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DE FRENTE - Obama: vuelve y juega

DE FRENTE - Obama: vuelve y juega
Por: Oscar Medina Gómez **

Con la reelección de Barack Hussein Obama como cuadragésimo quinto presidente de los Estados Unidos de América vienen otros cuatro años bajo la tutela de este, el primer afroamericano en alcanzar la presidencia de la nación más poderosa del planeta, no solo en lo económico sino en lo militar y lo científico. Hace 30 años era impensable que un negro fuera presidente en una nación tan ultra racista. Hoy lo reeligen. ¡Vaya! El mundo ha cambiado...

El demócrata Obama llega a su segundo periodo de gobierno con una imagen bastante borrosa, impopular y desgastada. Ya no es esa figura descollante y esperanzadora que muchos veían en 2008, tanto para Estados Unidos como para el mundo. Como en un vaso de cerveza recién servida, la espuma se diluyó poco a poco. Esta vez si no es por el definitivo voto de los hispanos -sobre todo de los latinos- pierde con el republicano Mitt Romney. Las encuestas hablan que alrededor del 75 por ciento de los hispanoparlantes se inclinaron por Obama y el 20 lo hizo por su rival. Esto no es nada despreciable, si miramos que el voto hispanoparlante constituyo el 11 por ciento del total de las papeletas votadas en Estados Unidos el pasado martes 6 de noviembre. Es decir 34.500.000 personas

Con un Senado en contra ahora, como inquilino repitente en la Casa Blanca, varias promesas de su primer mandato están por verse: acabar con el oprobio de Guantánamo, en Cuba; emprender una estructural, integral y protectora reforma migratoria que beneficie de verdad a los cerca de 45 millones de inmigrantes que viven en esa nación. Y, ante todo, reactivar la maltrecha economía norteamericana que aun no se recupera de la profunda recesión de finales 2008 y buena parte de 2009 -la mas catastrófica desde el crack del 29-, producto de la crisis de vivienda y de la industria automotriz.

Si a este reto le agregamos lo que tendrá que hacer Obama para reducir la catástrofe actual del desempleo, pues la cosa se le pone negra al negro: de acuerdo con el Departamento de Trabajo de Estados Unidos a octubre pasado 24 millones de personas están sin trabajo, es decir el 7.9 por ciento. Es como si la totalidad de los habitantes de Ecuador y Bolivia estuvieran en el asfalto.

A Obama se le abona que en 2010 amplió el seguro médico obligatorio, llevando la atención en salud -social security- a millones de pobres, alcanzando así niveles y estratos sociales que nunca lo tuvieron. Algo histórico. En mayo de 2011 estuvo al frente del operativo que mató a Osama bin Laden. Sacó las tropas norteamericanas de Irak, no obstante ese país estar sumido hoy en una profunda crisis socio-económica-.Y está en camino de poner fin a la intervención militar en Afganistán, otra de las guerras imbéciles de los gringos.

En lo tiene que ver con Colombia Obama debe dar un giro frente a la política de lucha contra el narcotráfico. Mejor le irá si abre su mente y apoya una gradual legalización de la producción, venta y consumo, tal como varios líderes y mandatarios mundiales lo han expresado. En más de medio siglo, la represión, los allanamientos, las bombas y las balas no han dejado sino un reguero incontable de muertos, viudas y dolor de lado y lado. Miles de ellos inocentes. Además, es claro que el gran negocio está en las calles de Nueva York. No en el cartucho de Bogotá, en las comunas de Medellín o en la calle 21 de Yopal.

Frente al tratado de Comercio, es obvio que las de ganar las tienen los norteamericanos. No obstante, ese TLC fue una de las buenas cosas que el reelecto presidente Obama ayudó a hacer por Colombia. Soy un convencido que en estos veloces tiempos que corren, los países no pueden enconcharse en sus economías, dejando que los vecinos avancen y pasen veloces por nuestras narices. A largo plazo este tratado fortalecerá la economía nacional.

Aunque públicamente el presidente de Estados Unidos expresó sus deseos por el buen destino de los diálogos de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos Calderón y las guerrillas terroristas de las FARC, Obama debe mantenerse a prudente distancia de esa parodia. Unas conversaciones donde de parte y parte no hay sinceridad y honestas intenciones de reconciliación, pues no llevarán sino al fracaso. Con el que se terminará de hundir un presidente Santos que solo busca reencaucharse con miras a una posible reelección en 2014. Y unas FARC que cada vez se hunden más en el lodazal del desprecio del mundo entero, porque siempre han jugado a la doble, a la triple, con la puñalada trapera por debajo de la ruana.

En los albores del siglo XXI lo que necesita no solo nuestra nación sino todas las naciones del Rio Bravo hacia el sur, hasta la Patagonia, no son bravuconadas ni amenazas de la bota militar intervencionista o de boicots económicos. Se necesita es un presidente Obama comprometido con apoyar las deprimidas economías de estos países. Un mandatario decidido a hacerlos cada vez menos dependientes de los mismos gringos.

Debe hacer gala de las razones por las que el 9 de octubre de 2009 el Comité de los Premios Nobel en Estocolmo le concedió el premio Nobel de Paz: “por sus esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos» destacándose por su «visión de un mundo sin armas nucleares”. Obama es un negro bueno. Digo yo.

**Periodista - Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública Pontificia Universidad Javeriana


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