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El país no sólo no está preparado en materia de infraestructura para hacerle frente a la segunda temporada de lluvias del año. El suelo tampoco lo está, según el reciente análisis del Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) que revela que una importante parte del territorio está saturada de agua y su capacidad de absorción es poca comparada con años anteriores.
Las advertencias no son nuevas. El director del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), Ricardo Lozano, ha reiterado que lloverá por encima de los niveles tradicionales en esta época de lluvias, realidad que elevará el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra.
Según el informe del IGAC, sin sumar los cuerpos de agua (ríos, pantanos, ciénagas, humedales, embalses y lagunas) ni las zonas que se inundan periódicamente en las dos temporadas de lluvias del año, el país tiene 1’642.108 hectáreas adicionales inundadas por efectos del fenómeno de la Niña, que son equivalentes a anegar 53 veces la zona urbana de Bogotá.
“El suelo está mojado. El año pasado tuvimos lluvias fuertísimas, pero veníamos de un periodo seco. (...) Tuvimos un año permanente de lluvias y no hemos podido recuperarnos. No hemos tenido un año seco que nos seque los siete meses que más llovió”, explicó el director del IDEAM.
Los análisis corresponden a imágenes satelitales tomadas hasta el mes de junio de este año y deja ver claramente los efectos del fenómeno de la Niña, uno de los más fuertes de la historia y que amenaza con repetirse: la Organización de Meteorología Ambiental (OMM, por su sigla inglés) anunció hace dos semanas que existe un 50 por ciento de posibilidad de que la Niña regrese a finales del año, lo que aumentaría el nivel de las lluvias y sus efectos sobre el territorio colombiano.
Aunque la OMM anunció en mayo pasado que este fenómeno “estaba llegando a su fin”, el enfriamiento que se registra desde las últimas semanas en las aguas del Pacífico demuestra lo contrario. “Las últimas Niñas que hemos tenido han resurgido, como en el 2007, el 2008 y el 2009”, advierte el director del IDEAM.
Los departamentos que aún conservan agua en sus territorios, por efecto de la Niña, son Casanare (323.097 hectáreas), Bolívar (319.525 hectáreas), Córdoba (142.691 hectáreas), Magdalena (134.924 hectáreas), Antioquia (132.568 hectáreas), Santander (99.964 hectáreas), Sucre (97.940 hectáreas) y Magdalena (96.899 hectáreas).
Para esta segunda temporada –según el IDEAM– las regiones andina y caribe son las más vulnerables. En la primera, de acuerdo con su director, “hay una susceptibilidad mayor de deslizamientos porque los canales de los ríos todavía tienen lodo, sedimentos, escombros y basuras y con las primeras lluvias crecen muy rápido y llegan a sus cuotas máximas”.
En la región caribe llueve desde mediados del 2011 y vive la temporada de huracanes que estará activa hasta el 30 de noviembre. Dado que las precipitaciones en esta oportunidad se desplazarán de norte a sur, esta región será la primera en recibir el impacto de las lluvias que, según el IDEAM, comenzarán este mes y se extenderán hasta mediados de diciembre, o hasta final del año si el fenómeno de la Niña reaparece.
Cabe destacar que en esta zona se concentró cerca del 70 por ciento de los afectados por el invierno del último año.
Cultivos y jóvenes, los más afectados
De las hectáreas inundadas por efectos del fenómeno de la Niña –según el Departamento Nacional de Estadística (DANE)– el 83 por ciento (1’346.863 hectáreas) tenía uso agropecuario. Los departamentos con cultivos más afectados son Casanare, Bolívar, Córdoba y Magdalena.
Una de las estadísticas del DANE que llaman la atención es que la población más afectada por las inundaciones es la joven. Un gran porcentaje de los damnificados son menores de 20 años, particularmente en los departamentos de Antioquia, Córdoba, Huila, Caquetá, Meta, Arauca, parte de Casanare y la región del Eje Cafetero.
La población mayor de 20 años y hasta los 60 años se concentra en Chocó, Cauca, Bolívar, parte de Tolima, Magdalena y Atlántico.
Según cifras de Colombia Humanitaria, el invierno del último año y medio afectó a 1.062 municipios (el 69,4 por ciento del país) y los afectados ascienden a las 4’181.000 personas.