Por décimo año consecutivo, la Asociación Colombiana del Petróleo y Gas (ACP) presentó el informe económico ‘Tendencias y Perspectivas del Sector Petróleo y Gas en Colombia’, un análisis del comportamiento de la industria que, en esta edición, recopila cifras históricas, tendencias de acuerdo con los presupuestos establecidos para este año y proyecciones para la década; así como un contexto global, y recomendaciones para el sostenimiento de la seguridad energética y fiscal de Colombia.
Inversiones en exploración y producción
Según el informe, en un contexto en el que el mundo retomó el impulso a las inversiones en la industria de hidrocarburos a niveles que no se veían desde 2011, y en el cual Latinoamérica se consolida como un jugador protagónico, Colombia tiene potencial para continuar siendo autosuficiente en petróleo y gas, y, con ello, seguir generando beneficios económicos, sociales y ambientales a las regiones. No obstante, la proyección de las inversiones en el país, tanto en petróleo como en gas, tiende a la baja, lo cual coincide con el estado actual de sus reservas.
En 2023, en el país se invirtieron USD 1.050 millones en exploración de petróleo y gas, 19% menos que en 2022 (USD 1.290 millones), principalmente debido a retrasos en trámites ambientales y dificultades para operar relacionadas con bloqueos a las operaciones y deterioro de las condiciones de seguridad en las regiones. En producción se invirtieron USD 3.780 millones, 5% superior frente a 2022.
Para 2024, estima una inversión total en exploración y producción de hidrocarburos de USD 4.600 millones, lo cual representa una caída del 5% frente a 2023. En exploración, de USD 1.100 millones, y en producción, de USD 3.500 millones; sin embargo, a la fecha se han perforado 11 de los 40 pozos exploratorios proyectados, lo indica que la meta de inversión en exploración no se cumpliría.
En cuanto a producción, en petróleo se estima un promedio de 780 -790 kbpd, y en gas, un potencial de producción de 1.020 MPCD.
En materia de reservas, las de gas han caído un 58% en los últimos 12 años, y la vida útil de las de petróleo está cambiando su tendencia, ahora a la baja. De manera que, los niveles de reservas no son suficientes para garantizar, en el mediano y largo plazo, la sostenibilidad energética y fiscal del país.
Frente a este panorama, Frank Pearl, presidente ejecutivo de la ACP, explicó que, “la única manera de incrementar la producción de hidrocarburos de manera sostenible es a través de exploración, la cual se refleja en incorporación de nuevas reservas: sin exploración no hay reservas y sin reservas no hay producción. Para lograrlo, Colombia cuenta con empresas que continúan apostando por el país y sus regiones; y desde la industria nos mantenemos abiertos a trabajar de la mano con el Gobierno para garantizar la seguridad energética de los colombianos”.
En ese sentido, es importante tener en cuenta que, de los 297 convenios y contratos firmados con la ANH, a junio de 2024, 90 se encuentran con fase exploratoria en ejecución, a los cuales se estima que corresponden 110 pozos exploratorios pendientes de ser ejecutados entre 2024 y 2030; con ello, sin nuevos incentivos a la exploración, en 2030 finalizaría la actividad exploratoria en el país.
Recomendaciones
Para atender la demanda nacional de petróleo y gas, principalmente, con producción local aprovechando el potencial hidrocarburífero del país, y contribuir a la sostenibilidad fiscal de la nación, en un contexto de avanzar hacia la transición energética, la ACP recomienda:
Nuevos mecanismos para incentivar exploración e incrementar producción: incentivos adicionales al Acuerdo 6 del 2023, avanzar en la reposición de áreas, definir medidas que dinamicen la producción, entre otros. • Revisar la tarifa del transporte de petróleo por oleoductos.
Garantizar la seguridad en las operaciones, mejorar la viabilidad del entorno y optimizar los trámites (ambientales, consulta previa y arqueológicos).
Para gas y proyectos costa afuera: flexibilizar el marco comercial, asegurar el desarrollo de infraestructura de transporte y actualizar su metodología tarifaria. Priorizar los proyectos costa afuera es clave.
Mantener señales de estabilidad fiscal y regulatoria para una industria clave en la transición energética.
Apoyar e impulsar el desarrollo de proyectos productivos y de diversificación económica en las regiones.