Las investigaciones al ex parlamentario, Efrén Hernández Díaz, llevaban largo tiempo.
La Procuraduría dijo ante la Corte que “en el año 2002 cuando el candidato Efrén Hernández, luego de que las autodefensas le prohibieron aspirar a la Cámara de Representantes, pudo hacerlo gracias a los "buenos oficios" de Walter Buitrago, tío de "Martín Llanos", a cambio eso sí, de incluir en el segundo renglón a Hernando Roa Valero, ex diputado y ex concejal de Monterrey, municipio de la región de influencia de las Autodefensas del Casanare”.
Este punto lo terminó concediendo la Corte: “Efrén Hernández ciertamente no pudo en principio aspirar al Congreso, como no fuera por la intervención de Walter Buitrago, tío de "Martín Llanos", quien efectivamente admitió que intercedió ante su familiar para que autorizara a Efrén Hernández a participar en el proceso electoral, a cambio eso sí de que el segundo renglón lo ocupara Hernando Roa Valero, ganadero del sur del departamento del Casanare”.
Varios testimonios de miembros de su organización, como el de William Mayorga Suárez, coordinador político de Martín Llanos, lo mencionan en su declaración. Dice: “en el 2001, fui varias veces allá al Tropezón a varias reuniones con el señor Martin Llanos y el señor padre, don Héctor Buitrago, allá me encontré con varios políticos del Casanare, como fue el doctor Miguel Ángel Pérez, el doctor Efrén Hernández Díaz (...)”.
Y el desmovilizado Javier Fernando Rivera dice sobre él: “El doctor Efrén Hernández nos dijo que él tenía aspiraciones a la Gobernación de Casanare, pero que necesitaba que le ayudáramos a eliminar algunos obstáculos”.
Todavía faltan muchos testimonios y más personas podrían resultar implicadas, puesto que las ACC dominaron completamente el departamento y son pocos los que se escaparon a su influencia. Así que en el Casanare son varios los que tienen rabo de paja y la presencia constante de la figura de “Martín Llanos” puede reconfigurar el panorama político de la región pues, si se decide a hablar, podría terminar metiendo en problemas (y en la cárcel) a más de uno, o recuperar alianzas bajo la amenaza de hablar, probablemente, limpiando el camino para su regreso al poder del departamento.