Por Oscar Medina Gómez*
El fracaso electoral de Germán Vargas Lleras en el país y en Casanare, marca un punto de quiebre no sólo para sus planes de poder y de gobierno en adelante, sino para quienes lo secundan.
Marco Tulio Ruiz, el aplaudido exgobernador de Casanare se echó encima la coordinación regional de la campaña presidencial de Vargas Lleras con los resultados vergonzantes que ya todos conocemos: ni siquiera logró en el departamento 4 mil votos.
Obviamente, la culpa de esta vergüenza electoral no es de Marco Tulio. Es, desde luego, de Germán Vargas Lleras. La gente le pasó cuenta de cobro en las urnas, no obstante ser una de los hombres más y mejor preparados para dirigir la nación. Un político que además de estructurado mental, académica y socialmente, es inteligente, agudo, curtido y que sabe moverse en el sinuoso y peligroso camino de la política.
Su antipatía natural que le brota por los poros, su carácter agrio y distante con el pueblo, su lastre de ser parte clave del gobierno del derrumbado presidente Juan Manuel Santos -uno de los mandatarios más cuestionados e impopulares en los últimos 60 años-, su oportunismo político al querer desconocer que es el partero y jefe natural del corrupto partido Cambio Radical y más factores pesaron a la hora de su derrota.
Pero el tema aquí es Casanare. Qué va a hacer Marco Tulio Ruiz para recomponer el camino político y volver a ser gobernador. Como lo ha expresado en múltiples escenarios.
Las dos derrotas de su candidato Julio Ramos –una a Gobernación de Casanare y otra a la Cámara de Representantes-, y ahora la de Vargas Lleras a la presidencia, lo dejan en una posición muy dramática con miras a las elecciones de gobernador de octubre de 2019. Casi agónica. En coma y con respirador artificial.
Esas tres palizas en serie –y en serio- en las urnas son sintomáticas de que algo está pasado con el feeling, con la “political connection”, con el “ángel” de Marco Tulio con la gente. La luna de miel con uno de los más populares y respaldados gobernadores de Casanare ¿está llegando a su final? ¿Terminó su “moméntum político”?
Por su puesto que una cosa es estar actuando como personaje principal en el escenario y otra es estar detrás de bastidores. Mejor dicho: una cosa es Marco Tulio como candidato y otra es Marco Tulio apoyando a candidatos. Aquí, desde luego, la aceptación y respaldo popular de su figura y de su nombre toman otro rumbo. Se fortalece sustancialmente. A nadie le quepa la menor duda de esto.
Además, porque el exgobernador tiene muchas obras concretas para mostrar. Que logró en apenas dos años y medio de gobierno: miles de soluciones de vivienda, centenares de kilómetros de nuevas vías pavimentadas y otro tanto mejoradas, líneas de gas y electrificación que llegaron a zonas rurales olvidadas, no pocos centros educativos puestos a funcionar. En fin.
No obstante, a la luz de los irrefutables hechos políticos que he mencionado, el nombre de Marco Tulio está golpeado, resentido, abofeteado, humillado y manchado de derrota. Por lo tanto, aunque sigue siendo una de las mejores opciones para el desarrollo de Casanare, no la tiene fácil para volver al poder y mando de la gobernación. Y desde ya tiene que sacudirse, dejar a un lado su a veces fastidioso endiosamiento y ponerse a corregir su andar.
Varias cosas son claras: uno, Marco Tulio tiene que salirse de las todas del merecidamente desprestigiado Cambio Radical. Lo mismo que el Partido Liberal, el Conservador y el de la U, son cuevas de bandidos que han arruinado el país. Dos, buscar su candidatura o bien por firmas o mediante una alianza con el gobernador Alirio Barrea. Sí, con Alirio. Entre ellos son más las cosas que los unes que las que los separan. Aquí la senadora del Centro Democrático Amanda Roció González, debe jugar un papel clave. ¡En política todo es posible!
Tres: replantear comportamientos de su actuar personal, de su compinchería con algunas y algunos que lo tienen marcado. ¡Ojo que esto será determinante al momento de querer recoger el respaldo ciudadano!
Cuatro: aceptar que no es el único que tiene votos en Casanare. Hay más candidatos y candidatas. Lilian Fernanda Salcedo es una de ellas. Cinco: Marco Tulio tiene que limpiar su imagen y su nombre de todos esos personajes que se dice forman parte del “Clan de la Casita”. Rótulo que mucho daño le ha hecho. Nelson Mariño, Lucho García, Celemín, José Rodolfo, Julio Ramos, Jorge García, los gemelos Molina y más fichas no pueden seguir figurando dentro de su “staff” político. Claro: pueden ayudar a conseguirle votos. Pero que no los vea nadie.
Si Marco Tulio no lo hace, si no atiende estos consejos, es mejor que se quede quieto. Digo yo.
*Periodista
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