Pocas, muy pocas mujeres han sobresalido en la joven historia política de Casanare. En los últimos 40 años ellas han sido rudamente relegadas por los hombres. Sobre todo en la pelea por los cargos de elección popular. Y, básicamente, en los sueños de muchas de ser gobernadoras y alcaldesas. Aunque en varios de los 19 municipios diferentes a la capital departamental han mandado alcaldesas, en el caso de Yopal la ausencia de mandatarias, electas por el pueblo, asusta. Sólo hay una: Lilian Fernanda Salcedo. Y, en otro escenario, las que han sido diputadas se cuentan con los dedos de las manos. Y sobras dedos.
Y no es por falta de mujeres capaces en lo político, académico e intelectual. Es porque un amplísimo sector de ellas mismas aún cree que el ejercicio de la política es cosa de hombres. Ese machismo dañino que predican las tiene relegadas a cargos de segundo y tercer nivel, donde son los hombres quienes las nombran.
Por eso cuando de pronto surge una figura femenina nueva y atractiva, que con sus pecados y virtudes en corto tiempo ha dado muestras claras y contundentes de querencia por su departamento, por su género y por el pueblo llanero, pues necesariamente obliga a voltear la mirada hacia su estampa y nombre.
Profundamente respetuosa de Dios, es una cristiana firme, una creyente plena y una practicante sin dobleces. Tan así, que diariamente encomienda todos sus pensamientos y actuaciones, por importantes o intrascendentes que parezcan, a un creador supremo. A un ser rector único y universal de todo lo que sentimos, vemos y oímos. Ese ser es su luz y su guía. Eso sí, es una cristiana moderna que no necesita ataviarse con rebozos, escapularios ni menos auto-flagelarse, para que le crean que es una mujer de fe.
Cada que se la ve en público, a esta aguazuleña –parida en la vereda Monterralo- se le huele su procedencia campesina que suda por todos sus poros. Cosa de la que se siente tremendamente orgullosa. Y es que en su hablar alegre, franco, fuerte, desprevenido, encantador, sin rodeos y en ocasiones atolondrador, se le nota su inconfundible oriundez rural. Desde luego que sabe claramente cuándo y en qué momento hay que actuar con lenguaje cancilleresco, diplomático, fino y coquetón. Más en los sinuosos caminos de la política por los que transita a diario. ¡Ni boba que fuera!
Pero ojo, no se confundan. Si a esta auténtica y frentera mujer le toca cantarle las cuarenta al mismísimo rey pepinito, ¡se las canta! Donde sea y cuando sea. Con argumentos y sin titubeos, ella prefiere aquello de que es mejor ponerse colorada una vez y no pálida toda la vida. Esta forma de ser, francota pero respetuosa por las ideas ajenas, es uno de sus sellos particulares. Ella es como es. Y punto.
Su nombre se dio a conocer departamental y nacionalmente en marzo de 2018. Contra todo pronóstico, y en su primera aparición en el ring político, puso a escurrir babas a todos los apostadores y sabelotodo. Y a echar madres de la bronca perdedora a “respetabilísimos” rivales. Zorros viejos de muchas décadas en el trajín electoral. En las elecciones al Congreso de marzo de ese año, con cerca de 47 mil electores, trabajando infatigablemente, logró la tercera votación del Centro Democrático al Senado de la República. Superada apenas por Álvaro Uribe y Paola Holguín.
Desde entonces, y luego de meterla toda ese mismo año para que Iván Duque fuera Presidente de la República, no sólo nada y se mueve con suficiencia en la misma pecera del primer mandatario nacional, sino en el mismo acuario del todopoderoso expresidente Álvaro Uribe Vélez. Hagan cuentas de ahí para abajo. ¡Háganme el favor!
Volvió a demostrar con creces sus alcances, sagacidad, agudeza, inteligencia y talento en el peligroso terreno de la política en octubre del 2019, cuando Salomón Sanabria, su candidato del CD, fue elegido gobernador de Casanare. Nadie daba un centavo por esa apuesta. Pero como en el 2015 cuando Alirio Barrera fue elegido gobernador, ella estaba convencida que SS también podía lograr la victoria. Siempre, claro, bajo la tutela de Dios. Entonces ¿Quién dijo miedo? En 4 meses se dedicó a recorrer el departamento con su candidato al hombro. A untarse de pueblo las 24 horas. De lunes a domingo. Sin parar. Otra vez, como con Alirio, ella misma y Duque, se la jugó nuevamente a fondo. ¡Y ganó!
De sus logros como Senadora de la República en menos de 2 años, no hablo yo. Llamen a su jefe de prensa. Lo que sí tengo claro es que esta seductora y hermosa mujer, amante incondicional de su familia, de su esposo y de su hijo, que siempre viste con altivez y orgullo de sombrero alón, pelo en moña, camisa vaquera, blue-jeans y botas, va a dar más, mucho más de qué hablar en la política departamental y nacional. Así como es la primera mujer en ser senadora, Amanda Rocío González será la primera Gobernadora de Casanare. Claro, si esa es la voluntad de Dios. Como ella dice. Digo yo.
*Periodista
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