Por Leonardo Puentes*

Mientras el país se debate entre la incertidumbre y la esperanza ante un nuevo intento frustrado por detener el conflicto armado con la guerrilla de las FARC, Yopal pasa por uno de los momentos más difíciles de su historia.

Como si no fueran suficientes los graves efectos del desplome de los precios del petróleo, del cambio en el esquema de distribución de regalías y de la nefasta administración anterior, la ciudad se encuentra ahora paralizada (por no decir capturada) por cuenta del gobierno actual, que amenaza con autodestruirse mientras su líder natural se encuentra tras las rejas.

El cuadro no puede ser más crítico: el legado del gobierno 2012 - 2015 y de su ‘aplanadora’ en el Concejo nos dejó una ciudad con la peor crisis en materia de servicios públicos, con un Estatuto de Rentas (impuestos) que acabó con el comercio, endeudada en más de $30.000 Millones de pesos, con un déficit cercano a esa misma cifra, sin los ingresos de los servicios de Tránsito ($2.000 Millones), concesionados a 20 años; sin los ingresos de Alumbrado Público, del Terminal y la Planta de Beneficio Animal (Matadero), que sumados pueden superar los $8.000 Millones de pesos y que ahora se van a ese invento burocrático llamado CEIBA, mediante el cual buscan a como dé lugar la privatización de los pocos buenos negocios de la administración municipal.

Todas estas decisiones, sumadas al rosario de vigencias futuras aprobadas año a año en el periodo de gobierno anterior, provocaron un enorme hueco fiscal que aún no termina de taparse, y que se profundizó con la fiesta burocrática que triplicó la nómina de la alcaldía, creando cerca de 250 cargos y haciendo prácticamente insostenible la administración de nuestra ciudad.

Mientras tanto, el comportamiento del recaudo de impuestos este año no permite hacerse muchas expectativas y todo parece indicar que difícilmente se podrán alcanzar más de $35.000 Millones de pesos por concepto de Impuesto de Industria y Comercio (ICA), uno de los más importantes, y que estaba presupuestado en $45.000 Millones; síntoma claro de la situación que se vive en las calles, con un comercio que enfrenta la más severa crisis de su historia.

En medio de este escenario y en lugar de tener un gobierno consagrado a atender los múltiples problemas de la ciudad y el coletazo de la economía petrolera, los yopaleños nos hemos venido acostumbrando semana tras semana a los espectáculos, muchas veces con ESMAD a bordo, y causados por los propios miembros del gabinete o el alcalde detenido; y a los audios y las fotos o las ordenes de amotinamiento ante las voces de traición, como si se tratara no de un equipo de gobierno, sino de un clan en el que todos están tras la cabeza del ‘jefe’.

Entre el retroceso que produjo la administración anterior y la absoluta ingobernabilidad de la actual es francamente muy difícil esperar que puedan comenzar a corregirse pronto o por lo menos a atenderse los graves problemas que tiene la capital de Casanare en casi todos los frentes: empleo, salud, educación, vivienda, seguridad, etc.

Es inevitable y muy doloroso reconocer que la ciudad se encuentra totalmente a la deriva.

*Ex Concejal Yopal