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Contra viento y marea, las plenarias de Senado y Cámara aprobaron en la madrugada del viernes pasado el proyecto que reglamenta la distribución de recursos provenientes de regalías petroleras. Pese a la trasnochada oposición de los mandatarios electos y salientes, el Congreso aprobó el controvertido proyecto que afecta sensiblemente a las zonas productoras, entre ellas el Huila. No obstante el pataleo de última hora, emprendido por las bancadas de las regiones petroleras, la aplanadora de la Unidad Nacional sacó adelante la polémica iniciativa e impuso su criterio recentralista.

El proyecto no sólo reduce los montos de las compensaciones directas, destinadas para atender programas de inversión, sino, que además le arrebata un derecho de participación, con rango constitucional, lo que constituye un retroceso en términos de descentralización.

Ni siquiera los recursos propios que recibirán como participación directa los departamentos y municipios productores y portuarios podrán manejarlos autónomamente. Los recursos deben pasar primero por el cedazo de los órganos colegiados previstos, donde se impondrá la voluntad mayoritaria del Gobierno Nacional y sin ninguna garantía real de que sean invertidos con absoluta transparencia y equidad. La distribución equitativa, argumentada por el Gobierno es irreal. El Gobierno se zafa de sus responsabilidades, centraliza su manejo, aumenta la burocracia y golpea a las zonas productoras. Con el nuevo Sistema de Regalías Petroleras liberará recursos del Presupuesto General de la Nación, que de otra manera habría tenido que invertir en ellos. Eso es lo que no vieron las regiones no petroleras y en cuya asignación tendrán que competir en las bolsas y fondos que entrarán en vigencia.

Como el texto final de los proyectos deben someterse a conciliación de las plenarias de Senado y Cámara, procedimiento que no se alcanzó a tramitar como lo establece la reforma constitucional, el Gobierno decidió promulgar antes del 31 de diciembre un decreto con la reglamentación de las regalías y determinar la distribución, la administración, la ejecución y el control de los ingresos que tendrán departamentos y municipios.

Aunque en forma tardía las bancadas de las zonas petroleras reaccionaron para asegurar la cofinanciación de programas de inversión amenazados como el aseguramiento del régimen subsidiado, el daño ya está causado.

La participación de las regiones petroleras en el monto de las regalías que se causen a partir del primero de enero del año entrante se reducirán ostensiblemente, al pasar del 78% en promedio que reciben actualmente con el régimen vigente hasta el 31 de diciembre de este año a sólo el 9.6%, según el nuevo esquema que recibió el viernes pasado la estocada final como una opción macropolítica para imponer la recentralización a costa de las zonas productoras.

“Aunque en forma tardía las bancadas de las zonas petroleras reaccionaron para asegurar la cofinanciación de programas de inversión amenazados como el aseguramiento del régimen subsidiado, el daño ya está causado”.