Jóvenes indígenas de los resguardos de Casanare de las comunidades de los Salivas, Piapocos y Curripacos están sumidos en la drogadicción y deambulando por las vías de Hato Corozal, Tame y Arauca, según Wilson Acosta de la Fundación Tiempos de Restauración.

Acosta sostuvo que la adición de los niños nativos aumenta y que es impresionante ver en el vecino departamento de Arauca la cantidad de jóvenes de las Etnias en lamentable estado como consecuencia de la drogodependencia.

Sobre la adicción dijo que hay permisividad en la cultura del alcohol por parte de los padres, quienes son los que inicialmente suministran bebidas embriagantes que son fabricadas al interior de las comunidades a base de hierbas y que después los jóvenes salen a los cascos urbanos encontrando otro tipo de sustancias como el bóxer, que utilizan para calmar el hambre.

Desde hace varios meses los jóvenes indígenas de Casanare hacen presencia en las calles de Arauca por la cercanía, mendigando dinero para acceder a licores económicos provenientes de Venezuela, pero también bóxer y otras sustancias tóxicas.

La denuncia va más allá e involucraría a niñas que se estarían prostituyendo para conseguir dineros para comprar los alucinógenos, según el vocero de la Fundación dedicada a los temas de drogodependencia.