Hasta un hotel de la capital del departamento de Casanare llegaron los familiares de 11 personas, asesinadas en el oriente del país entre 1985 y 2005, para recibir de manos de la Fiscalía de Justicia Transicional los restos de sus seres queridos.
En fosas comunes ubicadas en área rural de los departamentos de Casanare, Meta y Guaviare, fueron exhumados los restos de 7 hombres, una mujer y 2 menores de edad.
Aunque familiares de las víctimas contaron que los suyos fueron asesinados por grupos ilegales al margen de la ley como FARC, ELN o las AUC, la manera de acabar con sus vidas fue semejante, porque llegaban a sus casas o lugares de trabajo y cuando no los llamaban por sus nombres simplemente se los llevaban y luego los asesinaban.
En dos casos la justificación de sus muertes fue la de hablar con los militares, razón por la cual los acusaron de ser informantes.
De acuerdo con información recopilada en los sectores de Aguazul, Nunchía, Yopal y Paz de Ariporo (Casanare), Puerto Rico y Puerto Gaitán (Meta), Miraflores y San José del Guaviare, los adultos que tenían entre 20 y 52 años, eran campesinos que trabajaban en fincas o se desempeñaban en oficios varios.
Por su parte, los menores de edad fueron asesinados con sevicia, delante de la población donde vivían.
La Fiscalía investiga a los responsables de estas muertes por los delitos de homicidio agravado y desaparición forzada, quienes se espera sean condenados.