La demanda de combustibles líquidos continuó su senda de recuperación influenciada por la reactivación y el crecimiento económico del país en 2021. La demanda total de gasolina, diésel y jet alcanzó en promedio 302 mil barriles día (KBD), similar al consumo de 2019 (299 KBD), con un crecimiento del 27%, respecto a 2020. Así lo reveló el más reciente informe económico de la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas, Evolución 2021 y perspectivas 2022-2030 del mercado de combustibles líquidos en Colombia, en el que se presenta un balance sobre el comportamiento de la demanda y precios de los combustibles; la inversión y generación de empleo en la cadena de distribución; y la percepción del sector a mediano plazo.
El informe, que consolida información estadística oficial y los resultados de la encuesta realizada por la ACP a una muestra representativa de agentes de la cadena de distribución de combustibles líquidos, evidencia que, en lo corrido del año el mayor crecimiento en gasolina se debió principalmente a la reactivación económica, la preferencia de uso de vehículos particulares y al aumento significativo de la demanda en zonas de frontera.
Ahora bien, el crecimiento registrado de la demanda enfrentó diversas contingencias que evidenciaron la necesidad de aumentar la confiabilidad del suministro. Entre estas, los bloqueos durante el Paro Nacional, contingencias operacionales en refinerías, y las restricciones a importaciones de etanol. Esto último ocasionó que el contenido de etanol de las gasolinas oxigenadas bajara del 10% normativo y oscilara entre el 4% y el 7%, en función de la producción de etanol nacional. Esta reducción del porcentaje de mezcla requirió mayores importaciones de gasolina básica y, por lo tanto, aumentó la presión al sistema logístico. Además, afectó la calidad de las gasolinas oxigenadas (redujo su octanaje) y aumentó las emisiones de CO2 en aproximadamente 70 mil toneladas de CO2/mes por su consumo.
“El consumo de combustibles es una buena señal de cómo avanza la reactivación del país, este crecimiento esperado de la demanda implica, asimismo, la búsqueda de soluciones para aumentar la confiabilidad y la eficiencia del abastecimiento, ampliando la infraestructura de transporte, desarrollando almacenamientos estratégicos y viabilizando las importaciones de terceros. De esta manera el sector de combustibles podrá ser más competitivo y asegurar abastecimiento a las industrias y el sector transporte en la reactivación y los años posteriores”, afirmó Francisco José Lloreda Mera, presidente Ejecutivo de la ACP.
Para 2022, se espera un crecimiento del 10% vs. 2021 (9% en gasolina y diésel, y 20% en Jet). La demanda de diésel superaría niveles prepandemia, y en el caso del jet se estima alcanzar el volumen de 2019 hasta 2023. A partir de 2023 y hasta 2030, la expectativa es un crecimiento del 3% anual (4% en gasolina, 2% en diésel y 5% en Jet).
“Al tiempo que el sector avanza en una diversificación de la matriz energética, las proyecciones indican que los combustibles líquidos continuarán siendo la principal fuente de energía para el sector transporte, y su demanda aumentará influenciada por el crecimiento económico del país, de ahí la importancia de adoptar políticas enfocadas en la garantía del abastecimiento y la mejora de la calidad de los combustibles que mueven a los colombianos”, puntualizó el dirigente gremial.