Juan Carlos Niño Niño*

Unos días antes de las pasadas elecciones al Congreso, el candidato César Zorro me preguntó cómo veía las elecciones, y no dudé en contestarle que me preocupaba la organización de su campaña en los diferentes municipios, y no dudé en reiterarle que el triunfo no dependía sólo de la ventaja que evidentemente tenía en Yopal, y que desafortunadamente las grandes maquinarias estaban aprovechando esa debilidad, para afinar sus estrategias, inyectarle aún más recursos y multiplicar sus ofrecimientos de prebendas y francachelas en el resto de municipios, convencidos que eso era más que suficiente para acabar con la propuesta “Avancemos Casanare” o “Seguimos en la lucha”, como acuñó César en su momento el mencionado programa legislativo.

El candidato “Debajo del sombreo” gesticuló una mirada perdida pero consciente, anotando que había hecho todo lo estaba a su alcance en estas elecciones, que no podía hacer más porque no contaba con los recursos necesarios, que incluso se habían cerrados directorios en dos municipios, “porque no alcancé a mandarle algunos recursos a mis amigos para lo de logística... lo que nos resta ahora es dejárselo todo a Dios”, me dijo antes de contestar las miles y miles de llamadas de muchas gente que lo animaban a no desfallecer en ningún momento, incluidos los mensajes de un gran amigo y teólogo, que a diario lo instaba al contacto consciente y directo con Dios.

En ese preciso momento entendí que estaba ante un candidato con la suficiente madurez para enfrentar las adversidades, consciente de que en la vida se acierta o se equivoca, lo que sin duda explicaba porque estaba ahí, como candidato a la Cámara, al borde de convertirse en un fenómeno electoral en Yopal (15 mil votos), y en una inesperada pero reconfortante respuesta del resto de municipios del Departamento, en contra del pronóstico despiadado y maquiavélico de otras campañas que invirtieron todo el “billete” necesario (se dice que en la lista de otro partido, dos candidatos primíparos invirtieron en total más de 4 mil millones de pesos), con el supuesto equivocado de que los municipios eran la debilidad del candidato del sombrero, pero los casanareños demostraron que en la vida no todo es el dinero.

Una vez electo como Congresista, he visto a un César aún más estudioso, disciplinado, constante, inquieto por conocer cada vez más el Congreso de la República, con el fin de encuadrar su gestión social con los principios y lineamientos del legislativo, pero ante todo sin perder un solo milímetro de su sencillez, recorriendo aún con más ahínco cada rincón del Departamento, concertando con los distintos sectores ideas, propuestas, iniciativas para llevar a partir del 20 de julio al Congreso, dentro de una propuesta denominada “Agenda común de gestión” de proyectos de inversión, que se convierte en una invaluable estrategia para solventar la actual crisis socioeconómica de nuestro Departamento.

Aún no logro entender cómo algunos ciudadanos (incluida una reciente columna del periodista Óscar Medina, que entre otras cosas se despacha en señalamientos y descalificativos totalmente injustos y crueles contra César), les indispone el anuncio de César Zorro de radicar una proposición para citar a un debate de control político en la Plenaria de la Cámara sobre la crisis administrativa y económica de Capresoca.

Por Dios santísimo! Que nos pasa? Esto definitivamente es más una intención de minimizar, o incluso de sabotear sin argumento alguno la propuesta legislativa de César Zorro, hasta tal punto que lo quieren cuestionar con el absurdo argumento de que el 20 de julio no se puede radicar una sola proposición sobre control político ni radicar un solo proyecto de ley, cuando es claro que si se puede hacer porque ese mismo día se instala el nuevo Congreso y las plenarias de Cámara y Senado sesionan ordinariamente por separado para elegir a sus mesas directivas.

En más de veinte años como asesor de la Cámara de Representantes, es la primera vez que un congresista casanareño (electo) tiene la valentía de anunciar la citación a un debate de control político a la antigua Caja de Previsión Social de Casanare o la actual Capresoca, lo que significa ni más ni menos que ubicar esta problemático en el escenario nacional, abrir las puertas para que sea incluido en los lineamientos y estrategias del Plan Nacional de Desarrollo y en los montos de inversión de los presupuestos del próximo cuatrienio, como también su inclusión dentro de las bases de una próxima reforma integral a la salud en el Congreso.

La incursión de César Zorro en la Capital como representante a la Cámara (electo), le ha permitido liderar dentro de la Alianza Verde discusiones tan importantes como la problemática del agua potable en Yopal, la red vial del Departamento y el manejo sostenible del medio ambiente ante la explotación petrolera, entre otros, que le ha valido el reconocimiento y contundente respaldo de figuras tan importantes de esta colectividad, como las senadoras electas Angelica Lozano y Sandra Ortiz, y el actual Representante por Bogotá Inti Raúl Asprilla, lo que anticipa un avanzado y excepcional inicio de César en la Cámara de Representantes.

Coletilla: Ese liderato de Cesar Zorro le ha permitido ser nominado al interior de la Bancada Verde, para ser miembro de la Comisión Tercera o Quinta de la Cámara, lo que se convierte en ni más ni menos que entrar por la puerta grande al Congreso de la República, teniendo en cuenta que la primera maneja el Plan Nacional de Desarrollo y el presupuesto anual; y la segunda maneja la política ambiental, petrolera y agropecuaria del País. A buena hora! Digo yo...

* Especialista “Gobierno y gestión pública territoriales”, Pontificia Universidad Javeriana.

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