Por: Oscar Vanegas Angarita*

Iniciando año electoral, con Ecopetrol desvalorizándose por múltiples razones, y estrenando ministro de minas liberal samperista, junta directiva de Ecopetrol y presidente de la ANH, son muchas las preguntas que me trasnochan y que se deben responder en el trascurso del año; algunas de ellas son:

Después de quince años de control conservador de la cartera de minas y energía, ¿será que los liberales aplican la filosofía nacionalista de estirpe lopista y le dan un viraje a la política petrolera? Recordemos que los gobiernos liberales de Lleras Restrepo y López Michelsen acabaron con el sistema concesionario y crearon el contrato de asociación que llevó a los grandes descubrimientos de Rubiales, Castilla, Chuchupa, Caño Limón, Cusiana y Cupiagua; fortalecieron a Ecopetrol; crearon los Terpeles y elevaron las regalías al 20 por ciento; llevando al país a beneficiarse con más del 75 por ciento de la renta petrolera. Mientras que los ministros conservadores bajaron las regalías, acabaron con el contrato de asociación volviendo a la concesión, privatizaron Ecopetrol y la fraccionaron, vendieron Ecogas, subieron los combustibles a precio internacional y, mejor dicho, nos dejaron esta política petrolera nefasta con solamente el 40 por ciento de renta petrolera para el país.

¿Será que la renovada junta directiva de Ecopetrol cambia su presidente –puesto por Uribe- y por ende sus más importantes cuadros directivos? Ya es hora de darle un nuevo aire a la empresa, a ver si por fin se dignan invertir significativamente en exploración para garantizar la autosuficiencia petrolera.

¿Será que Pacific Rubiales acepta que el proyecto Star de Combustión in Situ fracasó, y Ecopetrol anuncia públicamente y de una vez por todas que la extensión de Rubiales y Pirirí no va? Esa decisión será trascendental e importante para volver a sacar a flote la acción de Ecopetrol.

¿Será que la Contraloría exige la revisión de la extensión de los contratos de asociación que hizo Uribe? No debemos olvidar que las condiciones económicas, por precio de crudo, que existían en 2003, eran otras; y que al subir el precio de 50 dólares el barril, hay una bonanza de la cual el país no se ha beneficiado. Igualmente, las proyecciones de producción que se hicieron fueron amañadas para justificar las extensiones. ¿No será que esa fue la manera como el país le pagó a Estados Unidos el Plan Colombia y el apoyo de la CIA para darle los golpes a las FARC?

¿Será que la ANH piensa en el país y no en las multinacionales, y exigen, en la ronda 2014, una participación digna en la producción? Hay que actuar con prospectividad, pensando en el futuro; pues de descubrirse otro Cusiana, con el contrato actual, el país llorará sentado sobre el tubo viendo salir “nuestro” crudo para el extranjero.

No olvido los debates en la Comisión Quinta del Senado, durante los gobiernos con ministros conservadores, donde los liberales Hugo Serrano y Amylkar Acosta se oponían a los proyectos que nos llevaron a esta fracasada política petrolera. Yo este año espero cambios radicales a favor del país. O ¿será que los liberales abandonaron sus ideales, dejándoselos al Polo, y empezaron a virar a la derecha como lo hizo Uribe? Si eso ocurre y no aprovechan su cuarto de hora para enderezar este engendro, los ancestros liberales no se lo perdonarán y no los dejarán entrar al reino de los cielos.

*Ing. de Petróleos. Presidente del ORSEME.