En un ambicioso esfuerzo por transformar el sector agrícola, el gobernador, César Ortiz Zorro ha iniciado una campaña nacional para establecer una planta de urea en Casanare, con el objetivo de mejorar la competitividad de los agricultores colombianos, reducir los costos de producción y asegurar la soberanía alimentaria. Este proyecto no solo es el sueño del gobernador sino también el anhelo compartido por agricultores de toda la nación.

La urea, un fertilizante esencial para la agricultura, ha sido identificada como una herramienta crucial para enfrentar los altos costos de producción que afectan a los agricultores colombianos, especialmente en el contexto de los tratados de libre comercio que ponen al país en desventaja competitiva. 

"Si logramos poner esa planta de urea, no solo se desarrollará Casanare, la Orinoquía, sino el país entero en materia de agricultura", afirmó el gobernador Ortiz Zorro, destacando la importancia del proyecto para el desarrollo agrícola nacional.

El respaldo político de los 32 gobernadores del país apoyando la iniciativa le dio un impulso significativo al proyecto, reconociendo su potencial para impulsar el desarrollo agrícola no solo a nivel regional sino también nacional. Además, la iniciativa ha captado el interés del sector privado, con importantes empresarios y compañías como Naturgas, cuya presidenta expresó su apoyo al proyecto, prometiendo colaboración en la estructuración de los estudios de factibilidad y prefactibilidad.

El gobernador de Casanare ha delineado un plan estratégico que incluye tres opciones para la realización del proyecto: una planta de urea a nivel nacional, una planta regional para la Orinoquía, y, como última opción, una planta departamental que podría convertir a Casanare en un modelo de agroindustria para el país. 

 La visión detrás de estas opciones es clara: convertir a Colombia, y en particular a la Orinoquía, en una despensa agrícola para el mundo, aprovechando las grandes extensiones de tierra fértiles de la región.

Este proyecto representa no solo una oportunidad para mejorar la competitividad y sostenibilidad de la agricultura colombiana sino también para abordar problemas globales de seguridad alimentaria desde una región que tiene el potencial de convertirse en un pilar de la producción agrícola mundial, argumenta el mandatario.

Con un fuerte compromiso político y apoyo creciente, el proyecto de la planta de urea en Casanare se perfila como un cambio de juego para la agricultura en Colombia, prometiendo un futuro de mayor productividad, sostenibilidad y seguridad alimentaria tanto para el país como para el mundo.