Por Leonardo Puentes*
Estábamos equivocados quienes pensábamos que las actuaciones más audaces de la actual administración de Yopal habían sido triplicar los impuestos con un estatuto de rentas inmisericorde con el comercio y otros sectores de la economía local; endeudar al municipio en 34 mil millones de pesos; anarquizar la ciudad mediante un Plan de Ordenamiento Territorial –POT- concebido para consolidar el urbanismo ilegal y hacer su agosto con los propietarios de la tierra; o incrementar en más del doble la planta de personal de la alcaldía con fines seguramente distintos al buen servicio público y sin consideración por las finanzas de la ciudad.
Durante las últimas semanas, de la manera más precipitada y en medio de la peor crisis de legitimidad institucional y gobernabilidad que se conozca en la historia de Yopal, se le dio por seguir entregando a terceros la administración de servicios y negocios públicos esenciales; en este caso, el Alumbrado Público y el Terminal de Transportes. Sin consideración ni fundamento técnico o económico valedero y, de remate, como si las experiencias del pasado reciente, de entre 8 y 15 años, con el matadero, el servicio de aseo y el mismo alumbrado público no hubieran sido nefastas, ahora por un término de entre 30 y 40 años!
No sabemos ya qué más se pueda esperar de este gobierno. Por fortuna la presión ciudadana, de las redes sociales y los medios de comunicación han contribuido en evitar que se fragüen todas las intentonas por empeñar el futuro de la ciudad. En este caso se logró contener el afán de concesionar terminal y alumbrado por décadas con nueve votos negativos en el Concejo Municipal.
Lo del Alumbrado Público resultaba francamente desequilibrado y riesgoso. Pretender la suscripción de un contrato de concesión a 30 años, en el cual el privado se hace a la administración de cerca de $370 mil millones de pesos (en el papel, porque el negocio crecerá al mismo ritmo que va a crecer el perímetro urbano de la ciudad y a mi juicio puede superar los $500 mil millones de pesos) con una inversión de menos de $3.600 millones –es decir ni el 1%!!- resulta en los mejores términos ofensivo. Entregaríamos la infraestructura paga con dineros del departamento y el municipio, es decir las redes y sus 14.722 puntos de iluminación y el negocio facturando $7.000 millones este año, así nada más, porque sí, bajo la premisa engañosa de que el Estado no es capaz de administrar nada.
Pero si lo del alumbrado resultaba ofensivo, el asunto del terminal es indignante. Se decide concesionar con fundamento en un muestreo (‘Análisis de Mercado’) de tres días, hecho hace más de un año, cuya conclusión principal es que la información es muy precaria y hay que hacer un mejor estudio. Es claro que el paradero de buses que tenemos hoy es una vergüenza, pero lo que acá se pretendió planteando su concesión y ‘homologación provisional’ por 10 años, es decir adecuarlo y acreditarlo ante el Ministerio de Transportes provisionalmente –cosa que legalmente no existe-, para mientras tanto permitirle al mismo concesionario hacer el estudio para otra concesión, la de construcción y administración de un nuevo terminal hasta por 30 años, es francamente la mayor arbitrariedad.
Sobre las cifras y proyecciones financieras de este ‘proyecto’ francamente no vale la pena detenerse.
Para el gobierno no valieron las restricciones legales, claramente fijadas en la Ley 1508 de 2012, que señalan el monto mínimo de inversión requerido ($3.696 millones), la prohibición expresa de suscribir este tipo de contratos en el último año de gobierno y la exigencia de que este tipo de iniciativas sean consistentes con las metas del Plan de Desarrollo. Nada de esto se cumple, excepto que el contrato se celebraría en el último año de gobierno, es decir aquel en que la ley lo prohíbe.
Tampoco valieron los argumentos técnicos, ni las razones de conveniencia expuestas por nueve concejales de Yopal; este gobierno insistió y afirma que insistirá en presentar nuevamente sus visionarias y apresuradas concesiones.
Esperemos que si así ocurre a ninguno de los nueve consecuentes compañeros en el recinto se les vaya a ‘apagar el bombillo’: #YOPAL NO ESTÁ EN VENTA.
POSdata: Se me quedaba una de las acciones más audaces del actual gobierno de Yopal: hacernos creer que el terrible experimento de la Planta Modular sería un modelo a patentar. Nos prolongaron este padecimiento por 3 años adicionales, que en ocasiones también parece que fueran 30.
*Concejal de Yopal