La fragmentación de los bosques y la instauración de sistemas ganaderos extensivos, han provocado una significativa pérdida del hábitat natural del puma o león de montaña, el cual es considerado el segundo felino más grande de Colombia después del jaguar.
Las grandes poblaciones de pumas existen en bloques de los ecosistemas de Amazonas, Llanos Orientales, Chocó biogeográfico y los Andes montañosos por encima de 2,000 m.s.n.m. Sin embargo, en su distribución en el país, se ha determinado que podría habitar playas y manglares, pasando por bosques y montañas hasta el páramo andino.
El puma (Puma concolor) es el mamífero autóctono con más amplia distribución histórica en el continente americano y en Colombia.
Las poblaciones de este ejemplar han sufrido una reducción importante en el número de individuos en estado silvestre, aunque todavía habitan en un amplio territorio, por lo que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lo categoriza como de ‘preocupación menor’, si bien algunos especialistas creen que sería mejor un cambio a la categoría de vulnerable. En el caso de Colombia se encuentra categorizado como casi amenazado (NT).
La Autoridad Ambiental del Meta Cormacarena, hizo un llamado para proteger y conservar este felino, que viene siendo víctima de la pérdida de su hábitat natural por causa de deforestación de los bosques, las grandes extensiones agrícolas y la persecución por ganaderos de varias zonas del país.