Por: Oscar Medina Gómez **
Por la prensa nacional aparece una mujer con un moretón en una de sus mejillas. Zully Rocío Mejía Cely -nombre de la denunciante- afirma que de un momento a otro, repentinamente, fue agredida por José Rodolfo Pérez Suárez, quien se enfureció locamente y la emprendió a puños, patadas, bofetadas y toda suerte de insultos denigrantes contra su humanidad. Todo ocurrió el jueves 14 de marzo de 2013, entre las 11:30 del medio día y la 1 de la tarde, en el edificio de apartamentos El Rosal de San Jorge del barrio Rosales al norte de Bogotá. Con la complicidad de los escoltas del congresista que, de acuerdo con Zully Rocío, la sujetaron para que fuera golpeada.
La tunda descomunal le causa la pérdida de un bebé de 2 meses de gestación que la denunciante había concebido con otro hombre. Causa del ataque: diferencias, desacuerdos en las cuentas de ese apartamento, que ella le vendió a él. El alboroto nacional es obvio: Representante a la Cámara golpea salvajemente a su ex-esposa. Carne fresca para las fieras hambrientos de la prensa. Historia con todos los ingredientes propios de un gran novelón, propio de Delia Fiallo.
“Ese día nunca entré al apartamento. Por lo tanto jamás pude haber golpeado a esa mujer” respondió tajantemente Pérez Suárez por los medios nacionales. Como miles de personas en Casanare, conozco bien a los dos personajes. Tengo diferencias de diversa índole con el parlamentario. Pero no son causa para desestimar su inocencia. Por lo tanto, le creo a José Rodolfo. Voy a relacionar algunos elementos del caso que él mismo ha hecho públicos por noticieros de radio, televisión y periódicos. El propósito es que sirvan como prueba para demostrar que es objeto de un construido libreto que busca enlodar su nombre y sus actuaciones como padre de familia.
La Minuta del vigilante de la empresa Securitas -donde los celadores dejaron constancia escrita de todos y cada uno de los movimientos y sucesos que ocurrieron ese día en el edificio El rosal de San Jorge- es pieza clave para saber quién miente. Para desenmascarar la farsa.
En efecto, ese libro por ningún lado registra el ingreso del Representante Pérez Suarez al apartamento 202. Pero, a las 12: 47 del mediodía, sí tiene la anotación del ingreso del señor Arley Sosa “para reconectar el Claro del 202. La señora Zully da autorización del ingreso. Sin novedad José Alfredo Rodríguez” (Tomado textualmente de la Minuta del Vigilante). Si presuntamente a esa hora Zully Rocío ya había sido golpeada brutalmente. Entonces ¿por qué el funcionario o representante de Claro no la vio? ¿La escondió acaso el representante en una alcoba, un baño o un lugar donde no fuera visible? Si esto ocurrió ¿Por qué ella no declaró este detalle cuando salió a los medios de prensa nacionales? Si Sosa se dio cuenta de la bárbara agresión ¿Por qué guardó silencio y no dio aviso, si no a la policía, por lo menos haber reportado la novedad al vigilante de turno Rodríguez?
También -de puño y letra del mismo parlamentario- aparece apuntada una nota donde le pide al administrador del edificio que sin su autorización nadie puede ingresar a la vivienda. Nota que él dejo en la portería a las 2 y 47 de la tarde, adonde acudió cuando se enteró que su ex - compañera estaba dentro del apartamento. Y digo ex - compañera porque una de las aclaraciones en las que Pérez ha hecho énfasis es que ella jamás fue su esposa. Tan es así que el 18 de marzo de 2009 el Juzgado Primero Promiscuo de Familia de Yopal aceptó el desistimiento de Zully Rocío en su pretensión de dejar en firme la figura de una Unión marital de hecho.
A las 5 de la tarde de ese día 14 de marzo de 2013, cuando ya se había dado otro cambio de turno de la vigilancia, Zully Rocío baja a la portería. “Siendo las 17:00 Pm baja la señora Zully Mejía, del apartamento 202, a la recepción y lee la carta que dejó el doctor José Rodolfo Pérez, propietario de ese apartamento. Ella ya sabe que cuando salga no puede ingresar más a ese apartamento 202. Vigilante de turno Luis Muñoz”. (Tomado textualmente de la Minuta del Vigilante) Surgen más dudas: luego de una mujer -o cualquier ser humano- ser objeto de una golpiza tan feroz como la que supuestamente ocurrió ¿por qué el celador no notó ningún maltrato físico en Zully Rocío, al punto que no hizo observación alguna en la minuta? No podía ser lo contrario. El pasado miércoles 22 de mayo, en la emisión del medio día del Noticiero RCN televisión el señor Muñoz dijo precisamente eso: que no vio nada raro en ella. Declaración clara y contundente.
Con hora 6 y 25 de la tarde hay otra apostilla del celador Luis Muñoz en la Minuta del vigilante: “Siendo las 18:25 Pm la señora Zully del apartamento 202 habló con el señor administrador don Daniel Maldonado, que venía una amiga de Casanare con una bebé pequeñita, que estaba en el aeropuerto Eldorado y no tenía a dónde quedarse. Pero ella (Zully Rocío) está llamando al doctor José Rodolfo Pérez al celular pero no le contesta. La respuesta del señor administrador don Daniel Maldonado: le dijo que no porque es orden. Vigilante de turno Luis Muñoz con código 15344”. Vuelve y juega: si el administrador conversó con ella ¿estaba ciego acaso para dejar de notar los efectos de los demenciales golpes que José Rodolfo le propino en todo su cuerpo?
A las 9 y 32 de la noche la Minuta del vigilante registra también la salida definitiva de Zully Rocío del apartamento 202, en compañía de su padre. Es claro que nadie la vio golpeada. Por eso nadie alertó sobre el caso.
Como hombre, como ser humano rechazo sin atenuantes la violencia. Ya sea contra las mujeres, los hombres, los niños, los ancianos. Cualquiera sea esa violencia física. En este caso, si las investigaciones finalmente arrojan que Zully Rocío Mejía Cely mintió, antes que condenarla y pedir su cabeza, lo que se debe hacer es apoyarla para que se ponga en manos de especialistas médicos que la traten sicológicamente. Sería inaplazable, entonces, un S.O.S por Zully Rocío. Digo yo.
**Periodista - Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública
Pontificia Universidad Javeriana