Por Oscar Medina Gómez
Además de la venta al menudeo que tienen los jibaros en las escuelas y colegios, a plena luz del dia, muchas discotecas, rumbiaderos, bares y, claro, parques y sitios públicos de Yopal son hoy lugares donde patotas de drogadictos se reúnen a diario. Claro: no a debatir soluciones a los serios retos que tiene la ciudad como la falta de agua potable o la inseguridad estranguladora que está matando a la gente. Claro que no. Van es a consumir toda clase de drogas, alucinógenos y sustancias psicoactivas como cocaína, mariguana, LSD. heroína, éxtasis y bazuco.
Mejor dicho: Como por si algo nos faltaba, Yopal está en manos de los drogadictos, que con sus andanzas de la mano llevan el delito.
Después de las 6 de la tarde en parques como el general Santander, La Estancia, El Resurgimiento -en las mismas barbas de la alcaldía y el comando central de policía-, La Campiña se ven a los parches de drogadictos metiendo droga e imponiendo su ley. Al honesto y trabajador yopaleño de a pie le están vetados estos parques.
Que se supone son públicos y para el goce de todos. Ni hablemos del famosos Parque La Iguana, convertido las 24 horas en Las Vegas criollas del placer sexual y la drogadicción.
Lo más indignante es que en no pocas ocasiones la policía actúa de forma cómplice con los drogadictos. Es decir, saben lo que están haciendo y el peligro que significan y sin embargo los uniformados se hacen los ciegos, sordos y tarados. Con su comportamiento negligente, están acolitando la inseguridad de todos los yopaleños.
El gobernador Marco Tulio Ruiz prometió en campaña crear una especie de centros especializados de atención y prevención para los jóvenes consumidores de drogas. Este propósito, estimado Marco Tulio, no debe dar más espera.
Pero ojo: que no se vayan a convertir esos lugares no solo en un fortín de contratos -por ejemplo, para los “honorables” diputados- sino en una alcahuetería estatal a donde llega el drogadicto a meter gratis su porro de mariguana, su pase de perica, su dosis de heroína o sus pepas de éxtasis.
Sì. A los drogadictos hay que verles como gente enferma que requiere apoyo y atención del gobierno. Pero también hay que apretarles las clavijas y combatirlos como debe ser. Por eso, a la par con las intenciones de resocialización y ayuda médica que tiene el gobernador, le pido a la policía que encabeza el coronel Jorge Hilario Estupiñàn, que actué sin contemplaciones. Con mano firme. Hágalo antes de que los drogadictos nos consuman a todos. Digo yo.
Editorial Noticiero Casanare al Día 6 – 8 A.M. Emisora Manantial Estéreo 107.7 FM