La Sala de Casación Civil ordenó al Juzgado de ejecución Civil del Circuito de Bogotá, la anulación de todo lo actuado en el proceso iniciado en el año 2001, inclusive del mandamiento de pago en un plazo máximo de 48 horas.

Dos familias con procesos hipotecarios adquiridos bajo el sistema de financiación de UPAC, una ad portas de diligencia de remate y la otra con adjudicación en subasta pública, deberán acatar orden superior a efectos de efectuar su reestructuración del crédito como corresponde legalmente.

Junto con otros procesos ejecutivos hipotecarios, que iniciaron en 1999, y que agotadas las instancias judiciales en busca de salvar sus inmuebles, hoy tienen la enorme satisfacción de ganarle la batalla a las prolongadas arbitrariedades del sistema financiero.

Un sueño que proponía “facilitar la adquisición de vivienda” se convirtió en pesadilla para muchos colombianos, que con un arduo camino, a fuerza de demandas, tutelas y muchas acciones judiciales contundentes, hoy vislumbran un panorama favorable para sus familias.

“Ahora, mediante estas decisiones judiciales que obligan a la revisión de todo el proceso y del cumplimiento de lo previsto normativamente, las entidades y la extensa cadena de cesionarios se encuentran obligadas a iniciar los procedimientos de actualización y ajustes de reestructuración de estos créditos otorgados para el financiamiento de vivienda. Esta dinámica jurídica representara a los usuarios afectados por estos créditos en futuro próximo un enorme triunfo en el equilibrio judicial”, señaló Armando Montoya, presidente de Fupac., la Fundación de damnificados del sistema UPAC – UVR.

Montoya hizo un llamado a los usuarios que sienten y consideran que se violaron sus derechos legales y fundamentales en sus procesos de crédito hipotecario bajo las figuras de UPAC y UVR, para que hagan revisar nuevamente sus expedientes.

“Después de quince años de proceso ejecutivo, la orden Superior es Revisar el proceso, desde su inicio y proceder en consecuencia para que finalmente se declare la nulidad de todo lo actuado, como consecuencia de graves vicios y omisiones incurridas desde el inicio procesal”.

“Una profunda y cuidadosa revisión del expediente de cada obligación con proceso ejecutivo hipotecario en curso, realizado por un especialista podría abrir la luz que permita volver el salvamento y recuperación de sus bienes inmuebles” afirmó el abogado constitucionalista.

FUPAC

Es una fundación que nació en el año 1997 con el propósito de ayudar y defender los derechos fundamentales que se desprenden de la relación contractual adhesiva entre los colombianos y el sistema financiero. Con un equipo multidisciplinario de profesionales, dentro de los que se destacan abogados constitucionalistas.

El sistema que dejó sin vivienda a miles de familias en Colombia UPAC, cayó como consecuencia de la crisis que experimentó el sistema a finales de la década de los 90´s, en la administración de Andrés Pastrana. Aunque la Corte Constitucional fijo condiciones interpretativas, reglamentó procedimientos, de liquidación, reliquidación, restructuración y rede nominación para el Sistema Financiero comprometido, esto no se cumplió.

Según FUPAC las sentencias de la corte Constitucional no fueron acatadas ni aplicadas en su verdadero espíritu jurídico constitucional, menos puestas a prueba de sus efectos reales de la población afectada, como consecuencia de su “inconveniencia financiera”.

Para mayor información pueden las personas pueden consultar, la página web de la organización fupac.com.co ó consultar su caso vía correo electrónico juridica@fupacasa.com

Acerca del sistema UPAC

El UPAC en Colombia fue concebido el 2 de mayo de 1972 cuando entonces el presidente Misael Pastrana, promulgó el decreto 667 que creaba el Sistema de valor constante, para ahorros y préstamos de vivienda y obligaba a las corporaciones de Ahorro y Vivienda (CAV) a llevar en unidades UPAC sus cuentas de ahorro y préstamo.

En realidad nació en julio del mismo año con el valor unitario de $100 moneda corriente, como parte del plan de desarrollo llamado "Las cuatro estrategias" según el cual se convertiría en motor principal para el impulso de la construcción y empleo no calificado.