Por Leonardo Puentes*
Cuando pensábamos que las aguas comenzaban a calmarse y que la solución al menos transitoria que Yopal esperaba hace 33 meses estaba a punto de ser realidad, lo que resultó fue una creciente que trae a su paso los lodos y la turbiedad de manejos mezquinos, que comienzan a salpicar a los probables responsables de la tragedia que hoy vive nuestra capital. Imposible dejar de referirnos a los últimos hechos que se siguen sumando a esta inocultable avalancha de corrupción, que tiene sepultado el anhelo de los yopaleños de tener pronto agua potable en sus casas.
Con total frialdad y desparpajo, el ingeniero Rodolfo Lizarazo, empleado y hermano del dueño de la empresa NyF, firma que se encargó de la construcción de los tanques de la tristemente célebre Planta Modular de Yopal, reveló la semana pasada en entrevista radial, la burda e inescrupulosa manera como se habría ‘cocinado’ el contrato de la planta. El señor Lizarazo hizo público el recuento de reuniones y ‘acuerdos’ que se habrían hecho desde finales del año 2012 entre su empresa y la Administración de Yopal en cabeza del señor Alcalde, el Gerente de la Empresa de Servicios de ese entonces, el Secretario de Obras y uno de sus asesores de más ‘alto nivel’.
Lo que se deriva de sus declaraciones pareciera una repugnante cadena de conductas delictivas en las que habrían incurrido los señores previamente mencionados. Que se les pidió bajar los costos de la obra porque la plata no alcanzaba y ‘había que pasarle plata a unas personas’, que ‘se utilizaron materiales de segunda’ y según el ingeniero en la obra no se habrían invertido ni el 50% de los recursos facturados a la ciudadanía de Yopal, es decir la mitad de los $7.800 millones del contrato inicial.
Que ‘manos oscuras’ en la EAAAY se habrían apropiado y usado de manera indebida los cálculos y diseños de una cotización en la cual se ofrecían los servicios del Ingeniero Roberto Montiel, a quien le habrían suplantado la firma. En fin, la confirmación de viva voz de uno de los protagonistas, de hechos sobre los cuales ya se venía rumorando hace varias semanas.
Así como al tanque que explotó le quedaron fisuras, parece que a la cadena de arreglos para defraudar a una ciudad postrada no solamente por la falta de agua, sino de una dirigencia con la ética y la rectitud suficientes para respetar el sufrimiento de 180 mil personas, le comienzan a aparecer las fisuras que nos van a permitir conocer la verdad y, ojalá, provoquen el castigo más severo para los responsables. El ingeniero Lizarazo trató de rectificar sus señalamientos frente a la responsabilidad del alcalde, al parecer su hermano salió también a descalificarlo, pero lo dicho, dicho está y amerita la más rigurosa revisión de los organismos de control. Cualquiera sea el resultado de estas investigaciones, lo que demuestran los hechos es que Yopal hoy no tiene agua por culpa de la corrupción.
Y al otro día vino la creciente de denuncias de todos lados. El Ministro salió a denunciar con base en el informe que la Superintendencia produjo hace más de un mes, Constantino Tami también dice que denunció los hechos, que tuvo que haber conocido desde el mismo momento en que suscribió el Acta de Inicio del Contrato, hace cerca de 10 meses; y el alcalde también dice que interpuso las denuncias y que ha hecho lo mejor que ha podido. Realmente vergonzoso, las administraciones del departamento y el municipio han administrado más de 2 billones de pesos en los últimos 2 años y no ha sido posible darle agua a Yopal; sencillamente injustificable e imperdonable.
ADENDA: A quienes nos señalan de usar esta crisis como ‘caballito de batalla’ política les sugerimos tener presente que la única persona que ha hecho política con el asunto ganó las elecciones en 2011 y hoy es nuestro alcalde.
*Concejal de Yopal.