Por: Oscar Medina Gómez *
Razón le asiste al concejal Leonardo Puentes cuando pone en duda la transparencia de la concesión de los servicios de tránsito de Yopal, operación de parqueaderos para vehículos multados, transporte en grúas, cobros coactivos y fotomultas.
El destituido e inhabilitado alcalde Wilman Enrique Celemín Cáceres junto con Carlos López, su Secretario de Hacienda –quien estuvo de alcalde encargado- le entregó la operación de dichos servicios a la Unión Temporal Setty, por 20 años. Dos décadas de un jugoso y lucrativo negocio, donde los unos y los otros exprimirán las naranjas hasta sacarles la última gota de dinero.
Las arcas municipales apenas reciben entre el 16 y el 23 por ciento de los ingresos netos que entran al contratista. Es decir que si, por ejemplo, le quedan mensualmente de ganancias mil millones de pesos, al tesoro municipal sólo le llegan, por mucho, 230 millones de pesos. Los restantes 770 millones van para las cuentas bancarias de Setty. Y, aplicando aquello de que “piensa mal y acertarás” a las de otros que también están involucrados en tan gordo y sustancioso negocio.
Además de tener que pagar el comparendo, lo que le cobran por parqueadero y por transporte en grúa al despistado o irresponsable ciudadano que padece la tortura de que se le lleven su carro, es alto. Cada día y noche de parqueadero vale 12 mil pesos, más los 70 mil de la grúa. Y, claro, nadie le responde a uno por si el carro aparece desvalijado, rayado o chocado. Hagan cuentas de esta lucrativa e imparable caja registradora que tiene Setty.
Diariamente vemos por las calles de la ciudad el ir y venir de las grúas cargando autos a los parqueaderos autorizados en el negocio concesionado. Parqueaderos donde, no obstante exigir la ley claras condiciones de tipo físico, seguridad y requerimientos técnicos, más de la mitad no cumplen con esas exigencias. Ante el incumplimiento del concesionario, la Dirección Municipal de Tránsito guarda silencio.
En el caso de servicio de grúas y parqueaderos, según Puentes –que es serio y se documenta para sus debates- en los 14 meses que lleva operando la concesión a Setty, se han recaudado $450 millones de pesos, de los cuales apenas ingresaron al municipio 70 millones. ¡Mientras Hacienda de Yopal se quedó con un insignificante 15.5 por ciento el contratista se embolsó el 84.5 por ciento!
Setty se defiende alegando que lo pocos o muchos recursos que le entran al municipio son limpios y libres de todo gasto. A ver: eso es obvio. O será que además de que serán los dueños por 2 décadas de tan maravillosa y gorda gallina de los huevos de oro, quieren también que los contribuyentes les paguemos el personal e infraestructura para la operación. ¡No nos crean tan pendejos!
Setty patalea argumentando que la eficiencia y rapidez en la atención a los usuarios es ahora una maravilla. Que los tiempos para la expedición de licencias de tránsito y matriculas son mínimos, si se le comparan con las largas semanas de espera y pésima atención cuando el operador era el municipio. Vuelvo y les digo: si eso está ocurriendo, es elemental que así sea. Cuando a uno el Estado le paga hasta la risa por la ejecución de un contrato, pues no hay excusa que valga. ¡Hay que actuar con excelencia en su ejecución!
Sobre la inminente puesta en marcha de los comparendos por fotomultas –a mediados de enero entrante iniciarían a funcionar- igualmente existen muchas dudas y reparos por parte de la ciudadanía. Dentro del marco legal del Código Nacional de Tránsito, sus reformas y el mismo Plan Nacional de Desarrollo del primer gobierno de Santos, son numerosas las secretarías de tránsito y transporte municipal del país que hace rato las aplican.
Pero hay preocupantes vacíos que señalan que las fotomultas no son del todo legales. Por ejemplo, el Código habla de que un comparendo debe llevar la firma del agente que aplica la sanción y la del sancionado, o en su defecto de un testigo de la acción. En el caso de las fotomultas esto se viola. Primero porque la firma de la autoridad es digital. Y segundo porque nunca hay firma ni del infractor ni de testigo alguno.
Las fotos son tomadas por una cámara de video de alta resolución que identifica la placa del vehículo. La ley dice que en tres días hábiles la notificación de la infracción debe llegar a quien figure en las bases de datos de tránsito como dueño de ese vehículo, para que pueda defenderse y obtener rebajas en el pago. Es aquí donde radica en gran parte la ilegalidad de este sistema: en muchos casos quien conduce no es el dueño del automotor. Con razón miles de ciudadanos se preguntan ¿por qué debo pagar una infracción que no he cometido?
En municipios como Floridablanca (Santander), Medellín, Bogotá y Chía la gente ha demandado y ganado los procesos contra el Estado y sus operadores. Por ejemplo, en Floridablanca de las casi 70 mil fotomultas impuestas desde abril de 2014, en por lo menos 3 mil casos la gente ha hecho respetar sus derechos. Bien porque fue violado el debido proceso, ya porque la notificación llegó después de los tres días hábiles, o porque no se dio oportunidad a la defensa del supuesto infractor, porque no se cumplieron otras formalidades como la de las firmas arriba mencionadas, o porque no se pudo comprobar que el acusado era el contraventor.
De hecho el mismo Código de Tránsito y la sentencia C5302002 de la Corte Constitucional dicen que las multas en ningún caso podrán imponerse a una persona distinta a la que cometió la infracción. Las fotomultas violan flagrantemente esto. Interpretando la ley a su manera, se llega al descaro de que así no se notifique dentro de los 3 días hábiles, empiezan a correr dizque intereses moratorios a los ciudadanos. Lo debido, lo correcto es primero probar por parte de los operadores o de la autoridad municipal que el acusado fue quien realmente cometió la falta.
Mientras en la Secretaria de Tránsito Municipal sigue tomando forma y fuerza la posible corrupción por el caso de la desaparición de decenas de comparendos por embriaguez entre los años 2013 a 2015, en Yopal ya están amenazantes los avisos de los 6 puntos fijos donde se ubicarán cámaras para la orgía de las fotomultas. Como si fuera poco, habrá un vehículo que irá por la ciudad a la caza de supuestos infractores.
Le aconsejo a la gente que, mirando el espejo de lo ocurrido en otras ciudades, proceda de la misma manera. ¡Rebelión total contra ellas! Digo yo.
*Periodista
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