Por: Oscar Medina Gómez
En columna anterior me ocupe de un muy rápido perfil de los “honorables” candidatos a la gobernación de Casanare. Injusto sería no dedicarle también unas cuantas palabras a sus pares pero a la alcaldía de Yopal, otro grupo igualmente “honorable”.
Carlos Freddy Mejía quiere ser alcalde enarbolando las banderas del Partido de la U. Este personaje –que no cabe en la ropa de tanta sapiencia y prepotencia que tiene- jugó un papel clave como diputado. Pero para empobrecer a los casanareños y enriquecer a unos cuantos. Vaya uno a saber si entre éstos está él. Se mantuvo genuflexo -como todos sus colegas- ante los exabruptos y felonías administrativas del destituido gobernador Raúl Flórez. Como aprobarle endeudamiento, vigencias futuras, venta de bonos yankees y planes de agua multimillonarios.
Su delito es haber mantenido durante más de tres años un silencio cómplice, un nulo control político frente a las andanzas del bribón gobernador. La gente esperaba en Mejía un cambio real. No eslóganes de despertares que jamás llegaron.
Decepcionó. ¿Cómo votar por un novel promesero, que defiende al Partido de la U, opresor de los casanareños?
Por recolección de firmas -luego de la patada en el culo que le dio el opresor Partido de la U- Luis Eduardo Castro está dando la pelea. Fue concejal, diputado y secretario de gobierno por 8 días en el desgobierno de Raúl Flórez. A pesar de ser perdedor –con Nelson Mariño a la alcaldía y con Maritza Martínez al Senado- reconozco en él a un tipo luchador, pero al que le falta tacto en sus discursos. Cuando se le oye hablar parece que estuviera peleando con todo el mundo. Eso le ahuyenta electores. La consulta popular que le permitió aspirar al senado, estuvo salpicada por la duda del fraude. Esas cuentas nunca cuadraron. Al parecer ahí metieron la mano los actuales diputados y las autoridades electorales. El asunto es que este lunar no se la ha podido quitar. Y le hace daño.
Otro prohombre es Arcenio Sandoval, candidato oficial de La Faraona alcaldesa de Yopal Lilian Fernanda Salcedo Restrepo. Va por Cambio Radical, el partido del Ministro del Interior Germán Vargas Lleras, a quien el ex - presidente Alvaro Uribe acusa de haber tenido relaciones “non santas” con el paramilitarismo en Casanare y con Mancuso.
Este candidato ha sabido mimetizarse y acomodarse de lo lindo en todos los gobiernos. Desde el de Jorge Prieto –donde fue encapachador de plántulas de palma- pasando por el de William Pérez –trabajó como ayudante de construcción-, el de Helí Cala –fue funcionario en la Unidad de Vivienda- y el del títere mandato de Whitman Porras, donde Arcenio laboró en vivienda de interés social y en la supervisión de vías terciarias. Anda circulando una información que da cuenta de cómo su señora madre, quien es funcionaria del SISBEN en la alcaldía de Yopal, le dice a los parroquianos que ella les colabora pero que no olviden el votico por su hijo. Eso, de comprobarse, es ¡tráfico de influencias!. Ojalá no sea de esos candidatos a los que se les aparece la virgen. Es decir que, ya por falta de líderes verracos o por desgano con la tradicional clase política, resultan ganadores.
Por segunda vez Willman Enrique Celemín también está pujando por ser el alcalde de Yopal a nombre del Partido Liberal. Si nos atenemos a las encuestas de calle y sondeos de los medios de comunicación, él será el próximo alcalde. Pero ¡ojo! Faltan casi tres meses. Y todo puede pasar. Aunque tiene experiencia, conocimiento y liderazgo político, lo mismo que detalle de las necesidades de los yopaleños, perdió la contienda anterior con la faraona. Causas: triunfalismo, malas juntas políticas, etc-. Precisamente se rumorea que esas elecciones lo dejaron jodidamente endeudado, no obstante Efrén Hernández haberle ayudado con suficiencia a pagar deudas. Y es que lo peor que puede hacer un candidato es empeñarle en campaña su alma al diablo. Cuando gana, ese diablo llamado contratistas -o en su momento paramilitares- no se la perdona. O si no pregúntenle a Raúl. Le cobra porque le cobra. A costa de envilecer al pueblo. Creo que este no es el caso de Celemín.
Toca hablar también de Elfar Danilo Leal, flamante candidato del Partido Verde. Su paso por INDERCAS fue un diente de león. Se deshizo en el viento. Y en el tiempo. Bueno, qué esperábamos si era una cuota burocrática. Elfar obra políticamente defendiendo un partido que, como el verde, no produce sino náuseas. Por sus triples saltos mortales de acomodamiento politiquero –con Álvaro Uribe Vélez, con Juan Manuel Santos- esta colectividad compite cabeza a cabeza con el Partido de la U por ser el peor de los últimos años. Este buen hombre debería dedicarse a pastorear almas descarriadas en alguna secta evangélica. O algo así. Tiene cara de todo menos de politiquero. Y mejor que así sea. No se por qué se metió a este cartel. Que, como dijo Pablo Escobar, es peor que el del narcotráfico, el del sexo o el de las armas.
Bien. Estos son los hombres que aspiran a suceder a la faraona Lilian Fernanda en el Palacio de La Herradura. A propósito: no hay en el partido otra faraona. Dios y todos los santos –que no Juan Manuel- nos . Digo yo.
**Periodista – Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública Pontificia Universidad Javeriana