Una nueva alerta por el incremento del consumo de alucinógenos en niños y jóvenes, se generó al conocer denuncias de padres de familia, de que en las instituciones educativas de Yopal están entregando tortas y empanadas preparadas a base de marihuana, según la versión de Wilson Acosta Gaviria, experto en temas de prevención de drogadicción.

“Recibí información de la psicorientadora de una institución educativa de Yopal, que hace parte de una red de agentes preventivos, de que están entregando estos alimentos con marihuana con el fin de generar conexión, enganche a la sustancia y así contar con nuevos clientes”, manifestó.

Dijo que es una situación que preocupa porque, además, el efecto puede ser mucho más amplio, ya que es diferente cuando el humo llega a pulmones y va al torrente sanguíneo perdiendo poco a poco el efecto, mientras que cuando el estómago lo recibe la reacción es mucho más complicada.

Acosta recordó que la marihuana es una de las sustancias expertas en despertar trastornos psicóticos, psiquiátricos.

Ante esta situación que expone a mayor número de niños y jóvenes al consumo, agregó que el micro tráfico es un problema que se ha convertido en una pandemia, la cual a pasos agigantados está destrozando la vida de los jóvenes, porque lo poco que avanza el estado en intervención y prevención es superado por kilómetros de ventaja, por parte de los expendedores.

En las instituciones educativas, hay que darle mayor importancia a la drogodependencia, pues se ve que realmente no se conoce a las drogas como un enemigo que tiene a quienes se lucran del narcomenudeo, todos los días levantándose a maquinar de qué manera comercializar sus productos en los colegios, argumentó.

Acosta añadió que observa con preocupación que es una problemática que no se está atendiendo como debe ser, por ejemplo al Zika y al Chikungunya se les ha dado la importancia que merecen: hay campañas y acciones, casa a casa, y todo un despliegue de funcionarios para contarle a la gente de qué manera se previenen; pero la drogadicción no es una enfermedad tan sencilla, es biopsicosocial y espiritual, afecta las cuatro dimensiones del ser humano, y sin embargo no despierta el despliegue necesario, e incluso se habla del tema con desconocimiento.

Finalmente, llamó la atención sobre el consumo que empieza a generalizarse de ácido lisérgico, “que no se fuma, sino que se introduce en lagrimales o papilas gustativas, generando un mayor efecto y destruyendo de manera masiva las neuronas de la persona, el cual están distribuyendo gratis, con jíbaros de las mismas instituciones educativas”, según Acosta.

Los distribuidores estarían buscando a jóvenes líderes para que generen impacto dentro de los grupos, “se están usando menores para expendio de drogas en pequeñas cantidades, porque como menores son inimputables por la ley y además por el tema de la dosis personal, según ellos ésta no puede ser interceptada por la autoridad", afirmó.