Por: Oscar Medina Gómez **
Con un gato, tigre, lince o qué se yo animalejo como héroe, “Conduzca consentido” es la campaña que Rofer Roncancio -Director de Tránsito y Transporte de Yopal- desplegó bulliciosa y visualmente por toda la ciudad. Dice él que para educar a la gente sobre el buen conducir. Para aleccionar a los ciudadanos sobre el respeto por las normas de tránsito. Para enseñarle a la gente a comportase correctamente al volante. Bonitos deseos.
Han pasado 4 meses desde el inicio de esa “genial” idea que don Rofer cargó al erario y todo sigue de mal en peor en el tema de la movilidad. Esos 50, 80, 120, 150, 200 -nunca sabremos la cifra real- millones de pesos que derrocharon en tan floja y poco creativa iniciativa se esfumaron. literalmente se fueron por el desagüe de las aguas negras. Es que, además de inocua, el concepto y contenido de la campaña debió ser concebido por algún aprendiz de publicista. Es fatal.
Con todo y las buenas intenciones que pueda tener, a Roncancio se le olvida que triste y lastimeramente Yopal está habitada por toda suerte de desalmados choferes -que no conductores- que a diario corren veloces por las huecudas calles que tenemos. Los motociclistas invaden los andenes, los ciclistas se montan por donde se les antoja y los buseteros, taxistas y camioneros mandan a sus anchas. Aunque hay un encargado del tránsito y el transporte, no hay ley. Es decir, el puesto está ocupado por un figurìn.
Miremos nomas. Justamente en el tema de los camioneros, este es un “gremio selecto” que se distingue propiamente por sus salvajadas al volante. Lo hacen, claro, porque saben que en Yopal no existe autoridad que los meta en cintura. Pongamos varios botones de muestra. Los choferes de los camiones de compañías transportadoras de valores -sobre todo los de la Brinks y Proseguros- parquean esos amenazantes armatostes donde, como y cuando sea. Al parecer su ley es “métase con nosotros y verá lo que le pasa”. Debe ser porque andan armados con pistolas y rifles. El caso es que esos cuadrados y monstruos camiones amarillos y azules siempre los ve uno atravesados e impidiendo el tránsito de los demás.
Lo mismo pasa con los choferes de los camiones repartidores de cerveza y bebidas gaseosas. A ellos solo les importa descargar su mercancía. Y el resto que nos jodamos. Ocurre exactamente igual con los choferes de los camiones compactadores de basuras y los camioneros cisterna que distribuyen agua. No hay poder humano que los haga entender que las vías son para el uso de todos los ciudadanos. Además, debemos aguantarnos las vulgaridades de algunos de ellos, que cuando se les reclama abren sus bocotas solo para insultar y amenazar. Y bueno, de los camioneros de las tractomulas petroleras que circulan como maleantes por la via a Tilodiràn mejor me callo.
Así como estrenó imagen corporativa apenas se posesionó como secretario -con la excusa de tomar propiedad y tenerla como heraldo y símbolo del trabajo que vamos a realizar, dinamizando las acciones orientadas a fortalecer el sistema de movilidad en Yopal, según dijo en un comunicado- pues hágase respetar y sentir señor secretario Roncancio. No le de miedo. Gànese el sueldo honestamente. Apóyese en la normatividad vigente y sancione a estos brutos que se creen dueños absolutos de las destartaladas vías yopaleñas. Ya se lo había dicho en otra columna: deje tanta bla, bla, bla, hable menos por las emisoras -autoalabando su gestión- y actúe más.
Una ciudad como Yopal, de 150 mil habitantes, merece un secretario de tránsito serio y que trabaje de verdad. No una corbata politiquera. No necesitamos de campañitas “sinsentido” que sirven apenas para despilfarrar los pocos recursos con que cuenta la alcaldía. El punto es que hoy la salvaje y caótica movilidad de la ciudad sigue siendo una vergüenza. Un descaro. Muchos semáforos siguen apagados o descontrolados. Muchas calles y avenidas no tienen señalización. Muchos accidentes siguen ocurriendo a toda hora no solo por los cràteres que pululan, sino por falta de presencia de autoridad -los tales bachilleres policiales- en cruces traumáticos como el de la vía al Samán del Río con carrera 29. O el de la calle 9 con Marginal de la Selva. O en la carretera a Tilodiràn.
En Yopal no ve uno a nadie “consentido” vial como pregona la campaña. No hay responsabilidad, respeto, civismo, educación, tolerancia, cultura ciudadana y compromiso por la ciudad, como quiere usted señor Roncancio. Y como, por supuesto, queremos la inmensa mayoría. De ahí que a su señoría le toca actuar con mano firme. Sin que le tiemble. Pero ya. No deje pasar más tiempo.
Así algunos menesterosos periodistas y locutores de oficio se desparramen con adjetivos lisonjeros y aplausos interesados a favor de la “figura y el genio” de Rofer Roncacio, lo cierto es que hasta el momento su paso por el cargo de secretario de tránsito es un fiasco. Va camino de despojar del título de incompetente a Luis Eduardo Nieto. A quien el alcalde Celemin finalmente tuvo que echar. Por favor, no necesitamos de otro petardo. Con uno es suficiente. Digo yo.
Ñapa: están en mora, precisamente, de señalizar como es debido el intercambiador vial en la salida sur de Yopal, que recién inauguró el gobernador Nelson Mariño. Después de 12 días la obra adolece de avisos bien puestos, visibles y luminosos en la noche, que guíen correctamente a los conductores y eviten accidentes. ¡Pilas Roncancio!
**Periodista - Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública - Pontificia Universidad Javeriana