Por Oscar Medina Gómez *

Unos más nefastos que otros y otras, personajes y organismos que tienen la obligación constitucional, pública, social, moral y ética de levantar su voz contra la desgracia corruptiva y administrativa que aniquila sin misericordia a Yopal –condenando la capital a décadas de atraso- brillan por su oscuridad. Su silencio secuaz es tan ensordecedor que se escucha incesante en los cuatro puntos cardinales de Casanare.

Y no es que el alcalde titular pero ahora encarcelado John Jairo Torres Torres, alias “johncalzones”, sea más ladrón que sus antecesores. Claro que no. En anteriores alcaldías, alcaldes y alcaldesas han robado sin piedad. Ocurre simplemente que en este periodo el descaro ha llegado a episodios fantásticos. Que lo diga Luz Marina Cardozo, la granuja alcaldesa encargada, que actualmente está disfrutando del botín.

De “Ripley”, por ejemplo, fue la “heroica” renuncia de “johncalzones” que anunció su vocero y cómplice político Carlos Cárdenas Ortiz. Dizque para “salvar a Yopal de las garras de los corruptos” el bandido mandó a decir que así obligaría al gobierno a convocar a nuevas elecciones. La amenaza funcionó. Puso pies en polvorosa a la Cardozo, quien presurosa pacto nuevos montos de billete con el presidiario. ¡Ni de fundas ella dejará de mamar de la generosa teta lechera de la corrupción pública! ¡Ni por el putas él permitirá que ella siga comiendo sola y menos que lo siga faltoniando!

Personas y entidades –a los que llamaré “bribones mudos” (BM) guardan un silencio inteligente y cómplice por varias razones. Porque están en la cárcel (William Pérez, Witman Porras). Porque huyen y se esconden como ratas de la mano de quienes quieren “cuadrar cuentas” (Raúl Flórez). Porque –son la mayoría- muy seguramente están untados de corrupción. Tienen largos rabos de paja y se cuidan de asomarlo a la candela. O porque les vale un comino la ciudad. En su momento, cuando gobernaron, también se la robaron. Ahora disfrutan de miles de millones que les pertenecían a los casanareños.

¿Dónde están las voces populistas y politiqueras de los exgobernadores Oscar Wilchez, Miguel Ángel Pérez Suarez, Nelson Mariño? ¿Lo mismo de los gobernadores encargados Efrén Hernández y Heli Cala? ¿Y de los exalcaldes Blas Hernández, Rodrigo Chaparro, Braulio Castelblanco, Lilian Fernanda Salcedo, Wilman Celemín, Jorge García Lizarazo?

Ante el derrumbe de Yopal –ciudad que los BM bufonean amar más que a sus propias vidas- estos vergonzantes personajes cierran sus sucias bocotas. Tienen la barriga llena y el corazón contento. Su tácita complicidad descarada con la hecatombe de corruptela, con la orgía de “billete verde” (como la canción de mafiosos), con las componendas de la mafia que imperan en la alcaldía, sobrepasa cualquier límite.

De los malandrines “padres de la patria” que tenemos por Representantes a la cámara (John Molina y Jorge Camilo Abril) igual que del senador Jorge Prieto, nada puede esperarse. O bueno. Corrijo: que sigan saqueando a Casanare, en nombre del progreso y la igualdad.

¿Dónde están los que pomposamente se hacen llamar “gremios” y sectores económicos representativos e influyentes de Casanare? Muchos de ellos, por no decir todos, siempre han sido vividores, zánganos que reciben miles de millones de las prebendas y programas del Estado. Arroceros, ganaderos, agricultores, comerciantes, folcloristas, hoteleros, constructores, profesionales en todas las áreas. Incluso los educadores, también miran de reojo ante la desgracia que consume a Yopal.

Entidades BM como la tal cámara de comercio menos dice algo para defender a Yopal de la hamponería de sus gobernantes. Simple: allí pareciera están de lado de ellos. Esa incompetente entidad -que le exprime hasta el último peso a sus afiliados- está ahíta de negocios nada claros. Un botón: Carlos Rojas, su presidente ejecutivo, nos cree a todos tarados. Mentirosas son las cuentas y explicaciones que da sobre el negocio a puerta cerrada que se hizo con la firma Pedro Gómez y Cía. para la construcción de la nueva sede administrativa de la CCC. Justo al lado del Centro Comercial Unicentro, que construyó la misma firma. Es claro que aquí hay intereses nada santos de lado y lado. Y sus buenos miles de millones de pesos bailando al calor del wisky.

La llamada “academia”, entiéndase las universidades y centros de educación superior, tampoco se pronuncia. Su preocupación es producir “profesionales” al por mayor. Como chorizos y embutidos. Sólo que de dudosa calidad. ¿Acaso hemos visto a rectores y estudiantes de Unitrópico, Unisangil, FUC y demás, por lo menos pronunciarse con marchas de protesta, por ejemplo?

La Contraloría departamental de Casanare, lo mismo que la delegación que tenemos de la Contraloría Nacional, sirve para lo que sabemos (no es necesario describir ese escatológico ejercicio). Esa “ia” (la Procuraduría, Fiscalía, Defensoría y Personería también) se amangualan con los corruptos y comen con ellos de los dineros sucios robados al pueblo. Y sólo fallan en contra de aquellos políticos y gobernantes que no dan la mordida al contralor o contralora de turno. Los “hallazgos y auditorías” de Tirso Caicedo, Laureano Rodríguez, Álvaro Pamplona, Rafael Alberto Peña, Carmenza Motta apenas fueron pompas de jabón. Embelecos mediáticos para engañar al pueblo. No lo duden: el tal Antonio José Ortega servirá para lo mismo.

A la vista de miles de ciudadanos por décadas los corruptos han destrozado, masacrado financieramente a Yopal y Casanare. Atrasado el desarrollo. Sin asomo de pena, descaradamente exhiben sus lujosas camionetas, fincas de recreo, cuentas bancarias, mujeres llenas de cirugías estéticas, viajes de placer por el mundo. Estos asquerosos se burlan con desfachatez de todos. Han convertido la corrupción en un estilo de vida. En una práctica normal a la hora de ejercer el poder.

A los BM los veremos en la disputa electoral a la Cámara de Representantes y Senado de la República, que será el 18 de marzo de 2018. Meses atrás a esta fecha sus bocas volverán a hablar. Lo más normal, claro, será volverlos a elegir. Digo yo.

*Periodista



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