Con unas características de vida muy diferentes a las que el país conocía, fue descubierta en el 2009 una población de loro Orejiamarillo en la parte alta de Cubarral (Meta), la cual hoy llega a los 80 individuos en etapa de reproducción. Desde entonces Cormacarena junto a diferentes entidades le apuestan a su conservación.
El nombre del proyecto formulado en conjunto con la Universidad Distrital Francisco José de Caldas se denomina “Plan de Conservación del Loro Orejiamarillo en el Piedemonte Llanero”, el cual se ha desarrollado desde entonces en varias fases, la más reciente en 2016, dejando varios resultados y una importante proyección.
El año anterior fueron instalados 25 nuevos nidos artificiales; los 20 puestos en funcionamiento en el 2011 y los cinco del 2013, quedaron fuera de servicio por deterioro con el paso del tiempo. El ejercicio servirá para hacer seguimiento a la fase de reproducción de la especie en el primer semestre de 2017.
El esfuerzo además de apoyar el crecimiento del loro, también busca generar en la comunidad un proceso de ‘enamoramiento’ del ave, por lo que a través de talleres el ente ambiental del Meta y la Fundación Cañón del Guatiquía, han dado a conocer los pormenores del proyecto y la forma en que pueden aportar a su conservación.
Hoy por hoy, la corporación y la Fundación cañón del Guatiquía, creen que es posible hacer de este un proyecto autosostenible a través del fomento del ecoturismo responsable y enmarcado en las normas ambientales, como base para la conservación del loro Orejiamarillo en la región. La idea estaría encaminada a vincular cadenas de hoteles y personas naturales y jurídicas que prestan servicios turísticos.
Se conocen registros de colombianos y extranjeros que viajan hasta la vereda El Vergel Alto de Cubarral para conocer la única población de loro Orejiamarillo que vive en una palma distinta a la de Cera (árbol nacional), en Antioquia y Tolima, como es la de Chuapo. Para llegar hasta este lugar es necesario tener las fuerzas para recorrer tres horas caminando montaña arriba, precio que tiene el llegar a disfrutar de esta maravilla natural, gracias al difícil acceso, esto ha contribuido que la zona sea un área muy conservada.
La palma de Chuapo es una especie robusta que comparte características con el árbol insignia del país, como es sobresalir del bosque, lo que le permite al loro salvaguardarse de depredadores y alimentarse gracias a sus frutos carnosos.
Pero la lucha no sólo es para conservar el loro sino su ‘hogar’, es por esto que desde el 2015 se viene haciendo un estudio de dinámica poblacional de la palma de Chuapo, y en una fase reciente se realizó la medición de las tasas de mortalidad y crecimiento en cada una de sus categorías.
Así mismo, las cámaras trampa que fueron instaladas en los nidos artificiales han permitido conocer detalles del loro, como es su etapa reproductiva, uno de los datos curiosos de la especie es que a simple vista es prácticamente imposible diferenciar el macho de la hembra.
A nivel de ecología su mayor amenaza es el gavilán Tijereto, por otra parte está el hombre, a lo cual se suman afectaciones como las producidas por el cambio climático.
Esta ave es casi endémica colombiana, históricamente se distribuía en las tres cordilleras del país y en el Noroccidente de Ecuador, en esta última nación, se presume extinta; y está catalogada como especie en peligro, tanto a nivel nacional como mundial.