“Mató a su madre adoptiva porque quería quedarse con seguros de vida, pensión y todos los bienes de la licenciada Delsa del Socorro Navarro”, narró el Director Seccional de Fiscalías, Jhon Fredy Encinales, al relatar cómo se motivó el asesinato de una docente de 66 años a manos de su propio hijo.

Al finalizar la audiencia de judicialización de tres personas capturadas señaladas de estar involucradas en el homicidio, el Director de Fiscalías, informó que se les imputó los cargos por homicidio calificado y agravado por la sevicia con la que se cometió el asesinato.

Señaló Encinales que a la cárcel de La Guafilla fueron enviados, Carlos David Castro Navarro, como responsable de la muerte de su madre adoptiva, quien según la Fiscalía planeó la muerte de la docente, junto a Guberth Fernando Velandia Hernández, quien también fue llevado al Centro Penitenciario y Marlon Yesid Mariño Blandón, quien fue privado de la libertad con detención domiciliaria por haber aceptado los cargos y dar testimonio de cómo sucedieron los hechos.

El homicidio se presentó el 2 de octubre de 2017 en el apartamento 204 de la torre 8 del conjunto residencial Altos de Manare, donde fue hallado el cuerpo sin vida de la docente Delsa del Socorro Navarro Garavito, de 66 años de edad, asesinada por asfixia mecánica (Estrangulación) según dictamen de Instituto de Medicina Legal Seccional Casanare.

“Esa noche los jóvenes consumieron bebidas embriagantes, ingresaron al apartamento, asfixiaron a la docente, acomodaron el cuerpo para simular una muerte natural y regresaron al establecimiento público a seguir ingiriendo bebidas embriagantes para dar a entender que no habían estado en la escena del crimen. Al siguiente día, fue el mismo Carlos David el que reportó la muerte de la docente, señalando que había sido producto de una subida de tensión; pero el examen de Medicina Legal reveló que la Licenciada había sido estrangulada”, indicó Encinales.

El CTI adelantó la investigación con interceptación de comunicaciones, seguimiento pasivo, reconstrucción de la escena del crimen, lo que condujo a concluir que los tres jóvenes entre 19 y 25 años, cometieron el hecho, quienes por los cargos de homicidio agravado tendrían una posible pena de 30 a 50 años de prisión.

Según se estableció, Carlos David Castro Navarro, ya tenía vacío el apartamento que compartió en vida con su progenitora, “venía vendiendo los enseres y electrodomésticos para mantenerse”, señaló una fuente de la Fiscalía.

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