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De Frente - ¡Pónganse de acuerdo!

 Por Oscar Medina Gómez

Frente a Amanda Rocío, Alirio está en una clara posición política desventajosa. Mientras la senadora goza hoy de poder, mando, influencia, resultados y sólido respaldo no sólo en Casanare sino en algunas esferas del alto gobierno nacional, el exgobernador es todo lo contrario. Claro, dirán, es que ya no es el gobernador. Por eso su poder, mando, influencia, respaldo y resultados se han venido evaporando.

Desde que asumió el cargo, a ella se la ve trabajando como una infatigable hormiga arriera, en todos los rincones no solo de Casanare sino de otras regiones como Arauca, Boyacá, Meta, Vichada y Cundinamarca. Incluso, orgullosa siempre de su Llaneridad, con su sonrisa encantadora, sombrero, pantalones y botas bien puestas ha estado poniéndole el pecho al viento en regiones lejanas como Atlántico, Córdoba, Sucre y Guajira.

A él se lo ve solitario y pensativo en su finca cercana a Yopal. Pareciera que la feroz batalla que libra con sus demonios personales y políticos, es interminable. Y, si no le pone tate quieto a esas angustias que le taladran el cuerpo y el alma, puede salir seriamente lastimado. Y derrotado.

Ambos quieren continuar protagonizando la política local y regional. Cada uno, en las posiciones de elección popular que han ocupado, han sabido responder a las expectativas de la gente. Por su gestión y resultados él fue declarado uno de los mejores gobernadores del país durante el periodo 2016-2019. Ella, a quien todavía le quedan 18 meses en el cargo de Senadora de la República, por su honesta y abierta forma de ser y actuar, y su trabajo denodado con resultados palpables, es sin titubeos la mejor congresista que ha tenido el departamento en toda su historia. Un botón de muestra: hoy día es la sobresaliente Presidenta de la Comisión Sexta del Senado. Que se ganó a pulso y por méritos, enfrentando con claros y rotundos argumentos al mismísimo expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien quería imponer a la cordobesa Ruby Chagüi.

Ella quiere ser la primera gobernadora. Y tiene sobrados todos los merecimientos: resultados palpables, credibilidad ciudadana, sensibilidad social, conocimiento al dedillo de lo que el pueblo necesita y de lo que se realmente se puede hacer. Él, también con méritos, quiere repetir gobernación. Esa contienda será en octubre de 2023, para asumir el cargo el 1 de enero de 2024. Es más: Uribe Vélez ha puesto a sonar a Alirio Barrera como un posible precandidato para las presidenciales de mayo de 2022. Esto, que de fogonazo pareciera una quimera y un globo al viento del curtido y sagaz expresidente, a mí no me lo parece. A ver: si al momento de ser elegido fue presidente un bribón de opaco y dudoso actuar político como Cesar Gaviria Trujillo ¿por qué no Alirio, que en nada se le parece?

El ojo del huracán está en que hoy Amanda Rocío y Alirio sueñan con el mismo cargo. Eso, sumado a algunas jugadas de “heroísmo” y querer “sacar pecho” político (como dicen vulgarmente) estelarizadas por el exgobernador, los tienen peleando a los dos. Cosa que es peligrosamente negativa para ambos. Envía un preocupante mensaje divisionista a los militantes y simpatizantes del Centro Democrático. Partido que con todo y los escándalos y sacudones que ha tenido sigue siendo el que manda la parada no sólo en Casanare sino en amplias regiones de la Patria. Así la senadora tenga buena parte de la razón en estar molesta, andar dándose puñetazos políticos con su primo, es estar pisando una cáscara que los puede tumbar en pareja.

Lo más inteligente es que se dejen de soberbias, reclamos, insultos, orgullos y pasiones. Y se sienten a hablar. Que se pongan de acuerdo. Por ejemplo, que luego de que cumpla sus cuatro años como senadora, Amanda Rocío le ponga todo el empeño y disciplina a la gobernación. Y Alirio, desde ya, se dedique a trabajar para ser Senador de la República. Si los dos son serios, respetan los acuerdos y no juegan la partida con cartas marcadas ¡ambos lograrán el triunfo! Ahora, esta propuesta bien podría ser, al contrario.

Otro escenario es que la pelea que actualmente los ocupa se agudice y alargue. Y que insistan en ser ungidos como candidatos del CD a la gobernación. Aquí la cosa se complica. Si Uribe apoya a Alirio, por ejemplo, pues Amanda no tiene otra salida sino lanzarse por firmas ciudadanas. Es decir, tendría que renunciar al CD. Aquí me aventuro a decir que la actual senadora derrotaría al exgobernador. Arriba, someramente, hablé de las razones.

Este lienzo político que estoy pintando -Amanda Rocío contra Alirio en busca de la Gobernación de Casanare- puede contener pinceladas hoy inimaginables: la senadora aliada y apoyando a Marco Tulio Ruiz a la Alcaldía de Yopal. Y el exgobernador Barrera aliado y apoyando a Cesar Ortiz Zorro, también al primer cargo del municipio. ¡En política nada está escrito y amanece todos los días!

Ambos -Amanda Rocío y Alirio- se necesitan. Ambos han demostrado que, en llave, unidos, de la mano pueden conservar por varios lustros el mando de la política casanareña. Enterrando definitivamente a oxidados apellidos que reinaron con mucha pena y poca gloria: Dalel, Chávez, Pérez, Wilchez, Hernández, Prieto, Mariño. Alirio fue gobernador con la denodada ayuda de Amanda Rocío. Y ella es Senadora, laureada y aplaudida por amigos y enemigos, con la ayuda del exgobernador.

Para los dos, lo más devastador, el peor negocio es que sigan enfrentados por ambiciones personales y celos políticos. Si continúan caminando por ese camino, se van al despeñadero juntos. Digo yo.


La sección de OPINIÓN es un espacio generado por Editorialistas y no refleja o compromete el pensamiento, ni la opinión de www.prensalibrecasanare.com



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