Por Amanda Castaño Tovar
Buenos vientos soplan para resolver la controversia limítrofe entre los departamentos de Meta, Caquetá, Guaviare y Huila, la cual data desde la década de los setenta, y que involucra terrenos de ocho municipios.
En el foro “Trazando territorios de paz: Colombia una sola casa”, realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi en la ciudad de Villavicencio, el Director General Juan Antonio Nieto Escalante y la Fuerza Aérea Colombiana acordaron unir esfuerzos para adelantar los trabajos de campo.
“La Fuerza Aérea se comprometió a garantizar la seguridad y el transporte de la comisión de deslinde que se encarga de revisar los límites entre los cuatro departamentos, un trabajo de campo que no se había podido adelantar debido a lo complicado de la geografía y por cuestiones de orden público”, dijo Nieto Escalante.
Según el Director del IGAC, los problemas de orden público, las condiciones climáticas adversas y selváticas y la dificultad para obtener apoyo de transporte para realizar los sobrevuelos, han impedido que se desarrollen las actividades de reconocimiento en terreno, fundamentales para culminar el procedimiento.
“Con el apoyo en seguridad y transporte de la Fuerza Aérea podremos concluir la diligencia de campo, y así elaborar el acta de deslinde y el informe técnico, el cual le será entregado al Congreso de la República”.
Por su parte, el General Ricardo Vargas, Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas de Tarea Conjunta Omega, manifestó que se realizará una reunión operativa en el municipio de San Vicente del Caguán en donde el IGAC y los departamentos concretarán los puntos en donde se necesita el apoyo.
“Los departamentos le informarán al IGAC los puntos que consideran necesarios visitar, para que así le oficien a la Fuerza Aérea para definir un cronograma de trabajo”, apuntó el General.
Deslindes al desnudoEn el foro “Trazando territorios de paz: Colombia una sola casa”, más de 150 ciudadanos conocieron los por menores del procedimiento de deslinde que adelanta el IGAC.
“La competencia para definir los límites está en cabeza del Congreso de la República y de las Asambleas departamentales. El IGAC se encarga del proceso de deslinde, para el cual desarrolla actividades como estudios geográficos, catastrales, jurídicos, cartográficos e históricos, además de presidir y coordinar las comisiones de deslinde”, dijo Nieto Escalante.
Según el funcionario, un deslinde es una operación administrativa consistente en el conjunto de actividades técnicas y científicas, mediante las cuales se identifican, precisan, actualizan, georreferencian en terreno y se representan cartográficamente en un mapa los elementos descriptivos de los textos normativos y los consagrados en la tradición.
“El inicio de un procedimiento de deslinde se puede dar por la inexistencia de normas que fijen límites; por la descripción normativa imprecisa, insuficiente, ambigua o contraria a la realidad geográfica; por norma de comprensiones territoriales, sectores o regiones que previamente no están definidos, delimitados o deslindados; o por eventos que alteran posición espacial de los elementos del límite”.
A la fecha existen 17 estudios de límites departamentales en el país, de los cuales dos ya fueron entregados al Congreso (La Guajira-Cesar y Boyacá-Santander); dos están en trámite de apertura; cinco están pendientes de iniciar proceso; tres en proceso de deslinde; y cinco para proceso de amojonamiento.
“Debemos llamar la atención sobre una situación que de no resolverse puede convertirse en un semillero de pleitos. Existen 19 departamentos que fueron creados por normas de superior jerarquía pero sin descripción de límites en forma total o parcial. Los gobernadores deben iniciar conversaciones para lograr consenso sobre estos límites, hoy indefinidos”.
La zona de influenciaEn la controversia limítrofe entre los cuatro departamentos están involucrados territorios de ocho municipios: Tello, Neiva y Baraya en Huila; Uribe y La Macarena en Meta; Calamar y San José del Guaviare en Guaviare; y San Vicente del Caguán en Caquetá.
Con el fin de que los asistentes al foro conocieran más a fondo la zona en controversia, el IGAC analizó los suelos, el catastro y los aspectos geográficos del área, que suma más de 900 mil hectáreas.
La entidad identificó que el 85% (776 mil hectáreas) de la zona cuenta con tierras aptas para los usos agroforestales o forestales, mientras que solo el 2% (15 mil) tiene capacidad agrícola y ganadera.
Sin embargo, en la actualidad hay cerca de 300 mil hectáreas con ganadería extensiva y 6 mil con presencia de cultivos como plátano, yuca, maíz, caña panelera y arroz.
Otro factor preocupante es la deforestación en la región. Según el Ideam, entre 2015 y 2016, se perdieron aproximadamente 4.800 hectáreas de bosque en la zona.
“El área de estudio es de gran importancia en el ámbito ecológico, ya que sirve como zona de contacto entre el escudo Guayanés, la cordillera oriental y la Orinoquia.
Además hace parte de un área privilegiada ambientalmente, considerada como un corredor biológico con un banco de germoplasma único en el planeta”, apuntó Nieto Escalante.
En el área de influencia estudiada habitan cerca de 12.800 habitantes, entre los que se encuentran comunidades indígenas como Tucano, Tinigua Witoto, Carijona, Cubeo,
Curripaco, Desano, Guayaberos, Guahibo, Guanano, Nukak, Pijaos, Piratapuyo, Sikuani, y Tuyuca.
“En estos municipios hay un total de 1.047 personas mayores de 15 años que no saben leer ni escribir. Según catastro nacional hay solamente 43 predios destinados a escuelas y colegios rurales. No hay establecimientos hospitalarios de nivel II y III”, complementó el funcionario.
De los ocho municipios, Calamar, La Macarena y San José del Guaviare no han sido formados en la zona rural, y solo San Vicente del Caguán y Baraya presentan actualización catastral rural.
“Para subsanar esto, el Gobierno trabaja en la implementación del Catastro Multipropósito, un sistema que registrará información actualizada de la tierra pero basado en las parcelas. Actualmente se desarrollan pilotos en siete municipios del país”, puntualizó Nieto Escalante.