Por: Oscar Medina Gómez **
Le escuché decir por radio hace unos días a Carlos Freddy Mejía - candidato a la alcaldía de Yopal a nombre del opresor partido de la U- que la construcción de la nueva planta de tratamiento de agua para los maltratados ciudadanos de la capital demorará mínimo tres o cuatro años. ¿Saben qué? Esta es una mentira monumental del candidato, copiada de la faraona alcaldesa Lilian Fernanda.
Miente la una y miente el otro a los yopaleños. Ella cuando con tecnicismos (“prefactibilidad, factibilidad, diseños, construcción”) y posturas de suficiencia sabelotodo se empecina en confundir y engañar a la opinión pública, como si todos fuéramos imbéciles. Y él cuando copia y recita silaba a silaba, como lorito amaestrado, las mentirotas de ella.
Con honestidad y real voluntad política de sacar de la grave crisis sanitaria que padecemos todos, dejando de lado los mezquinos intereses de unos cuantos, la planta de tratamiento de agua para Yopal es posible ponerla a funcionar en un tiempo máximo de año y medio. La ciudad cuenta con lo principal: los recursos. Pero lamentablemente no cuenta con la voluntad de la alcaldesa. Ella está hoy dedicada más a dejar raspada la olla presupuestal y a la politiquearía, que a gobernar.
Dice la faraona que no hay plata para emprender y culminar una obra tan trascendental. Eso no es cierto señora alcaldesa. Le recuerdo que de junio a diciembre de este año, si nos atenemos a las cifras que pública la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, a la ciudad le entrarán por concepto de regalías petroleras algo así como entre 35 mil y 40 mil millones de pesos. Simple: a una rata de 5 mil millones mensuales.
En una crisis tan extrema como esta, donde los 140 mil seres humanos de la capital del departamento, consumimos agua sucia todos los días, es inadmisible que la omnisapiente alcaldesa salga cínicamente a decir que en por lo menos tres años habrá una nueva planta de agua. Y que el candidato Carlos Freddy Mejía, de forma cómplice y descarada, le haga la segunda a la faraona.
Mediante un convenio asesorial, acuerdo de cooperación, o como se le quiera llamar, amparada en la apremiante emergencia sanitaria la alcaldesa puede apoyarse en la reconocida experiencia que en estos temas tienen, por ejemplo, las Empresas Públicas de Medellín, EPM, reconocidas a nivel mundial por su alta eficiencia en brindar soluciones en servicios públicos a la gente.
La totalidad de los 35 o 40 mil millones de pesos de las regalías petroleras se deben destinar a este propósito. La emergencia así lo ordena. Y la ley así lo manda. Agua potable, alcantarillado y aseo –saneamiento básico- es lo que prioriza la Ley 142 de Servicios Públicos Domiciliarios, para garantizar la calidad de vida de los usuarios. Entiéndase el pueblo. Y más cuando se trata de darle a la gente agua potable apta para el consumo humano. Cosa que no ocurre en Yopal. Porque, insisto, el agua que tomamos y usamos hace tres meses es sucia, contaminada. Con alto riesgo de causar enfermedades estomacales y de piel en las personas.
Doña faraona Lilian Fernanda anda por ahí, fresca y oronda, como si nada estuviera pasando en el pueblo que dice gobernar. Aupada por una prensa abyecta y arrodillada, a la que maneja a su antojo con lisonjas publicitarias y vaya uno a saber que otro tipo de favores. Fernanda por ahí anda entregando parques extremos inutilizados, dizque para la juventud, a costos de mil millones de pesos. Inaugurando puentes peatonales innecesarios de mil quinientos millones. Innecesarios, digo, porque el peatonal de la calle 40, justo en frente de un semáforo es una faraònioca estupidez. O, por ahí anda, apadrinando viviendas Torres del Silencio justo en época electoral.
Y con todo y esto, al candidato Carlos Freddy Mejía -cómplice político y administrativo del ex -gobernador Raúl Flórez, representante del Partido de la U, el mismo que por obra y gracia de Juan Lozano nos montó a la fuerza a la gobernadora metense Marta Gonfrier y patrocinó el dramático recorte de las regalías petroleras - le parece que la propuesta de la faraona alcaldesa para la planta de agua de Yopal es perfecta. Bueno. Entre mentirosos se entienden y se arropan con la misma cobija. El también se autoproclama como el gestionador de la construcción de otro puente peatonal bobo: el de la calle 24 con carrera 9 en La Campiña. Justo en frente de un semáforo. De mil quinientos millones.
Esta curiosa coincidencia de este par de mentirosos personajes me lleva a pensar que la alcaldesa se la está jugando políticamente con Carlos Freddy a la alcaldía de Yopal. Sin importarle la traición a su partido, Cambio Radical, y a su candidato Arcenio Sandoval. De todo se ve. Y todo se puede. La misma faraona -por quien nadie daba un peso hace cuatro años- resultó ganadora gracias a que Willian Pérez se la echó literalmente al hombro. De tarima en tarima. De vereda en vereda. Así que esa traición partidista es muy factible. Ella y èl actúan muy parecido. O, mejor, igual. Con mentiras. Digo yo
**Periodista – Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública
Pontificia Universidad Javeriana