Viajeros cuestionaron las medidas adoptadas por las autoridades en el aeropuerto El Alcaraván de Yopal, donde ayer no se evidenció ningún control a los viajeros frente a la pandemia del Coronavirus Covid-19.
Una de las usuarias que viajó desde Bogotá hacia Yopal, informó que en el vuelo venía una señora tosiendo y que por parte de la tripulación no se efectuó ninguna observación sobre su estado y tampoco se suministró tapabocas para evitar que propagara algún tipo de virus.
Rafael Quintero, ex secretario de salud de Casanare quien recibió a su hija en el aeropuerto, dijo que al arribo del avión en Yopal no se ejerció ningún control y tampoco se instruyó sobre el lavado de manos y desinfección.
El profesional de la salud reiteró que hay que activar todos los protocolos de alerta por ese virus para evitar el contagio en Casanare.
Otra viajera dijo que esperaba encontrarse con funcionarios de la salud para diligenciar fichas sobre su destino origen y estado de salud, pero señaló que solo hubo recomendaciones en el avión y que dé resto la movilización fue libre.
El informe de la Contraloria
El 93.75% de los aeropuertos del país visitados por la Contraloría General de la República presenta deficiencias en los controles y medidas de contingencia de respuesta al brote de COVID-19 y en algunos casos están lejos de cumplir los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La mayoría de los aeropuertos no cuentan con suficiente personal médico de las secretarías de salud departamentales y territoriales, empezando por la terminal aérea más importante del país, el Aeropuerto Internacional El Dorado, por donde transita más del 59% de los viajeros internacionales que pasan por el territorio nacional.
Al verificar 25 terminales aéreas, la Contraloría General evidenció que en más de un 70% no se están siguiendo los protocolos nacionales e internacionales ante emergencias de salud pública, como la que se presenta por la pandemia COVID-19.
Estas son algunas de las conclusiones relevantes de la primera revisión que realizó la Contraloría General de la República ayer en varios terminales aéreos, para verificar los protocolos y acciones de seguridad sanitaria que se han dispuesto para evitar la propagación del COVID-19.
Se encontró, igualmente, que un 58% de los aeropuertos visitados por la CGR no tiene establecido una zona de cuarentena y el 64,5% no aplica el control mínimo, como es la medición de la temperatura.
También preocupa que el 35,4% de los aeropuertos no tiene protocolo sanitario nacional. Al revisar los protocolos y atenciones que se están dando en los aeropuertos, en respuesta al COVID-19, la CGR estableció que en el 62,5% son deficientes.
Este porcentaje corresponde a los terminales aéreos de Ibagué, Popayán, Mitú, Riohacha, Pasto, Mocoa, San José del Guaviare, Corozal, Armenia, Cúcuta, Florencia, Inírida, Barranquilla, Lebrija, Arauca, Villavicencio, San Andrés, Quibdó y Bogotá.
Se consideran aceptables el 31,25%, los aeropuertos de Valledupar, Leticia, Neiva, Puerto Carreño, Yopal, Palmira, Montería, Manizales, Rionegro y Cartagena.
Según dicho informe, el Aeropuerto de Alcaraván, de Yopal (Casanare) tiene personal médico, cuenta con zona de aislamiento, tiene sistema de señalización y cuenta con medición de temperatura, por lo que obtuvo un puntaje de 7.
Los únicos terminales donde se consideran sobresalientes los protocolos establecidos son los de Pereira y Santa Marta, que corresponden al 6,25% de todos los visitados.
Esto quiere decir, explicó el Vicecontralor Ricardo Rodríguez Yee, que el 6,25% es eficiente y el resto (93.75%) no cumplen todas las condiciones requeridas. Para hacer una calificación objetiva de cada terminal aéreo, la Contraloría formuló un ejercicio que ofrece la esperanza matemática (o valor esperado), expresada por el valor ponderado de las variables que eran relevantes frente a la atención sanitaria en cada aeropuerto.
Lo anterior ofrece, una escala de 1 a 10, donde el mínimo es 1, que corresponde a la ausencia de medidas, y 10 explica el cumplimiento pleno de estándares.
Riesgos que subsisten
La Contraloría revisó las infraestructuras aeroportuarias a partir de las recomendaciones que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), frente a la gestión de los viajeros en puntos de entrada.
Se visitó la totalidad de los departamentos del país y se encontraron muchas falencias, se están incumpliendo los protocolos recomendados y la capacidad para poder atender los riesgos de entrada de pasajeros que posiblemente tengan condiciones de sospecha o tengan el contagio del coronavirus.
En desarrollo de estas visitas, se tuvieron reuniones con la Aeronáutica, Migración Colombvia y operadores como OPAIN, en Bogotá, donde se encontró que se cuenta con un protocolo general, que no ha sido actualizado a partir de la realidad que se está viviendo en este momento con el COVID19.
También se encontraron fallas y debilidades en herramientas de información para los usuarios que se pueden evidenciar claramente en que los módulos de información no entregan la información correcta y se están minimizando las posibilidades que los viajeros tenga conciencia de lo que son estos riesgos. Los equipos y el personal disponible de las Secretarías de Salud para aplicar las medidas de control son insuficientes.
Para el caso de Bogotá, se encontraron dos turnos, uno para el día y otro para la noche; para el día se tenían 6 personas y para la noche 8. El domingo 15 de marzo en el Aeropuerto El Dorado, entraron 9.500 viajeros y solo esos 14 funcionarios de la Secretaría de Salud tuvieron la oportunidad de hacer control a partir de la medida de temperatura, por lo cual resultó materialmente imposible hacer esta prueba a todos los que llegaban.
En el Aeropuerto El Dorado, el equipo de la Contraloría tuvo la oportunidad de observar un ejercicio de desembarque de las personas que venían en un vuelo desde Panamá y se evidenció que no se respetaban las condiciones de distancia social (1metro) recomendadas por la OMS, no había guías y las personas que estaban haciendo la medida de control de temperatura de alguna manera no eran respetadas y los viajeros pasaban por su lado.
En consecuencia, la Contraloría estima que haya un riesgo importante y se tienen que corregir claramente condiciones, dado que estas infraestructuras de transporte permiten aumentar el riesgo de ingreso del virus al territorio nacional.
Uno de los elementos que recomienda la OMS es realizar un ejercicio de interrogación muy detallado a los viajeros sospechosos, que permita realizar un perfil clínico.
El trámite no es una práctica que se esté aplicando, se hace más en condición de trámite, y esto aumenta las condiciones de que pasen personas portadoras del virus. Otra situación es que si la aeronave alerta de un pasajero sospechoso o una persona que declara tener positivo en las pruebas de COVID-19, el ejercicio de revisión que se está haciendo en el aeropuerto El Dorado corresponde a solo 2 pasajeros al lado izquierdo, dos al lado derecho de la persona que declara el contagio, dos adelante y dos hacia atrás.
El resto de personas que están en la aeronave no son revisadas. O sea, no se hace un ejercicio total de revisión de las personas que vienen en el avión. La Contraloría considera urgente elevar los controles y llegar a las condiciones de estándares que requieren la declaración de emergencia que tiene en este caso el brote del COVID-19.
“Estamos lejos de cumplir los protocolos correctos recomendados por la OMS, sobre detección de los viajeros enfermos, interrogatorios a los mismos, notificación de alertas sobre enfermos sospechosos y aislamiento de los mismos”, concluyó el Vicecontralor Ricardo Rodríguez Yee.