Con el profesor José Cantalicio Cuéllar Becerra, las clases de filosofía orientadas a repetir frases, pensamiento y vida de filósofos sobresalientes de cada época histórica, se acabaron. Para él es urgente “enseñar a los estudiantes a filosofar”, ellos requieren de espacios académicos y sociales “para pensar, hablar y escribir en forma crítica”.

Para lograrlo, el maestro ha estructurado desde hace catorce años un plan de mejoramiento permanente, que se inicia con el Club de Filosofía como proyecto pedagógico, en el que articula los objetivos, las estrategias y los contenidos del plan de estudio, y además desarrolla el esquema de pedagogía activa: pensando y haciendo. Es decir, ha creado un espacio en el que no solamente se enseña y se aprende a pensar por sí mismo, sino que se puede demostrar y socializar a otros lo que se piensa a través de expresiones comunicativas habladas y escritas.

Después del Club de Filosofía los estudiantes participan en el Aula Pensante, que tiene como fin poner en práctica los fundamentos teóricos y conceptuales del plan de estudio del área de filosofía. Para ello, entre otras cosas, escriben ensayos, relatorías, participan en tertulias y conversatorios y los estudiantes de décimo apadrinan a alumnos de sexto grado con el fin de enseñarles actitud filosófica.

“Esta propuesta ha permitido que los estudiantes de décimo y once demuestren más compromiso en el desempeño de las actividades planeadas en el Aula Pensante y mejor desarrollo de la competencia en el pensar, hablar y escribir, demostrando mayor capacidad discursiva para socializar y confrontar diversas posturas del pensamiento en escenarios diferentes al salón de clase”, aseguró el maestro.