Arroz Supremo incrementa su capacidad de producción con el nuevo molino que inaugura en Nunchía, en el primer parque empresarial Zona Franca de los Llanos Orientales, Casafranca.
Álvaro Hernán Ruiz, gerente general de Unión de Arroceros, dueña de la marca, explicó la importancia estratégica de esta nueva infraestructura, al señalar que la Casafranca es una zona franca multiempresarial, la primera de los Llanos Orientales y tiene como proyecto ancla el molino Arroz Supremo “José Luis Quiroga” con una inversión de $76.000 millones.
Según el directivo, la importancia de este molino la constituye en que es el más avanzado en tecnología y en responsabilidad ambiental, no solo en Colombia sino en Latinoamérica, porque desde el ingreso del arroz paddy verde, proveniente de los agricultores, hasta que sale procesado en las bolsas de Arroz Supremo con destino al consumidor ha contado con la mejor y más completa aspiración de polvos en cada una de las etapas del proceso, logrando que sean recolectados y posteriormente dispuestos para protección del medio ambiente. “Gracias a esto nuestra empresa fue la primera arrocera del país en obtener en el 2018 la certificación ISO 22000 de inocuidad alimentaria y aspiramos el próximo año a obtener la certificación ISO 14.000 de Gestión Ambiental”, afirmó.
Además, cuenta con un sistema de selección de grano por tamaño, único, “con lo cual podemos afirmar que el Arroz Supremo tiene el grano más parejo del mercado, importante para el consumidor porque le asegura un mejor rendimiento”, aseguró.
En cuanto a la capacidad de producción, explicó que, “Arroz Supremo tiene las tres plantas ubicadas en el Tolima: Venadillo, El Espinal e Ibagué, y veníamos con dos alquiladas en el municipio de Aguazul, en Casanare. Esta planta que se construyó durante dos años reemplaza estas dos últimas, con la ventaja de que el arroz que antes se trasladaba hacia el Tolima, por falta de capacidad de procesamiento en Casanare, lo podemos absorber y procesar allá. Tiene una capacidad de producción de 10.000 toneladas de arroz blanco por mes y en la cosecha podemos comprar unas 6.000 toneladas de paddy a los agricultores lo que equivale a 22.000 hectáreas, que es más o menos 15% de la cosecha arrocera del Casanare”.
Añadió que, “Con las dos en arriendo teníamos una capacidad de recibo diaria de 800 toneladas de arroz paddy verde y en la nueva es de 1.800 toneladas. Además, antes teníamos una capacidad de trilla (para procesar arroz blanco) de 12 toneladas por hora y ahora es de más de 20 toneladas. También sumamos capacidad de 40.000 toneladas en almacenamiento”.
En las plantas del Tolima Unión de Arroceros tiene una capacidad de recibo de 1.000 toneladas por día y una capacidad trilla de 20 toneladas por hora. Casanare es distinta por que la planta se construyó teniendo en cuenta que acá solo hay una gran cosecha en el año que lo marca la cosecha secanera que se recolecta en agosto y sale en dos meses muy concentrada, mientras que en el Tolima hay arroz durante todos los meses del año. “Decidimos montar esa nueva infraestructura porque Casanare es la mayor zona arrocera del país y es la zona que hoy en día tiene mayor potencial de crecimiento. Este departamento en el 2.000 apenas sembraba 56.000 hectáreas y era la cuarta en tamaño de cinco zonas del país, y desde hace unos 4 años es la primera con cerca del 40% del área total nacional”, señaló Álvaro Hernán Ruiz.
Sobre el panorama de precios para el segundo semestre, el directivo dijo que la semana pasada en la cadena arrocera, los gremios y el Ministerio de Agricultura llegaron a un acuerdo en cuanto al mecanismo de incentivo al almacenamiento y ya con esos precios se asegura una rentabilidad razonable para el agricultor, “porque no hay que desconocer que a raíz de la situación en Ucrania los precios de los fertilizantes se han duplicado de precios para el agricultor con aumentos de 70% a 80%, pero ya hay un equilibrio. Entonces lo que se vislumbra es que esta cosecha sea organizada”.
Dijo que el reto es lograr la competitividad antes del 2030, cuando se vence la desgravación arancelaria del TLC con Estados Unidos. “Somos muy optimistas de que en estos ocho años, en el caso del arroz y de muchos productos agropecuarios podamos pasar de un mercado protegido a uno en el que no entran importaciones porque los costos nacionales no permiten su ingreso. Y esperamos exportar”.
Sobre la ministra designada del gobierno entrante, Cecilia López, consideró que, “ya fue ministra de Agricultura en el Gobierno Samper, lo mismo que José Antonio Ocampo, en Hacienda. Son nombramientos que dan confianza por ser personas experimentadas y conocedoras que pueden buscar el progreso y la competitividad del agro y la economía”.
Dijo que en el escenario de alta inflación el comportamiento del arroz, al igual que todos los precios de los productos de la canasta familiar, ha tenido un incremento importante impulsados por el incremento en los costos de los fertilizantes.