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De Frente - ¡Socialismo: esa la vía!

 Por Oscar Medina Gómez*

Ningún residente de la libre Berlín occidental quería pasarse a la ocupada y humillada Berlín oriental, tiranizada bajo el yugo de los soviéticos. Al contrario: se calcula en por lo menos 250 los asesinados por las balas de la policía y el ejército comunista, o volados en mil pedazos por las minas sembradas de lado oriental. Personas que durante los largos 28 años que duró esa vergonzosa cicatriz de 45 kilómetros, de hierro y hormigón, intentaron atravesarla sin éxito. El muro socialista no partió en dos la ciudad. Despedazó en miles de pedazos la bella Berlín: sentimientos, familias, historia, cultura, política, economía, costumbres. Pero para los mamertos, en Colombia el socialismo es la vía.

Si nos atenemos a las cifras oficiales de Migración Colombia, en la actualidad están en territorio nacional 2 millones de venezolanos que han huido de la maravilla socialista venezolana. Ahora, si vemos la realidad y sumamos sólo los que hay en las 10 principales ciudades, la cifra es diferente: puede rondar los 3 millones. Bogotá, Norte de Santander, Antioquia, Valle, Atlántico y Santander suman casi dos millones de harapientos venecos. Que en su mayoría están causando problemas de todo tipo, donde el mas grave es el bandidaje al que se dedican miles de esos delincuentes. Si la revolución socialista del siglo XXI del muerto Hugo Chávez y que sigue parloteando como loro mojado Nicolas Maduro es tan buena, y ha traído tanto desarrollo y bienestar a la gente ¿entonces por qué huyen despavoridos todos los días por miles hacia Colombia y el resto de pises del continente buscando comida y trabajo? Pero para los mamertos, en Colombia el socialismo es la vía.

Los 25 millones de seres humanos que habitan contra su voluntad en la República Socialista de Corea del Norte, desde luego no pasan sus horas aplaudiendo felices el modo de vida que les tocó en suerte. Por imposición a la fuerza de Kim Jong-un lo han perdido todo: su voz, su dignidad, su honra, su libertad, su vida. De sus bienes no se habla porque allí nadie tiene nada. Bueno, solo los miembros del cinturón de poder militar que se arrodilla y obedece fielmente a la déspota bestia obesa que allí manda.  Jamás se ha sabido que un medio de comunicación registre uno, tan sólo un sólo caso de alguien de la desarrollada economía libre de Corea del Sur que quiera irse a vivir a su vecina del norte. A la capital Pion yang, donde el bíblico paraíso celestial palidece ante tanta belleza socialista. Un bajísimo PIB per cápita de apenas 1249 dólares, un desempleo superior al 44 por ciento, elevados niveles de corrupción estatal, desabastecimiento incontrolable en la producción agrícola, bajos índices de producción industrial -ropa, electrodomésticos, autos, equipos electrónicos, bienes materiales- y una desbocada producción armamentista y nuclear, hacen hoy de Corea del Norte un país inviable. Donde los campos de concentración de trabajos forzados, las desapariciones y los asesinatos sistemáticos de gente, y las purgas gubernamentales son el pan diario. Todo el que respire y piense diferente se muere. Pero para los mamertos, en Colombia el socialismo es la vía.

Las estadísticas indican que hoy Nicaragua es uno de los países más pobres del mundo. Al finalizar el 2020 los índices de pobreza y mísera estarán llegando al 37%. Que 2 millones 590 mil personas estén comiendo mierda es apocalíptico, en un país con apenas 7 millones de seres humanos. Según la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social, FUNIDES, con no más de un dólar diario tienen que arreglárselas. Van y vienen por las calles de Managua, arrodillándose en los restaurantes y supermercados por un trozo de pan viejo o sobras de comida, y desocupando los botaderos de basura en busca de mortecinos o frutas descompuestas. Y van, como en Venezuela, por la vía abierta: cometiendo toda suerte de delitos y crímenes contra la gente. Es la obra magna de un delincuentazo, narcoterrorista, pederasta y corrupto llamado Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo, quien a nombre del maravilloso socialismo tiene convertido esa nación en un infierno. Pero para los mamertos, en Colombia el socialismo es la vía.

No puedo dejar de lado a la feliz socialista, marxista y leninista Cuba. Allí ese fantástico gobierno se traduce en ríos de leche y miel que fluyen por las calles de La Habana y otras 15 provincias. Todos los días 12 millones de cubanos no paran de bailar de la dicha adorando al régimen de los Castro. Fidel, murió después de casi 50 años de mandar, comer, emborracharse, follar y robar a sus anchas. Lo mismo que la de los Chávez, los Maduro, y los Cabello en Venezuela, se cree que su fortuna es una de las más grandes de América. En 2008 a dedo puso en el poder a su hermano Raúl, quien en apenas 10 años que estuvo de presidente no sólo empobreció y asfixió mucho más cualquier asomo de libertad del pueblo cubano. Se dedicó en paralelo a exportar su “revolución socialista” a través de miles de ineptos y teguas ¨médicos” cubanos que infiltraron toda la política de venezolana, convirtiéndose en aparato represor al servicio de las fuerzas armadas. A cambio, Chávez primero y Maduro ahora, sigue enviando a Cuba diariamente más de 100 mil barriles de petróleo, ¡sin costo! Miguel Díaz Canel, muerto de la risa, se frota las manos del tremendo negociazo. A costillas del desangre de la riqueza venezolana. Pero para los mamertos, en Colombia el socialismo es la vía.

Con el cuentico acomodado y falso del derecho a la protesta, la inclusión social y la lucha de clases, es criminal que la alcaldesa capitalina Claudia López y el senador Gustavo Petro incendien no sólo a Bogotá y al país. Sí: la muerte de Javier Ordoñez a manos de dos podridos policías en la localidad de Engativá en la madrugada del 9 de septiembre es algo muy lamentable. Sin atenuantes, fue un evidente crimen. Pero no por eso entonces vamos a decir que 180 mil policías son delincuentes. Como mañosamente lo insinúa López, desgarrándose la piel por dizque reformas urgentes en la policía.

Al parecer con un libreto preconcebido con meses por la izquierda radical -que la envalentonada alcaldesa y el culebrero senador conocían- buscando ganancias políticas la López y Petro auparon, alentaron a los vándalos y los delincuentes para que destrozaran todo lo que se toparan en el camino: sistemas de transporte, edificios públicos, bancos, comercio organizado, monumentos, estaciones de policía. Por Twitter -canal por el que es valiente y bravucona, pero no en la vida real para enfrentar a los delincuentes-  la alcaldesa “ordenaba” a la fuerza policial no intervenir y dejar que el terrorismo acabara con la ciudad. ¡Inaudito! Cerca de 20 muertos y más de 300 heridos, y miles de millones en pérdidas materiales fueron la cosecha del socialismo que defienden y gritan desjetados Claudia López y Gustavo Petro. Costos que con impuestos pagaremos todos nosotros.

Lo más desalentador es que Iván Duque ve pasar el caos. No ejerce el monopolio y autoridad constitucional que tiene sobre las armas para restablecer el orden. No actúa. No manda. ¡No tenemos Presidente! Digo yo.


*Periodista


La sección de OPINIÓN es un espacio generado por Editorialistas y no refleja o compromete el pensamiento, ni la opinión de www.prensalibrecasanare.com



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