
De entrada, el ente de control cuestionó dos convenios entre el Ministerio de Defensa y la ANH que tenían como objetivo adquirir sísmica para exploración petrolera y “comprar bienes y servicios para construir y mantener un batallón de sísmica”. Dice el informe que “las Fuerzas Militares, en este caso representadas a través de la compañía de sísmica, no contaban con la experiencia necesaria para realizar esta actividad”. Según la Contraloría, la ANH buscó “distorsionar el objeto pactado inicialmente” al manifestar que las Fuerzas Militares no iban a comprar sísmica sino a dar apoyo logístico.
El contrato para adquirir sísmica (Convenio Marco 031, que venció el pasado 31 de diciembre), según la Contraloría, no se cumplió debido a que no se compró un solo kilómetro de sísmica. Además, el Convenio 032 que iba destinado a comprar equipos de sísmica para la Brigada Especial de Ingenieros del Ejército Nacional, terminó financiando la “construcción de las instalaciones para el alojamiento del personal en la Base Militar de Tolemaida, casinos, centro canino, capilla, talleres, garajes y biblioteca”.
“Con lo anterior, la ANH, a través del vehículo jurídico del convenio interadministrativo, trasladó recursos a otra entidad pública, supliendo deberes y obligaciones propios de ésta”, señaló la Contraloría, que agregó que este hallazgo tiene implicaciones fiscales por $50.193 millones y también disciplinarias y penales.
Otra de las irregularidades, según Jaime Durán Barrera, senador de la República, consiste en que la ANH contrató con una firma del Grupo Nule 700 kilómetros de sísmica, de los cuales se concretaron sólo 300 kilómetros.
El informe de auditoría también dice en un aparte que existió un manejo indebido de los recursos de la “cláusula de transferencia tecnológica”, lo que tendría implicaciones disciplinarias, penales y fiscales (por $13.817 millones). El ente de control dijo que esta cláusula de los contratos que hizo la ANH no se aprobó por su Consejo Directivo. “La ANH propició la creación de un modelo fiduciario que le permite ser beneficiario de los recursos que recauda el patrimonio autónomo de manos de los particulares con ocasión de la transferencia de tecnología”.
Este tipo de contratos de transferencia tecnológica, fueron destinados a cubrir becas para jardines infantiles, especializaciones, pregrados, capacitaciones e investigación, según el ente de control, no se ajusta a los modelos de contratación estatal, debido a que se utilizan patrimonios autónomos, lo cual no está sujeto a vigilancia.
Pero hay más inconsistencias. La Contraloría encontró la implementación de software y hardware para la ANH con el fin de atender correspondencia y archivo físico, lo cual costó US$82.543 y $332 millones, respectivamente, que nunca cumplieron las cláusulas de transferencia tecnológica. Además, en gastos de personal de la entidad se encontraron estudios sobre clima organizacional que costaron $60 millones. Y la Contraloría halló que la Agencia dio “apoyo a la Temporada de monstruos marinos y dinosaurios’, pagando a Maloka $339 millones”.
Otro cuestionamiento contenido en el informe es que la ANH “registra como ingresos propios” el dinero proveniente del valor liquidado por el Ministerio de Minas y Energía y el comercializado por la ANH, “de las regalías en especie generadas por la producción de petróleo, de las cuales son beneficiarias las entidades territoriales. Dicho concepto sumado al 31 de diciembre de 2010, totaliza $1,08 billones”. Según la Contraloría, la apropiación no tiene asidero jurídico.
“A la ANH le venden en especie. Manejan el petróleo así, lo comercializan y hay un margen que no se sabe en qué se utiliza”, dijo el senador Durán, quien consideró que la entidad sólo ha aportado al país 86.000 barriles diarios de la producción total durante los últimos ocho años.
¿Habrá Agencia Nacional Minera?
No sólo se va a reestructurar la ANH, ampliando su planta de personal, sino también Ingeominas, que pasará a convertirse en la muy anunciada Agencia Nacional Minera (ANM). César Díaz Guerrero, presidente de la Cámara Colombiana de Minería, opinó que, pese a los cuestionamientos de la Contraloría, el modelo de la ANH sirvió para promocionar al sector minero energético y aseguró que la nueva ANM debe seguir los buenos principios de la anterior agencia. A su vez, el senador Jaime Durán dijo que el ministro de Minas y Energía, Carlos Rodado, “debe prestarle más atención a los temas de su cartera. Que la Agencia Nacional Minera sirva para algo”.
Una entidad al límite de su capacidad
El día de su renuncia, Armando Zamora le contó a El Espectador, que la Agencia Nacional de Hidrocarburos se encuentra al límite de su capacidad operativa, casi como “una olla a presión”. Según el ex funcionario, este es el momento propicio para realizar una reestructuración de la entidad con el fin “dejarla más fuerte” y “afrontar retos enormes”.
Zamora indicó que existe un proyecto para hacer un “aumento importante” de la planta de personal. Muestra de ello, es que antes de salir del cargo, planteó que se establezcan 16 cargos del nivel directivo e intermedio, ya que actualmente sólo existen tres. “Ya se puede desconcentrar la carga porque es demasiada responsabilidad. Tres personas respondíamos hasta por los errores de los demás”.
El propósito de emprender la reestructuración, según el ex director, venía hablándose hacía tres años.
“Con esta nueva estructura mejor diseñada y con cargas de trabajo bien calculadas y un sistema salarial que permita retener personal, la Agencia debería tener un trabajo más eficiente”, dijo Zamora quien contó también que la planta de empleados será de 150 personas y que el proyecto para fortalecer a la ANH será presentado por el Ministerio de Minas en 20 días aproximadamente.