Durante el Foro Nacional de Seguridad Vial realizado en Aguazul, la experta Mary Bottagisio Reyes, Fundadora de la Liga contra la Violencia Vial, cuestionó la ausencia de las administraciones locales, pese a que la región registra una de las tasas más altas de muertes y lesionados en las vías del país. Señaló que la siniestralidad lleva al menos dos décadas, siendo un problema crítico en Yopal y que las autoridades tienen una “deuda moral y electoral” con la ciudadanía por no garantizar condiciones seguras de movilidad.
Pardo aseguró que las instituciones están llamadas a proteger la vida y lamentó que, mientras la ciudadanía enfrenta riesgos diarios, no exista un liderazgo firme. “Las personas no se matan por brutas viales; ¿dónde están las instituciones socializadoras de valores?”, cuestionó, al criticar la falta de control frente a conductas como niños transportados en motocicletas, exceso de velocidad y conducción sin licencia.
La experta también afirmó que la motocicleta fue “inducida” como medio de transporte para poblaciones vulnerables sin que el Estado garantizara condiciones de seguridad. Mencionó el aplazamiento de normas que obligan a equipar motos con frenos ABS y la venta libre de llantas y cascos sin certificación. “La inseguridad vial es un negocio para todos menos para las víctimas”, dijo.
Frente a la mezcla de alcohol y conducción, especialmente en fines de semana, Pardo sostuvo que no se trata de “borrachitos al volante”, sino de “homicidas potenciales” que deben enfrentar sanciones firmes. Señaló que las alcaldías evitan medidas impopulares por cálculos políticos. “Un mandatario que teme sancionar conductas peligrosas deteriora la convivencia”, afirmó.
También se refirió a la crítica constante de algunos sectores que ven los controles como persecución, especialmente hacia motociclistas. Indicó que las normas deben cumplirse sin excusas y que la autoridad no puede ceder ante la presión. “Un vehículo es un arma; quien viola la norma debe ser sancionado, punto”, enfatizó.
Finalmente, hizo un llamado a los ciudadanos para exigir responsabilidad a sus gobernantes y no normalizar la muerte en las vías. “Nadie tiene que morirse por moverse. Las futuras generaciones no van a perdonar permitir tantas vidas perdidas”, concluyó.