El Covid-19 ha provocado alteraciones en la rutina del sueño de algunas personas. Hay quienes no pueden dormir, se despiertan seguido o comentan tener un sueño más ligero. El metaanálisis más reciente, de la revista académica Sleep Medicine Reviews, estima que 52% de las personas que contraen Covid-19 sufren trastornos del sueño durante la infección.
La pandemia ha presentado una especie de trampa cuando se trata de dormir, ya que es fundamental tener un sueño reparador cada noche para aumentar la inmunidad y combatir el virus, pero el Covid-19 hace que dormir sea más difícil para las personas.
“Se ha evidenciado que el virus crea altos niveles de citocinas. Está liberación masiva de proteínas produce un estado inflamatorio en todo el cuerpo que finalmente puede perturbar el sueño y producir insomnio”, explicó Rocío Góngora, directora médica de Tecnofarma Colombia.
De acuerdo con expertos, la incomodidad y malestar generada por síntomas propios del virus como tos, fiebre, inflamación y dificultad para respirar pueden interferir en el sueño de las personas. Asimismo, es probable que el mayor riesgo de perturbaciones del sueño en pacientes con Covid-19 sea el resultado del dolor corporal y los efectos secundarios de los medicamentos usados para su tratamiento.
Es por esto que, en el transcurso de la pandemia, los trastornos del sueño fueron comunes y se calcula que cuatro de cada diez personas reportaron un problema del sueño donde el principal síntoma fue el insomnio. Los niños y adolescentes fueron los grupos más afectados.
En Colombia, un informe basado en entrevistas a mil pacientes neurológicos de diferentes edades y estratos socioeconómicos mostró que los trastornos del sueño incrementaron en más de un 30% durante el confinamiento. Las consultas por insomnio se elevaron en especial en aquellos pacientes que previo a la llegada del Covid-19 ya presentaban dificultades para conciliar el sueño.
El impacto del Covid-19 sobre el sueño todavía es un asunto objeto de investigación, pero los estudios muestran que, en general, las infecciones bacterianas y virales interfieren con el sueño a través de mecanismos físicos y psicológicos. Según los expertos, reconocer la posibilidad de que el virus altere el sueño puede ayudar a las personas a recibir la atención que necesitan.
Además, los problemas ligados al sueño también han sido descritos dentro de las secuelas presentes en las personas afectadas por el Covid prolongado. Un estudio desarrollado por la escuela de medicina de la Universidad de Tulane en Estados Unidos encontró que un porcentaje de los pacientes en los que los síntomas del virus persistieron a mediano y largo plazo, registró menos horas de sueño y una calidad inferior respecto a otras personas que no habían tenido el virus.
Si bien, es cierto que la mejor forma de evadir las afectaciones asociadas al Covid-19 es evitar el contagio del virus en primer lugar, la vacunación se mantiene con una medida preventiva efectiva para reducir la posibilidad de enfermar y desarrollar síntomas duraderos como el insomnio.
“La ciencia ha demostrado que completar el esquema de vacunación previene las complicaciones y afectaciones de cualquier tipo causadas por el virus. Por eso, la recomendación sigue siendo la misma: vacunarse y mantener el esquema de refuerzos al día. De otra parte, si bien es cierto que los trastornos del sueño pueden ser normales durante el contagio de Covid-19, en caso de que las perturbaciones del sueño persistan después de la fase sintomática aguda, es necesario consultar con su médico”, indicó la doctora Góngora.