Por: Oscar Medina Gómez **
Dije en columna anterior que la muerte es la muerte. Y que con su llegada atenta, generosa y cumplida todo se acaba. Simple. Pero con la muerte del periodo de los actuales 11 diputados no se cumple esa ley inexorable del universo. Al contrario: se invierte. La antimateria –los diputados salientes- y su efecto aniquilador y apocalíptico condenaron a Casanare a su ruina económica.
Fue tan nefasto, cínico y desvergonzado su desempeño que de todos ellos solo uno se atrevió a lanzar su candidatura. El profesor y sindicalista Diego Humberto López repetirá curul. Pero con un lastre insoportable que èl mismo ayudó a cosechar. Tiene 4 años para que medio corrija lo actuado. Los otros 10 honorables no lo intentaron porque sabían que morirían en el intento. Lo ocurrido con Carlos Freddy Mejía, candidato a la alcaldía de Yopal, habla por sí solo. Esa masacre electoral es inefable.
No necesitamos ir muy lejos para recordar la herencia maldita que dejan nuestros honorables a Casanare. Herencia en la que tiene mucha culpa el proceder imbécil de los electores, que siguen apoyando ese tipo de bellacos. De los nuevos apenas guardo esperanza por Sonia Bernal, la verraquita aguazuleña que si no se deja torcer y tentar por el dinero, puede significar un verdadero cambio en la lucha contra la corrupción. Por los otros y otras tengo mis reservas.
Durante estos cuatro años los diputados no hicieron control político. No actuaron conforme a la sensatez y rectitud que el pueblo merece de quienes lo representan. Le aprobaron todo y más a un inepto, lastimero, vergonzoso y muy audaz delinquidor gobernador Raúl Flórez =me dicen que esta huyendo por los lados de Venezuela o Panamá= a sabiendas plenas de que estaban convirtiendo al departamento en una región económicamente inviable.
El 30 de enero de 2009 por ordenanza autorizaron la implementación de un Plan Departamental de Aguas cercano al billón de pesos. Ese Plan de los diputados nos empeño por 10 años, del 2010 al 2018. Para rematar, con destino a Planeación Nacional en esa década, de las arcas departamentales, mensualmente saldrán en promedio alrededor de 15 mil millones de pesos. Es decir mal contados será un billón ochocientos mil millones de pesos los que dejaran de invertirse para los casanareños. Lo mas estremecedor es que no obstante crearse una empresa con gerente y burocracia y todo, a la fecha no hay nada en concreto del tal Plan.
También los honorables le firmaron un cheque en blanco a Flórez por 300 mil millones de pesos, autorizándolo a comprometer vigencias futuras. Sabían ellos que esa figura, aunque legal pero criticada severamente por la procuraduría y la contraloría, penetraría vigorosa y dañinamente en las ya saqueadas finanzas. Pero lo hicieron.
Pudo más el interés y negociación oculta de la mayoría, que el camino correcto que debe regir a todo servidor publico.
Al día siguiente de expedida la anterior, los honorables expidieron otra del mismo estilo y veneno. El 7 de septiembre de 2010 aprobaron la ordenanza 008 que le dio luz verde a Flórez para contratar un leasing financiero por 60 mil millones de pesos. Objetivo: dizque dotar al nuevo hospital departamental de equipos y muebles médicos, quirúrgicos y de cirugía. Hoy sabemos lo que ha pasado: el leasing efectivamente fue contratado con el Banco de Colombia, a un costo arruinador en intereses como es costumbre de los banqueros desalmados. Los equipos no son los mejores, muchos de ellos “Made in China”. Y lo aterrador es que después de 7 años, la inmensa mole del nuevo hospital sigue abandonada al agua y al sol, ala entrada sur de Yopal. Ejemplo incontrovertible de los corruptos y la corrupción galopante en esta tierra de honorables.
Lo de Capresoca es absolutamente asqueroso y humillante. Esta EPS que en su momento cumbre, antes de los honorables salientes diputados, llegó a contar con 170 mil afiliados del régimen subsidiado, hoy bajó a 130 mil. Obra y gracia del saqueo sistemático a que fue sometida durante los últimos años, por gobernadores y sus cómplices, la entidad està quebrada. Por eso la Superintendencia de Salud =que con Conrado Adolfo Gòmez Vèlez al frente no es ningún templo de la santidad= mandó a Armando segura como agente liquidador. Un sujeto de extremada dudosa reputación. Tanto así que en el pasado fue condenado a pagar cana por delitos en administrativos en la contratación publica cuando se desempeño como director de un hospital en Santander. La intervención lleva año y medio y ni Segura ni mucho menos Conrado le dicen los casanareños por qué se quebró Capresoca.
Y como moño del regalo, al momento de unirse para reemplazar al destituido e inhabilitado Raúl Flórez, los honorables prefirieron de nuevo sus mezquindades, luchas intestinas y bajos intereses personales. Al igual que otros honorables =conocidos con el rimbombante titulo de Representantes a la Cámara= los diputados no tuvieron la altura y gallardía de unirse para apoyar el nombre de un casanareño o casanareña. Y el senador Juan Lozano nos metió, =con todo y marido, Amín Castellanos= un paquetaco de ineficiencia, torpeza e ignorancia administrativa llamada Martha Inés Gonfrier Sarmiento. Esta señora nacida en Villavicencio no ha sido más que una gobernadora de mentiritas, firmona a diestra y siniestra de lo que ordenen desde Bogotá. Aunque sus días de mandataria están contados el daño ya lo hizo. Y apuesto uno a diez a que la Gonfrier irá con sus huesitos a la cárcel. Y Lozano no le llevará cigarrillos. Es que los políticos son tan negros y sucios, que siempre terminan traicionando =o faltoniando, como se diría en su lenguaje= a quienes les sirven.
En cuentas claras la herencia maldita de nuestros salientes honorables diputados suma fácilmente un billón seiscientos mil millones de pesos. Cifra apetitosa y jugosa que no podían despreciar. Ser genuflexo sí paga. Como todo en el gobierno. Digo yo.
**Periodista - Especialista en Gobierno Municipal y Gestión Pública
Pontificia Universidad Javeriana