La Fundación “Juan Feliz” que rescató a una joven consumidora de alucinógenos que permanecía en el parque de “La Iguana” de Yopal, solicitó apoyo para esta habitante de la calle conocida como “Wendy”, que aceptó iniciar un proceso de rehabilitación.

Wendy es una mujer de 20 años adicta a las drogas alucinógenas desde hace 9, tiene 2 hijos producto de una relación con otro habitante de calle y decidió aceptar la ayuda de la Fundación que se estableció en Yopal hace 3 meses, ante el crecimiento de esta población en la capital del Casanare.

Juan Eli Fajardo, vocero de la Fundación narró que ingresaron al Parque de “La Iguana” y en el cambuche de los habitantes de calle que fueron asesinados hace más o menos un mes, estaba esa mujer con mirada perdida, decidieron tomarla de la mano y rescatarla de esa mundo de miseria que no le permite responder por sus hijos.

Ahora Wendy está en una casa con techo y comida, pero requiere ropa y elementos de aseo por lo que hicieron un llamado a la comunidad para que se solidaricen y lleven los implementos a la carrera 19 N 28 46 donde funciona la Fundación o se comuniquen al celular 3153017777.

"Wendy recibe terapia al igual que otros 15 muchachos de Casanare, varios de ellos provenientes de sectores rurales de Yopal que un día salieron de sus casas y encontraron en las bandas conformadas en coliseos, parques y caños, un reconocimiento dentro del grupo que les ofrece desde bazuco hasta perico", afirmó.

Según Juan Eli Fajardo en “La Iguana” hay alrededor de 120 habitantes de calle y tiene en la mira de recuperación más de una decena, con quien ya establecieron contacto y están en el proceso de sacarlos de ese lugar.

Fajardo dice que la Fundación vive de los convenios que establecieron con supermercados de la Ciudad que les brindan la oportunidad a los jóvenes de trabajar y resocializarse luego de un proceso de desintoxicación y terapias de recuperación y a cambio entregan víveres y alimentos para la casa donde otros jóvenes se recuperan.

Dentro del proceso los jóvenes luego de aceptar las condiciones y asistir a terapias que voluntariamente ofrecen algunos profesionales, son llevados a una casa campestre en el Charte donde hay una pequeña granja y el inicio de unos galpones como parte de las terapias para volver del oscuro mundo de las drogas a la vida real.