Por Leonardo Puentes*

Ya no sabe uno qué es más angustiante, si seguir llevando la cuenta de los días, los meses, los AÑOS! que nos ha costado superar el problema de agua potable de la ciudad de Yopal o la conducta de un alcalde que sigue convencido de que ha hecho las cosas tan bien, que se puede dar el lujo de cerrar su gobierno entregando servicios públicos a particulares, y firmando contratos que, como en el caso de la concesión del terminal, se podrían prolongar hasta por 40 años.

Justo en el momento en que está por resolverse la situación del primer mandatario frente a dos fallos de primera instancia que lo destituyen e inhabilitan para ocupar cargos públicos por 11 y 13 años, el Concejo de Yopal es citado a un periodo de sesiones extraordinarias -en todo el sentido de la palabra- para tramitar 14 proyectos de acuerdo, dentro de los cuales hay al menos cinco (5) que tendrían efectos sobre la vida administrativa de la ciudad por lo menos durante las próximas tres décadas:

1. La Concesión del Servicio de Alumbrado Público por 30 años - como si el contrato hecho por 15 a punto de terminar no nos hubiera sacado ya suficientes canas-;

2. La Concesión del Terminal de Transportes en dos etapas: una de 10 años - para operar el actual terminal - y otra posterior a 30 años - para la construcción y administración del futuro terminal -;

3. La autorización para la compra de los predios donde quedará la Planta de Tratamiento de Agua Potable –PTAP- (Acueducto);

4. La autorización para escriturarle a la Policía Nacional la Estación de Policía Yopal;

5. La autorización para contratar la interventoría a la concesión de los servicios de tránsito - que al parecer se les olvidó en medio de la resaca del 25 de diciembre de 2013, histórica fecha en la que se firmó este otro gran negocio -.

Si consideramos las concesiones ya aprobadas -valga decir, también ya demandadas- de la Planta de Beneficio Animal (Matadero) y los Servicios de la Secretaría de Tránsito, los negocios que estaría cerrando esta administración podrían superar los 500 mil millones de pesos; suma nada despreciable para cerrar con broche de oro la administración más cuestionada en la historia de Yopal. No solamente se trata de una conducta temeraria, ante la incertidumbre jurídica sobre el futuro del Alcalde, sino de una clara afrenta al pueblo de Yopal, que creyó y votó por un programa de gobierno que se comprometió a no privatizar los servicios públicos a cargo del Estado.

Las autorizaciones para la compra de los predios de la PTAP (Acueducto) y la entrega de la Estación de Policía Yopal, si bien hay que aclarar que NO son parte de este paquete de interesantes negocios, nos dejan también un sabor muy amargo. En el primer caso es doloroso tener que reconocer que hoy, después de 40 meses del inicio de la crisis del agua, apenas estamos autorizando la compra de unos predios para construir nuestro futuro acueducto, sin tener plena certeza ni sobre la seguridad del terreno, ni sobre la financiación de la obra - tanto el Ministro de Vivienda como el Alcalde la pusieron en duda la semana anterior -.

En cuanto a la Estación de Policía, el compromiso era construirla para garantizar las condiciones óptimas de alojamiento para al menos 200 efectivos más para la vigilancia de Yopal. Nosotros cumplimos e invertimos más de 8 mil millones de pesos en su construcción; la Policía no nos ha cumplido y Yopal está invadido de delincuencia.

POSdata: El abogado del alcalde pidió que se me denunciara ante la Procuraduría por permitir el acto simbólico de los veedores que se ‘lavaron las manos en el Concejo’ el pasado viernes. Estoy dispuesto a defenderme, pero sería absurdo que yo resultara sancionado por dos minutos de protesta simbólica, mientras los responsables de nuestro interminable vía crucis de 40 meses siguen mondos y lirondos haciendo visionarios y muy jugosos negocios. S.O.S.!!

*Concejal de Yopal.