El pasado 27 de octubre de 2024, Ana Mireya Contreras, fue víctima de un brutal intento de feminicidio a manos de Jhon Leandro Beltrán Piñeros, su expareja y padre de sus dos hijas menores. Hoy, más de seis meses después, decide alzar su voz para denunciar el abandono estatal y pedir ayuda urgente para ella y sus cuatro hijos.
“Me tiró al piso, me golpeó delante de mis hijos, me dio pata, puño… cuando quise levantarme ya no podía, y luego vi que agarró una pala y me agredió con ella. Me dio en la cabeza, me abrió el cráneo”, relató Ana.
Ese día, Ana, quien regresaba de su trabajo nocturno, fue interceptada por su agresor en una tienda cercana a su casa. Aunque estaban separados, mantenían una relación cordial por el bien de sus hijos. “Lo saludé y su respuesta fue: ‘te voy a matar’”, recuerda. Minutos después, el hombre ingresó a su vivienda en San Rafael de Morichal y perpetró el ataque frente a sus cuatro hijos de 13, 8, 6 y 4 años.
Ana fue trasladada de urgencia al hospital, permaneció en UCI y luchó por su vida. Los médicos llegaron a temer lo peor, ya que el golpe le causó hemorragia cerebral. Mientras se recuperaba, sus hijos quedaron bajo protección de Bienestar Familiar.
Hoy, las secuelas físicas y emocionales siguen presentes: tiene una gastritis crónica, debilidad permanente y frecuentes desmayos. “No puedo trabajar bien, pero tengo que hacerlo. No tengo quién me ayude, si no trabajo, mis hijos no comen”, aseguró.
A pesar de las promesas iniciales de instituciones como Casa de Justicia, la Alcaldía y la Gobernación, asegura que no ha recibido la reubicación, ni el apoyo económico prometido. “Me dijeron que me iban a ayudar, pero hasta ahora no han cumplido. Estoy debiendo tres meses de arriendo y debo desocupar a fin de mes. No tengo a dónde ir”, señaló.
Ana también es víctima de xenofobia por su nacionalidad venezolana. “Llevo 10 años en Yopal, pero por ser extranjera no me dan trabajo. Solo he podido trabajar en bares y billares”, comentó.
Hoy, pide apoyo urgente para conseguir un empleo digno y un lugar seguro donde vivir con sus hijos. “Si me dieran, aunque sea un lote, yo lo levantaría. Solo quiero poder proteger a mis hijos y salir adelante”.
La comunidad también hizo un llamado urgente a las autoridades y a la sociedad en general. “Ella ha tenido que dejar de comer para alimentar a sus hijos. No tiene seguridad, sus hijos quedan solos mientras trabaja de noche. Esta mujer es valiente y necesita ayuda ya”, expresó Carolina, una vecina que la ha apoyado en lo que ha podido.
El agresor fue capturado en flagrancia ese mismo día, sin embargo, Ana, denuncia que no ha recibido información del proceso judicial. “No tengo contacto con la abogada de Casa de Justicia. No sé nada de cómo va el caso”.
Quienes deseen apoyarla pueden contactarla únicamente a ella al número 320 988 2599 (vía WhatsApp). Ana vive cerca de la escuelita de San Rafael de Morichal, camino hacia el río, mano derecha.