Por Oscar Medina Gómez

No le creo a la diputada Elizabeth Cutha, Presidenta de la Honorable Asamblea Departamental de Casanare. Miente cuando dice que no sabía que el whisky que le entregó a hace unos días a autoridades, amigos y periodistas con motivo de la despedida del año, no tenía la respectiva estampilla de rentas departamentales. Que no pagaba impuestos. Que era ilegal. Que defraudaba el erario. Que era un delito. Que era de contrabando.

Así como yo, hay decenas de miles de ciudadanos que no le creemos. No solo a ella sino a la mayoría de l@s honorables diputad@s de la Asamblea. Una verdadera Cueva de Rolando, manchada hasta las entrañas por escándalos personales, torcidos, tumbes, decisiones amañadas, destituciones por fraudes electorales y un sinfín de malolientes razones, que hacen de ese lugar una vergüenza pública. Paga y sostenida con dineros de los impuestos de la gente honesta. ¡Qué paradoja!

En el caso de la “honorable” Cutha han sido varios los escándalos que la señora les ha regalado a los casanareños últimamente. Todos con altas dosis de truculencia y desagrado. Inolvidable la insultada que le metió a enfermeras, médicos, otros funcionarios del Hospital de Yopal y público en general, cuando violando todos los protocolos de atención hospitalaria, se creyó la reina de Saba y a punta de madrazos, patadas y puñetazos gritaba demencialmente que le atendieran a su hija, porque la niña –de 23 años- había sido mordida por un perro y corría el riesgo de ser contagiada de rabia. Rabia era la que ella vomitaba en cada frase, alardeando aquello de que “no saben con quien se están metiendo” y “soy la presidenta de la Asamblea”. El alto grado de alicoramiento en el que llegó al hospital, dejó ver la verdadera cara de la Cutha.

Ahora entiendo todo. Deduzco que el bochornoso comportamiento de la diputada Cutha en el Hospital de Yopal hace apenas unos meses, fue consecuencia de haber ingerido licor –whisky, supongo- de contrabando. Sin estampilla. Igualito al que repartió dentro de las anchetas navideñas. Trago ilegal que fue a parar a manos del gobernador, la contralora Motha, el procurador, varios fiscales, periodistas menesterosos y otr@s más del “jet set” criollo. Bueno. Es justo decir que la culpa no es de los regalados sino de la que regaló.

Al escribir esta columna conozco apenas de 4 diputad@s que honradamente, jugándole limpio a Casanare, devolvieron las anchetas: Sonia Bernal, Luz Marina Rivera, Ramiro Rivera y Carlos Rodríguez. Bien lo hicieron, porque beber ese whisky de contrabando les pudo haber causado los malos tragos, la misma borrachera que le produjo a la Presidenta Cutha. Y que la llevó a protagonizar tan feo espectáculo en el Hospital de Yopal.

Para redondear la hazaña de la Asamblea, el whisky de contrabando fue vendido a la Asamblea Departamental por un exdiputado: Pedro Albeiro Perilla, de Villanueva. Recordemos que este personaje fue echado del cargo, cuando los tribunales de justicia demostraron que logró la curul fraudulentamente, quitándole el puesto a Felipe “Pipe” Becerra, quien finalmente ocupó el cargo. Claro que Perilla mamó si merecerlo de la teta lechera del Estado, más de 2 años millonarios sueldos mensuales y otras prebendas. Al día de hoy no ha dicho que devolverá esa plata. Al contrario. Sigue metiendo goles.

La Cutha alega –como alegó en el caso del hospital diciendo que los vigilantes la habían manoseado y ultrajado- que todo fue a sus espaldas. Que ella no sabía que el whisky que vendía Perilla era de contrabando. ¡Puff! La señora debería participar en los cuenta chistes de Sábados felices. Y ganaría lejos. ¿Cómo diablos la señora Presidenta firma y recibe suministros sin verificar, revisar y confirmar lo que está haciendo? ¿Jugando descarada e irresponsablemente con los recursos del pueblo? Suficiente tenemos con Simón Gaviria -el hoy corbatudo director del DNP- quien como Presidente de la Cámara de Representantes reconoció sin inmutarse que firmaba los proyectos de ley sin siquiera ojearlos.

Como en la Asamblea Departamental se tapan con la misma cobija, ninguno de sus colegas dirá algo sobre el whisky de contrabando. Ni menos se pronunciará la Comisión de Presupuesto que encabeza Helman Hans Leon. Ni muchísimo menos la de Ética, porque la maneja la misma Cutha. Esas comisiones claro que funcionan.

Pero para otro tipo de comisiones. De esas que tanto les gustan a l@s honorables, cuando a puerta cerrada se reúnen con los gobernantes de turno a discutir presupuestos, traslados de dinero, partidas y dizque proyectos para beneficio del pueblo. Esas comisiones se distinguen por tener varios ceros a la derecha.

Antes de terminar, debo reseñar que hay otra flamante dama a quien su insolencia no le cabe en la ropa. Es Marcela Pulido, Administradora del Aeropuerto El Alcaraván de Yopal. La señora fue la única persona en Casanare que miró con desprecio la realización del concierto de la Orquesta Filarmónica de Bogotá en Yopal, que con arrollador éxito se presentó el pasado 01 de noviembre en el Estadio Santiago de las Atalayas.

Con su acostumbrada arrogancia se opuso a que en el pasillo principal de la terminal aérea se ubicara un rompetráfico publicitario. 12 de esos mismos elementos fueron colocados, sin problema alguno, en la gobernación, alcaldía, centros comerciales, terminal terrestre, supermercados, etc. Con petulancia desbordada arguyó que como ella era la que mandaba y decidía todo en el aeropuerto, pues lo iba a pensar. Y lo sigue pensando…

Funcionarias públicas como las señoras Cutha y Pulido –y much@s más que hay por ahí en la gobernación, alcaldías y organismos descentralizados- no le sirven al desarrollo de Casanare. Son la cara fea del departamento. Digo yo.

*Periodista – Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública Pontificia Universidad Javeriana.

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